Cinco claves de la extensa acusación contra Donald Trump por sus intentos de anular la elección de 2020

El ex presidente de Estados Unidos fue imputado con cuatros cargos en el caso legal más grave hasta el momento contra el ahora candidato y favorito en la interna republicana

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Donald Trump en el discurso a sus seguidores antes del ataque al Capitolio (Reuters)
Donald Trump en el discurso a sus seguidores antes del ataque al Capitolio (Reuters)

Durante años, Donald Trump ha promovido afirmaciones infundadas de que le robaron las elecciones de 2020. En realidad, fue Trump quien trató de robarse los comicios, según aseveraron fiscales federales el martes en una extensa acusación formal que describe que el expresidente estaba desesperado por aferrarse al poder que le habían quitado los votantes.

Aquí, cinco claves de los cargos contra el ex presidente.

Tres conspiraciones

Trump está acusado de cuatro cargos: Obstrucción de un procedimiento oficial, conspiración para obstruir un procedimiento oficial, conspiración para defraudar a Estados Unidos y conspiración para impedir que otros ejerzan sus derechos constitucionales.

En el cargo por obstrucción, que conlleva una sentencia de hasta 20 años en prisión, el procedimiento oficial se refiere a la sesión conjunta en el Congreso federal del 6 de enero de 2021 en la que se debían contar los votos colegiados para certificar a Biden como el ganador oficial. El cargo de obstrucción también se ha presentado contra cientos de los más de 1.000 acusados en relación con la insurrección del 6 de enero, incluidos miembros de los grupos de extrema derecha. Más de 100 personas han sido condenadas en juicio o se han declarado culpables del delito.

La conspiración para defraudar a Estados Unidos, que se castiga con hasta cinco años en prisión, prohíbe los esfuerzos para obstruir o interferir con las funciones del gobierno “mediante engaños, mañas o trucos, o al menos por medios que son deshonestos”. El acta asegura que Trump utilizó “la deshonestidad, el fraude y el engaño” para obstruir el conteo y la certificación de los resultados electorales. Según el documento, la campaña de varias semanas comenzó con la presión sobre los legisladores estatales y los funcionarios electorales para cambiar votos colegiados de Biden a Trump, y luego evolucionó hacia la elaboración de listas falsas de compromisarios a favor de Trump para ser enviadas al Congreso.

Trump y sus aliados también trataron de utilizar al Departamento de Justicia para que llevara a cabo investigaciones falsas de fraude electoral con el fin de impulsar su plan de falsos compromisarios, de acuerdo con el acta de acusación. A medida que se acercaba el 6 de enero, Trump y sus aliados presionaron al entonces vicepresidente Mike Pence para que rechazara algunos votos colegiados, y cuando eso no funcionó, el expresidente indicó a sus simpatizantes que fueran al Capitolio federal para impedir la certificación de los resultados de las elecciones, señala el acta de acusación.

El asalto al Capitolio del 6 de enero (Reuters)
El asalto al Capitolio del 6 de enero (Reuters)

El gran jurado acusó también a Trump del delito de conspirar para obstruir un procedimiento oficial.

Para sostener esta acusación, el gran jurado utiliza la misma evidencia y denuncia que entre el 12 de noviembre de 2020 y el 7 de enero de 2021, un día después del asalto al Capitolio, Trump “intentó impedir e impidió de forma corrupta un procedimiento oficial, es decir la ratificación de los resultados electorales”.

El cuarto y último cargo es el de “conspiración contra derechos” que se aplica cuando más de dos personas se ponen de acuerdo para agredir a alguien que ejerce sus derechos constitucionales y que tiene una pena máxima de diez años de prisión.

El gran jurado consideró que Trump “conspiró a sabiendas” con otras personas para “herir, oprimir, amenazar e intimidar a personas que ejercieron un derecho garantizado en la Constitución”, en referencia al derecho al voto.

