Miami entre las ciudades con mayor “efecto de isla de calor urbana” en Estados Unidos

Las áreas metropolitanas densas y la falta de espacios verdes contribuyen a este fenómeno al disminuir la calidad de vida y la salud de los residentes. El sur de la Florida lo sufren especialmente, y los barrios más pobres en mayor medida

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Miami se encuentra en los primeros puestos de la lista de ciudades estadounidenses que sufren el "efecto de isla de calor urbana". (Opy Morales)
Miami se encuentra en los primeros puestos de la lista de ciudades estadounidenses que sufren el "efecto de isla de calor urbana". (Opy Morales)

De acuerdo a un reciente estudio de Climate Central, una reconocida organización sin fines de lucro, Miami comparte con Chicago el tercer puesto entre 44 grandes ciudades de Estados Unidos en la lista de las que más intensamente sufren el “efecto de isla de calor urbana”.

Así se denomina al aumento de las temperaturas específicamente en áreas metropolitanas a causa de la construcción de edificios y carreteras que reemplazan a la vegetación natural.

La importancia de este fenómeno radica en que puede comprometer la habitabilidad de las ciudades y elevar el riesgo de complicaciones de salud relacionadas con altas temperaturas, según indicó Axios. Pero eso no es todo: también se traduce en un consumo energético mayor, con el consecuente aumento en los costos, debido a la necesidad de los ciudadanos de usar aire acondicionado para refrescarse.

El “efecto de isla de calor urbana” se traduce en temperaturas elevadas debido a construcciones y carreteras que reemplazan la vegetación. (Giorgio Viera / AFP)
El “efecto de isla de calor urbana” se traduce en temperaturas elevadas debido a construcciones y carreteras que reemplazan la vegetación. (Giorgio Viera / AFP)

Un aspecto preocupante del estudio es que revela que los barrios de bajos recursos son los más afectados por este fenómeno, lo cual denuncia la existencia de una desigualdad climática. Las áreas más adineradas tienden a tener mayor cantidad de vegetación y menos concentración de inmuebles, lo que las protege parcialmente de este efecto.

En el informe de 2023 sobre puntos preocupantes de calor en las ciudades, Climate Central presenta el índice de isla de calor urbana (UHI). Esta métrica da cuenta de cuánto más cálidas resultan ciertas zonas debido a las infraestructuras humanas.

En el caso de Miami, el UHI promedio es alarmantemente alto: suma 8,3 °F (4,6 °C) a la temperatura ambiente de la región donde se encuentra la metrópolis. En algunos barrios, como Brickell y Edgewater, donde predominan edificios altos y hay escasez de árboles, este índice se dispara a 12 °F (6,7 °C).

Climate Central subraya la desigualdad climática, pues pone en relieve la vulnerabilidad de barrios de bajos recursos ante este fenómeno.
Climate Central subraya la desigualdad climática, pues pone en relieve la vulnerabilidad de barrios de bajos recursos ante este fenómeno.

El documento arroja luz sobre el papel fundamental que juega el albedo, es decir, la proporción de luz solar que es reflejada por una superficie. Elementos urbanos como carreteras, construcciones para viviendas y estacionamientos absorben la luz solar y la irradian nuevamente en forma de calor.

Para poner en contexto, el análisis de Climate Central también señala que hay 41 millones de estadounidenses que residen en zonas urbanas afectadas por este fenómeno tras experimentar un incremento de temperaturas locales de 8°F (4,4°C) o más.

A modo comparativo, otras ciudades como Nueva York y San Francisco presentan índices UHI de 9.5 °F (5,3°C) y 8.8 °F (4,8°C), respectivamente, lo cual supera a Miami.

Frente a este panorama, expertos en la materia como Kaitlyn Trudeau, investigadora asociada sénior de Climate Central, en conversación con el Miami Herald, sugirió medidas para combatir este efecto, como reemplazar superficies que absorben calor por otras que lo reflejen. Soluciones como techos blancos, pavimentos que reflejan la luz y, sobre todo, la plantación de más árboles pueden marcar la diferencia. En consonancia, los funcionarios locales establecieron la meta de aumentar la copa arbórea de Miami-Dade del 20% al 30% para el año 2030.

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