Comenzó el juicio contra Sam Bankman-Fried, zar de las criptomendas que usaba el dinero de los ahorristas para gastos personales

Los fiscales acusan al ex multimillonario de defraudar a personas e instituciones financieras que tenían cuentas por valor de miles de millones de dólares

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Sam Bankman-Fried se enfrenta a los posibles jurados en un dibujo realizado durante su comparecencia ante el tribunal (REUTERS/Jane Rosenberg)
Sam Bankman-Fried se enfrenta a los posibles jurados en un dibujo realizado durante su comparecencia ante el tribunal (REUTERS/Jane Rosenberg)

El juicio contra Sam Bankman-Fried, el ex presidente de FTX, una de las plataformas de criptomonedas más grandes del mundo hoy quebrada, comenzó este martes para determinar si cometió un fraude masivo contra más de un millón de clientes.

El joven de 31 años, que fuera una de las figuras más respetadas del mundo cripto, se enfrenta a la posibilidad de una larga pena de prisión si es declarado culpable en un juicio que se prevé que dure hasta seis semanas. En un cambio de imagen para el juicio, Bankman-Fried abandonó su salvaje melena por un corte a tijera más habitual en el sector financiero. Al presentarse a los miembros del jurado, se puso brevemente de pie con traje y corbata y se giró hacia ellos.

Este miércoles, Bankman-Fried se reunirá con el jurado que decidirá su destino. Se espera que el juez de distrito Lewis A. Kaplan, los fiscales federales y los abogados defensores de Bankman-Fried reduzcan el grupo de 50 personas a una docena de jurados, con seis suplentes.

Una vez sentado el jurado, los fiscales federales del Distrito Sur de Nueva York dedicarán aproximadamente media hora a hacer sus declaraciones de apertura, seguidos por los abogados de Bankman-Fried, que dijeron que esperaban hablar entre 35 y 40 minutos.

Bankman-Fried está acusado de fraude electrónico y conspiración. Se espera que el juicio concluya antes de Acción de Gracias.

Ascenso y caída

Los fiscales dicen que Bankman-Fried defraudó a personas e instituciones financieras que tenían cuentas por valor de miles de millones de dólares en el intercambio de criptomoneda desviando ilegalmente enormes sumas de su dinero para su uso personal, incluyendo la realización de operaciones de riesgo en su fondo de cobertura de criptomoneda, Alameda Research. También se le acusa de utilizar el dinero de los clientes para comprar bienes inmuebles y hacer grandes contribuciones políticas para tratar de influir en la regulación gubernamental de la criptomoneda.

Su ascenso meteórico solo se compara con su fulminante caída en desgracia.

En pocos años, el graduado del Massachusetts Institute of Technology (MIT) convirtió su plataforma FTX en la segunda firma de intercambio de criptomonedas del mundo, amasando en el proceso una gigantesca fortuna.

FTX siguió una agresiva campaña de marketing asociándose con los nombres de estrellas como la supermodelo brasileña Gisele Bundchen o el de la estrella del baloncesto estadounidense Stephen Curry.

Bankman-Fried también salvó a otras empresas de la industria cuando enfrentaron dificultades.

Con decenas de proyectos, una fortuna estimada en hasta 26.000 millones de dólares y siempre de bermudas, Sam Bankman-Fried -“SBF”- encarnó en sí mismo el mundo de las criptomonedas.

Sam Bankman-Fried tenía una fortuna estimada en hasta 26.000 millones de dólares  (REUTERS/Eduardo Munoz)
Sam Bankman-Fried tenía una fortuna estimada en hasta 26.000 millones de dólares (REUTERS/Eduardo Munoz)

Pero su imperio comenzó a crujir en noviembre pasado cuando un reporte de prensa denunció relaciones de negocios entre FTX y Alameda Research.

Las acusaciones señalaban que los fondos de algunos clientes de FTX fueron usados, sin su conocimiento, para financiar a Alameda y realizar inversiones arriesgadas.

El pánico se generó de inmediato. Inversores particulares y socios comerciales corrieron a recuperar su dinero, al punto que FTX se hundió y se declaró en quiebra.

Cuando el polvo se asentó, faltaban unos 8.700 millones de dólares, según el administrador que gestionó la liquidación.

Uno de los mayores fraudes de la historia de EEUU

El fiscal federal Damian Williams, que supervisa el proceso, lo ha calificado como uno de los mayores fraudes de la historia del país.

El fiscal federal Damian Williams supervisa el proceso (REUTERS/David 'Dee' Delgado/archivo)
El fiscal federal Damian Williams supervisa el proceso (REUTERS/David 'Dee' Delgado/archivo)

Antes de que los primeros posibles miembros del jurado entraran en la sala del tribunal de Manhattan, el fiscal federal adjunto Nicolas Roos dijo que el gobierno “desde el principio” planteó a los abogados de Bankman-Fried la cuestión de si debían celebrarse negociaciones para resolver el caso con una declaración de culpabilidad.

“No hubo discusiones sobre una declaración de culpabilidad, y el gobierno nunca hizo ninguna oferta”, dijo. Mark Cohen, abogado defensor, se mostró de acuerdo.

El juez Lewis A. Kaplan planteó cerca de 50 preguntas al jurado para asegurarse de que los miembros del jurado fueran justos, independientemente de lo que hubieran oído sobre el caso o de si su historial de vida incluía experiencias con la delincuencia, la aplicación de la ley, el mundo financiero y las criptomonedas.

Algunos jurados dijeron que podían ser imparciales aunque hubieran perdido dinero invirtiendo en criptomoneda.

Pero al menos dos tenían dudas. Un hombre dijo que perdió mucho con una inversión en criptodivisas, y su hermano gemelo perdió tanto que “casi le arruina”. Una mujer dijo que sería difícil olvidar durante el juicio a un amigo que se suicidó hace más de una docena de años tras verse arrastrado por un esquema Ponzi.

En entrevistas y publicaciones en las redes sociales, Bankman-Fried ha reconocido haber cometido enormes errores mientras dirigía FTX, pero ha insistido en que no tenía intención delictiva.

Ha culpado del colapso de FTX el pasado noviembre a competidores vengativos, a su propia falta de atención y a otros ejecutivos que, según él, no gestionaron el riesgo adecuadamente.

“No robé fondos y, desde luego, no escondí miles de millones”, afirmó en un post publicado a principios de año en la plataforma en línea Substack.

(Con información de AP y AFP)

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