En un esfuerzo por clarificar la ciudadanía estadounidense de los portorriqueños, el gobierno de la isla anunció su plan de incorporar las siglas “USA” (Estados Unidos de América) en las licencias de conducir, una medida que busca minimizar las dificultades que enfrentan los isleños al viajar al territorio continental de la Unión Americana, donde a menudo se cuestiona erróneamente su ciudadanía.
El problema de la malinterpretación del estatus de los puertorriqueños ha sido expuesto en varias situaciones este año. Un ejemplo incluye a una familia de puerto Rico a la que le que fue solicitada presentar pasaportes para volar desde Los Ángeles, debido a que un empleado de la aerolínea desconocía que la isla hace parte del territorio estadounidense, según reportó The New York Times.
En otro caso, reportado por el mismo diario, a un hombre de Puerto Rico se le impidió comprar un anillo de compromiso en California porque un trabajador de una joyería no aceptó su licencia de conducir puertorriqueña como una identificación válida.
El debate sobre la medida
Roberto Cruz, abogado de la oficina del sudeste de LatinoJustice, una organización sin ánimo de lucro que tiene como objetivo proteger y promover los derechos civiles de la población latina en los Estados Unidos, respaldó la incorporación del sello “USA” en las licencias siempre que pueda servir a los puertorriqueños para recibir un tratamiento digno y los servicios que merecen.
Sin embargo, este cambio podría desencadenar preguntas políticas que han sido debatidas durante más de un siglo, debido a la complicada y a veces tensa relación de la isla con Estados Unidos desde que fue anexada en 1898 luego de la Guerra Hispanoamericana.
De hecho, según reportó The New York Times, Puerto Rico ha celebrado seis plebiscitos no vinculantes sobre si debe convertirse en un estado de la Unión Americana, el más reciente en 2020, cuando el 52% de los votantes de la isla respaldó la medida.
Más que un sello
Más allá de las implicaciones políticas, hay dudas de que la etiqueta “USA” pueda cumplir el objetivo de prevenir malentendidos en los estados continentales al tratarse de una situación más ligada al desconocimiento general, que a marcas o sellos en los documentos.
Sobre esto el doctorando en gobernanza de la Universidad de Nueva York y puertorriqueño, Andrew J. Padilla, aseguró en entrevista con el diario neoyorquino, que poner “USA” en un documento de identidad “no combate la ignorancia”. Resaltó una encuesta de 2017 que demostró que solo una escasa mayoría de los norteamericanos sabe que los puertorriqueños son también ciudadanos estadounidenses.
Por su parte, Eileen Vélez Vega, secretaria de transporte y obras públicas de la isla, expresó la necesidad de “educar más y brindar más orientación a las personas fuera de Puerto Rico” para que entiendan que las identificaciones puertorriqueñas son válidas.
“Ciudadanía de segunda clase”
Surey Miranda, cofundadora de Diaspora For Puerto Rico, un grupo sin fines de lucro que tiene como objetivo empoderar y apoyar a la comunidad puertorriqueña, advierte que el cambio no resolverá la percepción de la que ella califica como una “ciudadanía de segunda clase” que persiste en ese territorio.
Los puertorriqueños que residen en la isla no pueden votar en las elecciones generales y no tienen derecho a algunos beneficios federales, añade.
Vanessa Díaz, profesora de estudios latinos en la Universidad Loyola Marymount que investiga la cultura y la política puertorriqueña, sostuvo que las discusiones sobre las nuevas licencias de conducir resaltan una “ignorancia general sobre Puerto Rico y la realidad del colonialismo estadounidense contemporáneo”.
Añade que los latinos en general son constantemente tratados como extranjeros, independientemente de su ciudadanía, ya sean mexicanos americanos de octava generación, recién inmigrados de América Latina, o puertorriqueños que viven en la isla.