Un nuevo estudio reveló que grandes tabacaleras, como Philip Morris y R.J. Reynolds, pudieron haber aplicado estrategias similares a las usadas en el tabaco para hacer más adictivos los alimentos procesados. La investigación, publicada en la revista Addiction, se enfoca en la proliferación de alimentos ‘hiperpalatables’ ricos en grasa, sodio y azúcar. “Estos alimentos se popularizaron en las décadas de los 80, cuando dichas compañías de tabaco poseían marcas alimenticias líderes como Kraft, General Foods y Nabisco.
Esto permitió a las tabacaleras dominar el suministro de alimentos en Estados Unidos y cosechar miles de millones en ventas de marcas populares como las galletas Oreo, los macarrones con queso Kraft y los Lunchables, según consignó The Washington Post.
El estudio, dirigido por Tera Fazzino, profesora asistente en el departamento de psicología de la Universidad de Kansas, examinó documentos internos de la industria del tabaco y comparó 105 alimentos de marcas propiedad de tabacaleras con 587 productos similares de otras compañías entre 1988 y 2001. Los resultados mostraron que los alimentos propiedad de compañías de tabaco eran un 80% más propensos a ser hiperpalatables. Aunque las tabacaleras ya no son propietarias de estas marcas alimenticias, los investigadores argumentan que el legado de estos productos ultra procesados persiste en la actualidad.
Para llegar a estas conclusiones, según el artículo de The Washington Post, Fazzino y su equipo revisaron millones de documentos internos de la industria del tabaco almacenados en la Biblioteca de Documentos de la Industria de la Universidad de California en San Francisco. “Es importante que la gente comprenda de dónde provienen estos alimentos y quién fue responsable de introducirlos en nuestro sistema alimentario de una manera que satura el entorno”, dijo Fazzino. Ashley Gearhardt, profesora de psicología en la Universidad de Michigan que estudia la adicción a los alimentos, señaló que estos alimentos hiperpalatables tienen mucho en común con las sustancias adictivas.
Las tabacaleras ingresaron al negocio de los alimentos hace 60 años para diversificar sus carteras de productos. Utilizaron librerías extensas de colores, sabores y aditivos que habían desarrollado para los cigarrillos para crear una variedad de alimentos procesados. En la década de 1960, R.J. Reynolds lanzó un proyecto para desarrollar bebidas azucaradas, que incluía investigaciones de mercado en niños. Posteriormente, en 1985, adquirió Nabisco, convirtiéndose en un jugador dominante en la industria alimentaria.
El impacto de las tabacaleras en la industria alimentaria no se limitó a la propiedad de marcas populares. También aplicaron estrategias de marketing similares a las utilizadas en el tabaco para segmentar a los consumidores. Por ejemplo, Philip Morris empleó una estrategia de “extensiones de línea” para comercializar tanto cigarrillos como alimentos procesados a diferentes grupos demográficos.
Aunque las compañías de tabaco ya no están en el negocio de los alimentos, su impacto en el suministro de alimentos fue significativo. El estudio de Fazzino encontró que para 2018, las diferencias en los alimentos previamente propiedad de tabacaleras y otros alimentos habían desaparecido en gran medida. Según Fazzino, no es que los alimentos se hayan vuelto más saludables, sino que otras compañías vieron lo que funcionaba y muchos productos probablemente se reformularon para hacerlos igual de hiperpalatables que los vendidos por sus competidores.
¿Puede ser adictiva la comida?
La comida altamente procesada puede ser tan adictiva como las drogas
Según un estudio realizado en 2011 por investigadores de la Universidad de Yale sugiere que la comida altamente procesada y rica en azúcar, grasa y sal puede ser tan adictiva como las drogas. Los investigadores encontraron que estos alimentos llamados “hiperpalatables” activan las mismas áreas del cerebro y provocan síntomas similares a la adicción a sustancias como la cocaína o la nicotina.
“Los alimentos hiperpalatables han sido diseñados para superar las propiedades de recompensa de los alimentos tradicionales. Al aumentar los niveles de azúcar, grasa, sal y aditivos parecen provocar respuestas cerebrales similares a las drogas de abuso tradicionales”, explicó el Dr. Ashley Gearhardt, autor principal del estudio.
Los investigadores señalan que ignorar los efectos de estos alimentos podría tener graves consecuencias para la salud pública, al igual que ocurrió históricamente con el tabaco. Abogan por tomar medidas desde las políticas públicas para reducir el consumo de comida altamente procesada y evitar problemas de salud como la obesidad y enfermedades asociadas.
Durante las últimas tres décadas, ha habido una rápida expansión de alimentos extremadamente sabrosos en el mercado, lo que ha coincidido con un incremento en casos de obesidad y trastornos alimenticios. En el contexto estadounidense, la proliferación más significativa de estos productos tuvo lugar entre los años 1988 y 2001, período en el cual las tabacaleras Philip Morris y R.J. Reynolds controlaban las compañías alimenticias más grandes a nivel global.
Qué son los alimentos hiperpalatables
Los alimentos hiperpalatables son aquellos diseñados para estimular de manera excepcional los sentidos del gusto y el olfato, lo que a menudo resulta en un mayor deseo de consumir estos productos. Estos alimentos suelen contener altas concentraciones de azúcares, grasas y sal, y están diseñados para ser extremadamente sabrosos. La combinación de estos elementos puede activar los sistemas de recompensa del cerebro de manera similar a como lo hacen ciertas drogas, lo que puede llevar a un consumo excesivo y, en algunos casos, a la dependencia.
La investigación en el campo de la nutrición y la neurociencia ha mostrado que el consumo de alimentos hiperpalatables puede estar vinculado con problemas de salud como la obesidad, la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares. Además, estos alimentos suelen carecer de nutrientes esenciales, lo que puede llevar a deficiencias nutricionales si se consumen en grandes cantidades y desplazan a otros alimentos más nutritivos en la dieta.
Es importante señalar que la disponibilidad y el marketing de estos productos han sido objeto de debate en el ámbito de la salud pública, ya que se considera que contribuyen a la epidemia de enfermedades crónicas relacionadas con la dieta. Sin embargo, la responsabilidad también recae en los consumidores para hacer elecciones alimenticias informadas.
The Washington Post indicó que Philip Morris, que cambió su nombre a Altria, declinó hacer comentarios. R.J. Reynolds, Kraft y Mondelez, que es la empresa propietaria de Nabisco, no respondieron a las solicitudes de comentarios.
(Fuente: “Many of today’s unhealthy foods were brought to you by Big Tobacco”, The Washington Post, 19 de septiembre de 2023 y Yale University: Can food be addictive? Public health and policy implications)