El Interamerican Institute for Democracy organizó, junto a otras instituciones, el foro “La Propiedad es un Derecho Humano”, usurpaciones y amenazas, en el que un grupo de académicos, políticos y periodistas discutió sobre la situación del derecho a la propiedad privada, individual y colectiva en América Latina. El debate también contó con la participación de la Universidad Internacional de Florida (FIU, por sus siglas en inglés) e Infobae.
Los paneles estuvieron moderados por Eduardo Gamarra, profesor en la FIU quien presentó en primer lugar a Anthony Pereira, del Departamento de Políticas Internacionales y Director del Centro para América Latina y el Caribe de la misma casa de altos estudios, como primer expositor. El académico recordó brevemente que la idea la propiedad privada fue en una época de la historia un concepto “radical” y que incluso puso en dudas ideas afianzadas como el del “derecho divino”.
En segundo lugar, tomó la palabra el director del Interamerican Institute for Democracy, Carlos Sánchez Berzaín, quien agradeció en nombre de la institución que dirige a los demás participantes. El ex ministro boliviano, exiliado político en Estados Unidos, indicó que la intención del encuentro radicaba en la necesidad de plantear la desmitificación de la narrativa del Socialismo del Siglo XXI. “Presentaron la propiedad privada como una vergüenza para justificar sus crímenes”, sintetizó.
Sánchez Berzaín dio lugar a Daniel Hadad, fundador y CEO de Infobae. El periodista y abogado advirtió que “la propiedad privada en América Latina está sintiendo y viviendo una amenaza en casi todos los países. Es raro encontrar una excepción a eso”. “Sin propiedad privada es muy difícil que haya civilización... la propiedad no es sólo de muebles e inmuebles, es también de intangibles”, agregó. El creador de múltiples medios a lo largo de su carrera, sembró también un interrogante respecto a qué y quiénes podrían estar detrás de los sistemáticos ataques a la propiedad privada.
A continuación, tuvo lugar el panel académico conducido por Rodrigo Arboleda en el que expusieron Mariano Caucino -en representación de Argentina-, Antonio Saravia -por Bolivia-, Gustavo Covacevich y Ricardo Israel -en nombre de Chile-, Luis Beltrán por Venezuela y Beatrice Rangel.
Arboleda, en su presentación del panel, propuso debatir en el campo de los derechos humanos: “Un derecho fundamental de la humanidad es tener acceso al mundo del conocimiento”. En ese sentido recordó que millones de niños africanos tienen acceso a la educación pero viven a una distancia promedio de 40 kilómetros de los centros educativos. Es por eso que la posibilidad de aprender por sí mismos mediante un ordenador resultó revolucionaria. Arboleda propuso entonces pensar cómo el ChatGPT, la nueva revolución digital, podría catapultar a la humanidad a un avance o a un retroceso trágico en cuanto a la educación.
A su turno, Caucino, ex embajador argentino en Israel, advirtió que “las restricciones al ejercicio de la propiedad también implican alteraciones a la libertad y los derechos humanos” y que esos impedimentos no sólo suceden en las dictaduras latinoamericanas de forma brutal -entre las que nombró a Cuba, Nicaragua, Venezuela y Bolivia- sino que suceden en las demás naciones regionales.
El empresario y ejecutivo chileno Covacevich, en tanto, recalcó que “a mayor protección de derecho de la propiedad hay mayor probabilidad de desarrollo económico, pero que también va en beneficio de la dignidad humana. La desigualdad no es el fruto de la fortaleza del derecho a la propiedad sino que tiene raíces más profundas”.
Ricardo Israel, académico y columnista de Infobae, recordó la Declaración Universal de los Derechos Humanos y remarcó que ese derecho no es tan difundido como los demás derechos. “La Segunda Guerra Mundial y el Holocausto mostraron la confiscación de propiedades y obras de artes de judíos, homosexuales y gitanos, para el enriquecimiento de oficiales nazis en su gran mayoría”, subrayó. Eso fue aceptado tanto por Occidente como por el bloque soviético, dijo Israel y añadió que a partir de entonces se creó un movimiento importante que debe ser enseñado en escuelas a través del mundo.
Asimismo, habló la politóloga venezolana Beatrice Rangel, quien, por su parte, hizo un repaso histórico de las violaciones a la propiedad privada y el irrespeto a las instituciones en América Latina, desde la colonización española hasta la actualidad. “Las elites económicas de las nuevas naciones se formaron bajo un ambiente de total irrespeto a la propiedad privada. Esas elites, gracias a las culturas mercantilista imperante, se han proyectado hasta el presente”, dijo la periodista venezolana.
