Estados Unidos aprobó este miércoles la venta a Corea del Sur de aviones de combate F-35 por 5.000 millones de dólares en pleno aumento de las tensiones con el régimen de Corea del Norte.
El Departamento de Estado norteamericano informó al Congreso que había dado luz verde a la venta de 25 aviones fabricados por Lockheed Martin, así como de motores y equipos relacionados.
La venta “mejorará la capacidad de la República de Corea para enfrentar amenazas actuales y futuras al proporcionar una capacidad de defensa creíble para disuadir la agresión en la región y garantizar la interoperabilidad con las fuerzas estadounidenses”, indicó un comunicado del Departamento de Estado.
“La venta propuesta de este equipo y apoyo no alterará el equilibrio militar básico en la región”, agregó.
La agencia federal informó que los principales contratistas del programa serán las empresas Lockheed Martin en Fort Worth, en el estado de Texas, y la compañía Pratt & Whitney, ubicada en East Hartford, en el estado de Connecticut.
Corea del Sur ha operado los cazas F-35 desde 2018. Estados Unidos solo aprueba la venta de estos aviones militares a sus socios más cercanos, y Turquía fue excluida del programa de F-35 después de una importante compra a Rusia de un sistema de defensa antimisiles.
La venta se produce cuando las tensiones han aumentado con el régimen de Corea del Norte, que realizó pruebas de misiles en las últimas horas con el dictador Kim Jong-un de visita en Rusia para discutir una mayor cooperación armamentista con el presidente Vladimir Putin.
La última vez que Pyongyang había realizado un lanzamiento de misiles balísticos fue el 30 de agosto, en respuesta a las maniobras militares conjuntas entre Estados Unidos y Corea del Sur en las inmediaciones de la península coreana. Tras ello, Corea del Norte aseguró que la batería de misiles de crucero fue una maniobra para simular “un ataque nuclear táctico”, para “advertir a los enemigos del peligro real de una guerra nuclear”.
Corea del Norte lleva realizados este año un número récord de pruebas nucleares.
A raíz de estas acciones, así como los reiterados lanzamientos de misiles balísticos intercontinentales, sus relaciones con la comunidad internacional y con la vecina Seúl están en su punto más bajo en años, con las relaciones diplomáticas estancadas casi por completo.
En este contexto, Estados Unidos ha intensificado la cooperación tripartita con Japón y Corea del Sur, aliados que albergan tropas estadounidenses pero que frecuentemente estaban en desacuerdo por disputas históricas.
En una cumbre celebrada el mes pasado en el complejo presidencial de Camp David, cerca de Washington, el presidente Joe Biden, su par surcoreano, Yoon Suk Yeol, y el primer ministro japonés, Fumio Kishida, prometieron trabajar más estrechamente frente a Corea del Norte y otros desafíos.
Los tres acordaron un plan multianual de ejercicios regulares en todos los territorios, que van más allá de los ensayos en respuesta a Pyongyang, e hicieron un “compromiso de consulta” formal durante las crisis, para el que Biden dijo que abriría una línea directa.
También lograron un acuerdo para compartir datos sobre Corea del Norte en tiempo real y para realizar cumbres cada año.
(Con información de AFP)