China está gastando miles de millones de dólares en todo el mundo para difundir fake news, amenazando con causar una “fuerte contracción” de la libertad de expresión en todo el mundo, advirtió un informe del Departamento de Estado estadounidense publicado el jueves.
La “manipulación informativa global de China no es simplemente una cuestión de diplomacia pública, sino un desafío a la integridad del espacio informativo global”, afirma el informe.
“Sin control, los esfuerzos de Beijing podrían dar lugar a un futuro en el que la tecnología exportada por la RPC (República Popular China), los gobiernos locales cooptados y el temor a las represalias directas de Beijing produzcan una fuerte contracción de la libertad de expresión mundial”.
El informe, publicado por el Global Engagement Center del Departamento de Estado, afirma que Beijing gasta anualmente miles de millones de dólares en “manipulación de la información extranjera” -mediante el uso de la propaganda, la desinformación y la censura-, al tiempo que promueve noticias positivas sobre China y su gobernante Partido Comunista.
Al mismo tiempo, China suprime la información crítica que contradice su discurso sobre cuestiones polémicas como Taiwán, los derechos humanos y su debilitada economía nacional. “En términos más generales, la RPC trata de cultivar y mantener una estructura de incentivos que anime a los gobiernos extranjeros, las élites, los periodistas y la sociedad civil a aceptar sus narrativas preferidas y evitar criticar su conducta”, señala el informe.
“Cuando se observan las piezas del rompecabezas y se juntan, se ve una ambición impresionante por parte de la República Popular China de buscar el dominio de la información en regiones clave del mundo”, declaró a la prensa James Rubin, enviado especial y coordinador del GEC.
Según el informe, el enfoque chino de la manipulación de la información incluye la promoción del “autoritarismo digital”, la explotación de las organizaciones internacionales y el control de los medios de comunicación en lengua china.
Estos esfuerzos podrían permitir al régimen chino “remodelar el entorno mundial de la información, creando sesgos y lagunas que podrían incluso llevar a las naciones a tomar decisiones que subordinen sus intereses económicos y de seguridad a los de Pekín”, añadió el documento.
El informe identificó tres elementos clave en esta estrategia de China en la manipulación de la información a nivel global.
El primero es su influencia abierta y encubierta sobre contenidos y plataformas. Señaló que la RPC busca maximizar el alcance de contenidos sesgados o falsos que le sean favorables y, para ello, ha adquirido participaciones en medios extranjeros y ha patrocinado a influencers online.
El segundo es la restricción a la libertad de expresión global. Los autores del informe advirtieron que el régimen chino emplea tácticas de intimidación para silenciar la disidencia y fomentar la autocensura, especialmente en temas que considera delicados.
Y el tercero es su “comunidad de autoritarios digitales”. El reporte remarcó que la RPC promueve el autoritarismo digital, que implica el uso de la infraestructura digital para reprimir la libertad de expresión, censurar las noticias independientes, promover la desinformación y negar otros derechos humanos. “Mediante la difusión de tecnologías para la vigilancia y la censura, a menudo a través de capacidades agrupadas bajo el paraguas de ‘ciudades inteligentes’ o ‘seguras’, la RPC ha exportado aspectos de su entorno de información nacional a todo el mundo”, afirmó el documento, y subrayó que el régimen ha propagado tácticas de control de la información con especial atención a África, Asia y América Latina.
Este informe, además, llega después de que el secretario de Estado Antony Blinken afirmara este jueves que China pretende superar a Estados Unidos como “potencia dominante en el mundo: militar, económica y diplomáticamente”.
Los diferendos comerciales, la cuestión de Taiwán y la presencia china en el mar de China Meridional, a la que Washington califica de expansionista, son algunos de los temas que enfrentan a Estados Unidos y China. Pero los dos países han renovado el diálogo en los últimos meses con una sucesión de visitas de altos funcionarios estadounidenses a Pekín, incluido Blinken.
El jefe de la diplomacia estadounidense dijo que había mucho en juego en Taiwán debido a su papel en la economía global. “Si hubiera una crisis sobre Taiwán precipitada por acciones chinas, tendríamos una crisis económica global”, expresó Blinken.
(Con información de AFP)