Eso, dijo Rangel, muestra que la región “jamás ha reconocido este derecho y ello explica que en 500 años, el continente exhiba economías parapléjicas y excluyentes y sistemas políticos inestables”. “No existe por tanto en la conformación del ADN de América Latina un solo cromosoma que incluya la propiedad privada. En contraste, aquellos países que vivieron la ilustración generaron una cultura de respeto a la propiedad privada y por tanto instituciones para asegurar su vigencia”, recordó.
Saravia, en tanto, dijo que el problema en América Latina no consiste sólo en la “expropiación”, sino en el “estatismo que genera inestabilidad”. “Lo que es más importante es que la propiedad privada es el fruto del florecimiento de la humanidad, sin ella no tiene sentido levantarse a la mañana. Sin propiedad privada la vida no tiene sentido”.
El académico boliviano planteó el problema de cuando la propiedad privada pasa a ser pública y explicó el problema que atraviesan los comerciantes y productores bolivianos para registrar sus empresas: “El 85% de economía en Bolivia es informal no te permiten registrar la propiedad”.
“Sin propiedad privada no hay dignidad humana, la vida no vale la pena, cualquier esfuerzo no tiene sentido”, dijo Saravia. Agregó que si la propiedad privada pasa a ser pública, “estamos destinado a ser pordioseros del colectivo”.
Beltrán, académico y político venezolano de trayectoria, puntualizó que “el individuo no es realmente libre cuando no puede incorporar los bienes que quiere incorporándolos bajo su patrimonio o no puede disfrutar de ellos porque existe un poder central o el precio es fijado por el gobierno”.
A su término, le siguió el panel sobre derechos humanos, a cargo de Luis Leonel León, que contó con la presencia de los especialistas Marcel Feraud, de Ecuador; Norberto Spángaro, de Argentina; Armando Valladares, por Cuba y Estados Unidos; y Eva Sara Landau, por Bolivia.
Feraud señaló que cuando se habla del derecho a la libertad se habla del epicentro del derecho. Y que es a partir de ellos que se desarrolló el derecho como sistema de normas que ordena la sociedad. Por su parte, Landau intervino advirtiendo sobre la narrativa de las dictaduras para justificar las expropiaciones y la violación contra la propiedad mientras que Valladares, uno de los primeros exiliados del comunismo cubano, habló sobre la situación de los DDHH en la Argentina y los peligros que enfrenta en la actualidad.
El panel sobre la prensa estuvo moderado por Rodolfo Milani y tuvo cuatro oradores. El primero fue Hugo Macchiavelli, en nombre de Argentina; seguido de Idania Chirinos, por Colombia. Luego, hablaron Luis Galeano, por Nicaragua; e Iliana Lavastida, por Cuba.
La periodista Chirinos, directora de Contenidos de NT24, se expresó sobre la violación a la propiedad sobre los medios de comunicación, clave para cualquier democracia saludable.
Para Chirinos, “quien viola la propiedad privada también viola la libertad de expresión”. Además hizo un recuento de la gran cantidad de expropiaciones que ejecutó Hugo Chávez a televisoras, diarios y estaciones de radio y que cotinuó el dictador Nicolás Maduro. “Lo que Chávez expropiaba en realidad era una manera plural de pensar”, dijo la periodista.
La violación a la propiedad como instrumento de control social
El último espacio de exposición fue el panel político, moderado por Vilma Petrash, en el que la abogada argentina María Eugenia Talerico argumentó que la violación al derecho de propiedad ejercido por los regímenes autoritarios y populistas se realiza como método para lograr el control social.
“Argentina en 2022 tuvo 52% de la población recibiendo ayuda social, 40% son pobres y 8% de indigentes como resultado de los 16 años de kirchnerismo”, dijo Talerico.
Ante esto último, la también precandidata a senadora nacional, aseguró que: “El kirchnerismo en Argentina atacó y ataca de modo permanente a la propiedad y con ello a nuestra matriz de crecimiento y a nuestras fuentes de riqueza, generando un gran empobrecimiento y deterioro como política de Estado para controlar a la población, expulsar al capital privado y al recurso humano valioso y a los que se quedan hacerlos sumisos ante sus exigencias y beneficiarios de sus prebendas”, dijo.
Guido Añez, ex presidente del Gobierno municipal y ex gobernador de Santa Cruz, en Bolivia, comenzó remarcando que ninguna dictadura respeta la propiedad. En ese sentido, sostuvo que su país “tiene los mismos problemas que tienen Cuba, Venezuela, Nicaragua pero que, sin embargo, es ignorado por los organismos internacionales e, inclusive, por los organismos de crédito”.
Es por ello que, explicó, el problema de la dictadura en Bolivia es peor que el de las abiertamente señaladas dictaduras latinoamericanas. En este contexto, sumó que en el país la propiedad privada ha sido declarada un derecho expectaticio, tras una reforma de Evo Morales. Como consecuencia, “el 81% de las tierras en Bolivia están en manos comunitarias y sólo el 14% están en tierra de pequeñas y medianos propietarios”, una “narcotización de la tierra”.
