Estados Unidos concluyó este viernes la destrucción de su arsenal de armas químicas de reserva, un hito festejado por el presidente Joe Biden, quien aseguró que se trata de “un paso más hacia un mundo libre de horrores”.
“Estados Unidos ha trabajado incansablemente durante más de 30 años para eliminar su arsenal de armas químicas. Hoy me enorgullece anunciar que ha destruido de forma segura la última munición de ese arsenal”, dijo el mandatario.
Uno de estos depósitos se ubicaba en el condado de Pueblo, en el estado de Colorado, y contenía unas 2.600 toneladas de gas mostaza contenidas en 780.000 municiones, que fueron eliminadas en junio. El otro, el Blue Grass Army Depot, estaba en el este de Kentucky y contenía 523 toneladas de gas sarín, mostaza y VX en proyectiles y cohetes, que se dieron por concluidos este viernes.
El líder de los republicanos en el Senado, Mitch McConnell, festejó, por su parte, este suceso y señaló que “aunque el uso de estas armas letales será para siempre una mancha indeleble en la historia, nuestra nación finalmente ha cumplido su promesa de librarnos de este flagelo”.
Este suceso se dio tras los esfuerzos de sucesivas administraciones que habían adoptado la postura de no desarrollar ni desplegar más armas químicas. “Doy gracias a los miles de estadounidenses que dieron su tiempo y su talento a esta misión noble y desafiante”, continuó el mandatario.
La erradicación del arsenal implicó, a su vez, que Estados Unidos adhiera al compromiso asumido en la Convención sobre las Armas Químicas, que entró en vigor en 1997 y prohíbe a los países adherentes desarrollar, producir, almacenar, transferir y emplear estas armas.
Inclusive, se trató de “la primera vez que un organismo internacional verifica la destrucción de toda una categoría de armas declaradas de destrucción masiva”.
En ese sentido, Biden instó a otros países que aún no han ratificado la convención a sumarse a este veto global y permitir que adquiera “su pleno potencial”.
Hasta el momento, la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) dio cuenta de 193 países comprometidos con la Convención -lo que se traduce en un 98% de la población viviendo bajo su protección- aunque Biden destacó los casos de Rusia y Siria, que se han salido de los marcos establecidos.
“Rusia y Siria deberían volver a cumplir con la Convención y admitir sus programas no declarados que se han utilizado para cometer atrocidades y ataques descarados (...). Junto con nuestros socios no nos detendremos hasta que, finalmente y para siempre, podamos librar al mundo de este flagelo”, continuó Biden.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) informaron que Estados Unidos produjo este armamento químico entre 1914, durante la Primera Guerra Mundial, y 1968, como método de disuasión frente a armas similares utilizadas por otros países.
En este período, el país logró hacerse con un total de 40.000 toneladas de armas en nueve depósitos aunque nunca llegaron a utilizarse.
(Con información de EFE y AFP)
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