Seis cómplices

El gran jurado señaló a seis co-conspiradores del republicano, de los que no reveló su identidad pero todo apunta a que uno de ellos es su abogado y exalcalde neoyorquino Rudy Giuliani.

El primero, detalla, es un “abogado que estaba dispuesto a difundir afirmaciones falsas a sabiendas y a seguir una estrategia que los abogados de la campaña de reelección del acusado no hubieran llevado a cabo”.

Rudy Giuliani, abogado de Trump (Reuters)
Rudy Giuliani, abogado de Trump (Reuters)

Otro cómplice es un consultor político que ayudó a presentar listas falsas de compromisarios para Trump.

Los otros, en base a informes anteriores sobre sus acciones descritas en la acusación, parecen ser el abogado John Eastman, cuyo abogado confirmó que probablemente era él quien se describía en la acusación; el abogado Sydney Powell; Jeffrey Clark, ex funcionario del Departamento de Justicia; y Kenneth Chesebro, abogado acusado de participar en la trama de los “falsos electores”.

En una comparecencia ante la prensa, el fiscal especial Jack Smith, que firmó la imputación contra Trump aprobada por el gran jurado, advirtió de que “la investigación sobre otros individuos continúa”.

Siete estados

Según la acusación, Trump presionó a funcionarios en siete estados para revertir los resultados y cambiar los votos del colegio electoral: Arizona, Georgia, Michigan, Nevada, Nuevo México, Pensilvania y Wisconsin.

Trump perdió frente a Biden en los siete estados por diversos márgenes. En Georgia, fue por menos de un punto porcentual. En Nuevo México, por más de 10 puntos.

En una comprometedora llamada con las autoridades electorales de Georgia, Trump dijo: “Solo quiero encontrar 11.780 votos”. Se refería a la diferencia por la que perdía frente a su rival demócrata.

“El acusado empujó a funcionarios en algunos estados a ignorar el voto popular, privar del derecho al voto a millones de electores, rechazar a votantes legítimos y causar la verificación y el voto de electores ilegítimos a favor del imputado”, señala el escrito.

En ese sentido, se asegura que Trump y sus colaboradores organizaron listas “fraudulentas” de electores en esos siete estados claves.

La acusación describe que esto dio lugar a que esos electores “fraudulentos” se dieran cita el día de las elecciones para emitir un voto, descrito también como “fraudulento” por el gran jurado, a favor de Trump, y que firmaran certificados en los que de manera “falsa” aparecían como votantes legítimos.

Siete congresistas

Aún después del violento asalto al Capitolio, Trump y su equipo seguían intentando contactar a congresistas en su campaña.

“En una de las llamadas, el Co-conspirador 1 dejó un mensaje de voz dirigido a un senador de los Estados Unidos que decía: ‘Necesitamos que ustedes, nuestros amigos republicanos, intenten ralentizarlo para que podamos conseguir que estas legislaturas les hagan llegar más información. Y sé que vuelven a reunirse a las ocho de esta noche, pero la única estrategia que podemos seguir es presentar objeciones a numerosos estados y plantear cuestiones para que nos metamos en mañana, idealmente hasta el final de mañana’”, dice la acusación.

Los esfuerzos estuvieron dirigidos a seis senadores y un miembro de la Cámara de Representantes.

La Primera Enmienda

Ante los argumentos de que Trump estaba ejerciendo sus derechos de libre expresión, el documento ya rebate esas posturas.

Trump tenía el derecho de impugnar la elección, e incluso de asegurar falsamente que había ganado, según el acta. Los cargos, sin embargo, se derivan de lo que los fiscales afirman que fueron intentos ilícitos por subvertir los resultados electorales y bloquear la transferencia pacífica del poder.

Asegura que Trump y sus aliados hicieron a sabiendas “afirmaciones falsas” de que hubo fraude electoral para lograr que legisladores estatales y funcionarios electorales revirtieran “los resultados legítimos” de los comicios.

(Con información de AP y EFE)

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