Una nueva ley del estado de Tennessee, Estados Unidos, que prohíbe el tratamiento de reasignación de género a menores de edad, sacudió el hogar de Kristen Chapman: una de sus tres hijos, Willow, es una adolescente trans de 15 años que tomaba bloqueadores de pubertad desde 2021 y esperaba comenzar su tratamiento con estrógenos.
La norma, promulgada por el gobernador republicano Bill Lee, entrará en efecto en julio de 2024 y es parte de una ola de proyectos antitrans que inundó las legislaturas estatales en los últimos cuatro años: se han presentado casi 500 propuestas en 2023, de las cuales 84 prosperaron como leyes, aunque muchas enfrentan desafíos judiciales. Pero para los adolescentes como Willow, el tiempo que pueden demorar en resolverse esas demandas es un factor central: si no comienza su transición de género antes de cumplir los 16 años, tendría que enfrentarse a una pubertad masculina, lo que implicaría una serie de cirugías y procedimientos en el futuro.
Así fue como Kristen Chapman tomó la decisión de dejar Nashville, la famosa ciudad de Tennessee donde vivía la familia, y mudarse a Virginia, donde Willow podría realizar su tratamiento médico.
La decisión tuvo profundas consecuencias para la familia. Paul y Kristen se estaban ya separando, pero la necesidad de mudarse precipitó los hechos. Por ahora Paul se quedará en Nashville pero es posible que en el futuro, si consigue un traslado en la cadena de supermercados donde trabaja, se mude a Richmond, Virginia, para estar cerca. La hermana de Willow, Saoirse, deberá cambiar de escuela secundaria y de entorno de amigos. Sin embargo, Chapman cree que es un sacrificio necesario por el tratamiento y el bienestar continuo de su hija.
Desde temprana edad, Willow mostró una inclinación por mantener amistades con niñas y vestirse como ellas. Sus padres observaron su evolución y notaron que desde pequeña fue consolidando una fuerte identificación con el género femenino.
La decisión
Inicialmente, la familia esperaba que los tribunales declararan que la nueva ley es inconstitucional, tal como ya lo habían hecho los tribunales federales en al menos cuatro estados en 2023, al considerar que tales prohibiciones violaban la Primera Enmienda y las cláusulas de igualdad de protección y debido proceso de la Decimocuarta Enmienda, reportó The New Yorker, que contó la historia de los Chapman. Eso no sucedió.
Desde los 12 años, cuado su pediatra del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt la derivó a la Clínica Pediátrica Transgénero del mismo centro, Willow había comenzado su tratamiento. Pero tres meses después de que el gobernador Lee promulgara la prohibición, la Universidad de Vanderbilt informó que el fiscal general del estado había pedido información detallada sobre los pacientes, y poco después informó que cerraría la clínica. Para Kristen, fue una señal de alerta.
Además, ella, que se había manifestado a favor de los derechos de las personas trans en los medios de comunicación locales, comenzó a recibir amenazas en las redes y en su teléfono. Sintió que Nashville, donde había vivido los últimos 35 años y donde había formado su familia, se convertía en un entorno hostil. “Sinceramente, siento que nos están echando de la ciudad”, dijo a The New Yorker. “No estoy dramatizando. No es mi imaginación”.
Comenzó entonces a organizar una campaña para recoger los fondos suficientes que le permitieran abandonar Tennessee.
Chapman escogió el estado de Virginia como su nuevo hogar debido a sus múltiples “vías de escape” a los desafíos que conlleva el tratamiento de su hija. En el verano boreal se instalaron, madre, hijas y perro, en un apartamento modesto de Richmond; Willow comenzó las clases en su nueva escuela, donde no quisieron anotarla con ese nombre sino con el que figura en sus documentos, a finales de agosto, al mismo tiempo que su madre encontró empleo como trabajadora social.
La clínica local que atiende a familias de bajos recursos no tenía cita disponible hasta septiembre, pero el mismo día que la médica examinó a Willow le prescribió el tratamiento con estrógenos. Salieron extáticas y llamaron a Paul para contarle: “Después de todo... ¡finalmente ocurrió!”, le anunció la adolescente.