La política ecuatoriana María Paula Romo, que enfrentó la crisis política de octubre de 2019, tomó la palabra a continuación y dijo que “históricamente, la defensa de la propiedad ha estado ligada con la defensa de la libertad” ya que, volviendo en la historia, “antes de ser considerada un derecho, la propiedad era un atributo de los hombres libres” y su declaración de derecho constituyó una búsqueda por igualar a las personas.
Sin embargo, lamentó que, en la actualidad, esto se esté perdiendo o se encuentre vulnerado, debido a que el “deterioro del estado de derecho” en la región lleva a que muchos gobernantes se valgan de ello para “someter a los pueblos y a los individuos”.
Asimismo, rescató la idea presentada anteriormente y comentó que la expansión de las economías criminales es, sin duda, una amenaza a la propiedad privada.
El abogado y ex político Jorge del Castillo le siguió, en nombre de Perú, y no pudo evitar remitirse a la crisis que atravesó el país hace tan solo siete meses cuando “estuvo a punto de caer en estas barbaridades que nos han contado acá”.
“Pedro Castillo dio un golpe de Estado, quiso cerrar el Congreso, quiso cerrar el Poder Judicial, quiso apresar a la Fiscal de la Nación. Esa es la realidad, la precariedad, de la democracia en algunos países”, continuó.
Luego, mencionó una frase que dice que “no hay que quitar riqueza al que la tiene sino que hay que crear para el que no la tiene” algo que, considera, debería ser la cuestión central del debate y la principal tarea de los gobernantes.
En ese sentido, comentó que, durante su tiempo en el Gobierno, hizo entrega de múltiples lotes a individuos que, tan pronto recibían el título de propiedad, construían allí viviendas que, luego, “podían heredar sus hijos, alquilar y tener una renta” o un sinfín de otros beneficios y “la gente lo entendía perfectamente bien”.
Habló, a continuación, el ex preso político Félix Alejandro Madariaga, quien hizo un recorrido por sus exilios por parte del régimen autoritario de Daniel Ortega en su natal Nicaragua e instó al respeto a la propiedad privada, incluso de aquellos de quienes piensan diferente.
“Todos sabemos que la condición humana para poder ser dotada de felicidad, de libertad, de dignidad requiere de la propiedad privada como uno de los pilares fundamentales”, dijo también y sumó que de poco sirven las luchas en otros aspectos si no van de la mano con ésta, ya que “es lo que logra cimentar el capital humano”.
Henrique Salas, ex diputado al Congreso de la República de Venezuela, se refirió a la cuestión en su país y comenzó diciendo que “los cuatro pilares fundamentales para que exista una democracia son el derecho a la vida; el segundo, a la libertad de expresión; el tercero a la propiedad privada; y cuarto, a que cada ciudadano sea juzgado por jueces imparciales” aunque sostiene que al hablar del segundo se habla de todos ya que “todos están contenidos en la propiedad y, cuando son amenazados, se acaba la libertad en todos los sentidos”.
Es por ello que advirtió sobre el avasallamiento de éste y la importancia de preservarlo.
Concluyó en panel político el ex vicepresidente Francisco Santos, en nombre de Colombia. A modo de cierre, resumió las diferencias entre los intereses de la izquierda y la derecha sobre la propiedad privada, en los que la segunda busca “alimentar riqueza, para distribuir más luego de crear riqueza, para alimentar la democracia”, mientras que la primera pone el foco “en acabarla y satanizarla para generar la lucha que ellos justifican”.
Es por ello que, señaló, es importante defender los valores para evitar el avance de estas corrientes y sus voluntades.
A modo de cierre, Tomás Regalado, presidente del Instituto y ex alcalde de Miami, concluyó con firmeza que “los regímenes totalitarios y despóticos temen, precisamente, dos cosas muy importantes: la palabra y la propiedad privada” y, en ese sentido, recordó a Carlos Alberto Montaner, considerado “el enemigo número uno a la hora de describir las palabras del régimen castrista”.
“Logró hacer temblar al régimen en distintas ocasiones”, valoró en su memoria y señaló sobre su país que “la dictadura cubana inventó la dictadura perfecta y comenzó eliminando la propiedad privada”.
Por último, tuvieron la palabra Eduardo Gamarra y Carlos Sánchez Berzaín, que enfatizaron en la importancia de alcanzar una solución para las dictaduras y la corrupción en la región por medio de “un enfoque sostenible y legal”, para lo que es crucial “promover actividades para respetar y proteger el derecho a la propiedad privada”.
“Todo termina en un eje de confrontación, que es el eje de la violación de los derechos humanos contra la libertad, que es la confrontación de la concentración del poder -el autoritarismo, la dictadura, totalitarismo- contra la democracia”, cerraron.
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