La cifra de muertos por los incendios forestales de la isla de Maui, en Hawaii, descendió de 115 a 97 personas, según lo informó el gobernador de la entidad, Josh Green, en su cuenta de la red social X.
Green explicó que el trabajo de expertos y antropólogos en la zona ayudó a tener una visión más acertada de las víctimas y acotó que aún hay 31 denuncias de personas sobre las que no se conoce su paradero, pero que esperan encontrar respuestas prontamente.
Inicialmente, funcionarios locales creían que al menos 115 personas habían muerto en las llamas, pero exámenes posteriores mostraron que tenían muestras de ADN repetidas de algunos de los individuos que perdieron la vida. La cifra de los desaparecidos también bajó de 41 a 31, de acuerdo con lo informado por John Pelletier, jefe de la policía de Maui.
John Byrd, director de laboratorio de la Agencia para la Contabilización de Prisioneros de Guerra/Desaparecidos en Combate (DPAA, por sus siglas en inglés) del Departamento de Defensa, dijo en una conferencia de prensa que el número actual de muertos debería ser considerado un mínimo, porque es posible que pueda incrementarse.
Determinar el número de personas que perdieron la vida por los incendios forestales del 8 de agosto en la localidad de Lahaina ha sido complicado debido a los daños provocados por el fuego y el caos mientras la gente intentaba escapar, señalaron funcionarios. En algunos casos se recolectaron sin querer restos de animales junto con restos humanos.
El incendio de Lahaina ha sido el más letal en Estados Unidos en más de un siglo. Atrapados en un infierno, algunos de los residentes murieron en sus automóviles, mientras que otros se arrojaron al océano o intentaron correr para ponerse a salvo. Gran parte del histórico poblado quedó reducido a cenizas.
Byrd aseguró que la cifra inicial de muertos era demasiado elevada debido a varias razones, y agregó que el hecho de que el número sea menor ahora es resultado del avance “normal y natural” de la investigación forense a largo plazo.
La causa de los incendios forestales, que quemaron un total de 14 kilómetros cuadrados y destruyeron al menos 2.200 estructuras, sigue bajo investigación. Los funcionarios locales y estatales han recibido críticas considerables por su respuesta antes, durante y después de que estalló el incendio de Lahaina.
El ex jefe de la Agencia de Manejo de Emergencias de Maui, Herman Andaya, renunció a su cargo una semana después del incendio luego de enfrentar preguntas sobre su controvertida decisión de no activar las sirenas de advertencia de la isla cuando el incendio forestal se estaba propagando.
El alcalde del condado de Maui, Richard Bissen, también ha recibido críticas por su incapacidad para dar cuenta de sus propias acciones durante las primeras horas del incendio.
La Fiscal General de Hawaii, Anne López, contrató al Instituto de Investigación de Seguridad contra Incendios de UL, una organización sin ánimo de lucro, como una “organización privada de terceros” para evaluar la respuesta de las agencias gubernamentales locales a los incendios.
El Gobierno de EEUU ha destinado ya más de 5,6 millones de dólares en asistencia a las víctimas, según datos de la Casa Blanca.
(Con información de EFE, AP y Europa Press)