Los trabajadores tecnológicos en el área de la Bahía de San Francisco están optando por alojarse en unas cápsulas para dormir, con precios que rondan desde USD 500 hasta USD 900 al mes. Estos pequeños espacios —que imitan una tendencia nacida en Tokio en los setentas, cuyo exponente más icónico es la Nakagin Capsule Tower Building— tratan de cubrir una crisis inmobiliaria que hace mucho afecta a California y muy particularmente a la zona de Silicon Valley, donde un salario bajo no permite alquilar una vivienda normal. Debido al aumento constante de los alquileres en la región, actualmente el precio promedio de un apartamento de un dormitorio en la Bay Area es de USD 3.608, según la web inmobiliaria Zillow.
Estos nuevos sucedáneos de hogares, unas cajas semiabiertas con 121 centímetros de alto, en las que apenas caben un colchón y otras pertenencias de poco volumen, son una forma de luchar contra la expulsión de las ciudades que, desde San José a San Francisco, vienen sufriendo procesos de gentrificación. Si alguien quiere hacer carrera en el ámbito de la tecnología, tiene que vivir en la zona; pero dado que la zona se ha vuelto inaccesible, ha surgido este nuevo negocio.
Lo lleva adelante la empresa Brownstone Shared Housing, que renta estas cápsulas para dormir desde Bakersfield a San Francisco. Los clientes pueden descansar luego de su jornada laboral en este nuevo vecindario: espacios apilados como literas, cada uno con opciones para regular luz, ajustar la temperatura, guardar objetos en pequeños estantes y cargar para sus dispositivos, detrás de una cortina que funge como puerta.
Estas viviendas cuentan con una cocina, aunque sin estufa u horno; los vecinos deben compartir baños y no hay una lavandería disponible. Si bien luce como algo difícil, hay trabajadores que declararon a los medios y creen que estas “casas” son suficientes para ayudarlos a reposar y continuar con su carrera.
Christian Lewis, fundador de Spellcraft AI Founder, fue entrevistado por KGO-TV e indicó que se mudó a la Bahía de San Francisco desde Illinois para impulsar el crecimiento de su emprendimiento de inteligencia artificial. Aseguró que no tiene problemas con su nuevo hogar, por el cual paga USD 700 mensuales. “La cápsula es del tamaño de una cama. No es muy grande, pero cumple su función. Solo necesitas un lugar para dormir”, dijo a la televisora local.
“Solo durante los primeros días conocí a algunas de las personas más inteligentes que he conocido en toda mi vida. Esa es la razón por la que vine y esa es la razón por la que me quedo. Esa es la razón por la que vivo en una cápsula”, agregó Lewis, quien contó también su experiencia en su cuenta oficial de X.