Estados Unidos pidió “integridad” en la segunda vuelta electoral en Guatemala y resaltó la labor de las misiones de observación internacionales en el país centroamericano.
“Estados Unidos apoya la integridad del proceso autorizado por la Constitución guatemalteca”, escribió el principal encargado del Departamento de Estado para Latinoamérica, Brian Nichols, en su cuenta de Twitter.
El diplomático señaló que la Casa Blanca ve con buenos ojos la decisión del Gobierno guatemalteco de recibir un número “histórico” de misiones de observación electoral en los comicios, que tuvieron lugar el pasado domingo.
El subsecretario agregó que considera que estas misiones “seguirán siendo cruciales en el periodo previo a la segunda vuelta y durante la misma”.
El candidato de izquierda Bernardo Arévalo, con un fuerte discurso anticorrupción, obtuvo un inesperado segundo lugar en los comicios, por lo que competirá en una segunda vuelta en agosto con la ex primera dama Sandra Torres, quien lideró el recuento.
Las misiones de observación de la Organización de Estados Americanos y la Unión Europea, cuya labor fue resaltada por Nichols en su Twitter, encendieron las alarmas sobre la intervención del aparato judicial en los comicios y las restricciones a la libertad de prensa en Guatemala.
La misión de la OEA criticó la “alta judicialización” de las elecciones, con la suspensión de muchas candidaturas, porque “erosionó la credibilidad del proceso”.
Los observadores electorales de la OEA constataron que la jornada de los comicios “transcurrió con tranquilidad” pero “se presentaron algunos incidentes violentos” que obligaron a suspender las elecciones en dos municipios.
Además, las semanas previas a la votación estuvieron marcadas por “un clima de tensión y anticipación de conflictividad”, con la muerte de algunos candidatos, intentos de homicidio y enfrentamientos por traslados de votantes.
“La misión condena este tipo de comportamientos y reitera la importancia de garantizar el ejercicio de un voto libre, en un ambiente cívico y de absoluto respeto a la voluntad popular”, expresó.
La OEA exhortó a los políticos a que eviten “señalamientos que generen división social” de cara a la segunda vuelta, e instó a los candidatos a que centren la campaña en “ideas y propuestas” y a que busquen una “mayor conexión” con la ciudadanía.
La Unión Europea, por su parte, aseguró que las elecciones contaron con “graves” restricciones a la libertad de expresión y de prensa.
El diputado español y jefe de la misión de observación, Jordi Cañas, advirtió que los comicios generales se celebraron en un contexto de “serio deterioro del estado de derecho y de la independencia del poder judicial”.
Según el escrutinio de las elecciones, un 17,38% (956.413 votos) fueron nulos, la cifra más alta de las votaciones, ganadas por Torres Casanova, de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), con un 15,78%, es decir 868.124 sufragios.
El segundo lugar correspondió a Arévalo de León, del Movimiento Semilla, con el 11,8% (649.080 votos).
Este ciclo electoral ha sido especialmente polémico en Guatemala debido a la inhabilitación de tres candidatos presidenciales por decisión de las cortes.
Específicamente, los candidatos inhabilitados para participar en este proceso fueron la líder indígena Thelma Cabrera, quien logró el cuarto lugar en las presidenciales de 2019; el empresario Carlos Pineda, quien hace un mes encabezaba las encuestas y Roberto Arzú García-Granados, hijo del ex presidente Álvaro Arzú Irigoyen (1996-2000).
El clima electoral también está marcado por el hecho de que, entre 2018 y 2023, al menos 30 periodistas y funcionarios de justicia de Guatemala se han exiliado y han denunciado persecución penal en su contra.
(Con información de EFE y Europa Press)
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