Más de 110 millones de estadounidenses están lidiando con alertas climáticas en este fin de semana largo. El sur, el medio oeste y la costa este del país comenzaron a ver el clima deteriorarse el pasado jueves y continúan con fuertes tormentas pronosticadas hasta mediados de semana.
Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), desde el pasado jueves se han reportado 700 incidentes en el país de vientos severos que ocasionan destrozos en estas tres regiones de la nación.
Se espera que el mal tiempo atraviese buena parte del país hasta mediados de esta semana, desde Nueva Jersey hasta Tennessee, dejando tormentas eléctricas peligrosas a su paso. No obstante, el mayor problema reside en la fuerza destructiva de los vientos fuertes y la alta posibilidad de tornados. En promedio, estas tormentas traen consigo vientos de entre 60 y 70 millas por hora, suficientes para derribar postes y causar estragos.
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Una de las preocupaciones es el propio 4 de julio. En esta fecha, son tradicionales las reuniones y celebraciones al aire libre. Las autoridades están pidiendo a la población que controle el pronóstico del tiempo antes de hacer planes al aire libre y que no se expongan a riesgos innecesarios.
Por otro lado, parte del sureste y la costa oeste del país tienen otros problemas climáticos: las olas de calor extremo. Para las zonas desérticas de Arizona y California, hay advertencia extrema de calor excesivo, con temperaturas superando los 40 grados centígrados.
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El servicio meteorológico de Los Ángeles advirtió del riesgo de golpes de calor y pidió a los residentes que se mantuvieran alerta ante el peligro. Se hace especial hincapié en prestar atención para no dejar niños o mascotas dentro de automóviles cerrados debido al riesgo de muerte.
Mientras tanto, en el otro extremo del país, Chicago está experimentando días bajo el agua. El centro de la ciudad ha visto sus calles convertirse en riachuelos, desplazando vehículos estacionados y obligando a suspender la carrera de la NASCAR que estaba programada para llevarse a cabo en la ciudad.
Con precipitaciones de más de siete pulgadas, las calles se inundaron durante horas. Las autoridades incluso cerraron partes de la Interestatal 55 y la Interestatal 290 debido a las inundaciones, lo que las hizo intransitables. Se informó de la presencia de 10 vehículos atrapados en la zona.
El servicio ferroviario también se vio interrumpido debido a las intensas tormentas y a la acumulación de agua. Sin embargo, en las últimas horas ha vuelto a funcionar con normalidad.
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