Expertos ambientalistas llevan años señalando los graves efectos que tienen algunas prácticas industriales comunes, empleadas en todo el mundo. Una de ellas se refiere al ciclo utilizado para la obtención de carnes de animales, que impacta negativamente en el ecosistema terrestre.
A fin de contribuir a esta causa, muchos han optado por adoptar un estilo de vida vegano o vegetariano o han militado, en su defecto, por una disminución en el consumo de estos productos.
Sin embargo, ya no será necesario dejarlos de lado, por lo menos en los Estados Unidos.
Los reguladores de Washington aprobaron este miércoles, por primera vez, la venta de pollo hecho de células animales. Así, el país será sede de las primeras dos empresas que ofrecerán a restaurantes y supermercados “carne cultivada en laboratorio”.
Upside Foods y Good Meat son las dos firmas radicadas en California que obtuvieron la luz verde del Departamento de Agricultura y se convierten, así, en las pioneras de esta nueva tendencia de carne “cultivada” que evita el sufrimiento de los seres vivos, en Estados Unidos.
Asimismo, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) había autorizado a las empresas a operar en noviembre y, la última semana, se sumó también el USDA -que avaló asimismo a la compañía fabricante Joinn Biologics-.
Los empresarios festejaron este paso que permitirá eliminar la muerte de animales y reducir drásticamente los impactos ambientales del pastoreo, así como del cultivo de alimento para estos animales y sus desechos.
“Esta aprobación cambiará radicalmente la forma en la que la carne llega a nuestra mesa. Es un paso gigante hacia un futuro más sostenible, que preserve la elección y la vida”, comentó Uma Valeti, consejero delegado y fundador de Upside Foods mientras que Josh Tetrick, co fundador y director general de Eat Just, sumó: “En lugar de dedicar tanta tierra y agua a alimentar a los animales que serán sacrificados podemos hacer algo distinto”.
La carne en cuestión se diferencia de otras ya disponibles en el mercado -como la Impossible Burger o los productos de Beyond Meat- ya que aquellos son elaborados con proteínas vegetales y otros ingredientes sustitutos mientras que ésta propuesta es carne en sí, sólo que producida de una forma alternativa.
Puntualmente, la proteína es cultivada en tanques de acero con células que pueden provenir de un animal vivo, un huevo fertilizado o un banco especial de células.
Tras varias semanas, una vez culminado el proceso, se obtiene el producto final en grandes planchas que, posteriormente, son trozadas en forma de chuletas de pollo o salchichas.
Inclusive, en Singapur, donde ya están disponibles estos productos desde 2020, la oferta es más variada y contempla, también, nuggets y carne deshebrada.
Un grupo de personas que visitó una cocina comercial de Upside vio al chef Jess Weaver preparar un filete de pollo cultivado, salteado en salsa de vino blanco con tomates, alcaparras y cebolla de verdeo y aseguraron que, si bien la pechuga tenía un color levemente más pálido que las tradicionales de pollerías, su aspecto, aroma y sabor eran idénticos al ya conocido.
De todas formas, como suele ocurrir con estas propuestas innovadoras, su disponibilidad será limitada y sus precios, altos. Es por ello que aún podrían faltar varios años hasta que estas proteínas se vendan con normalidad en las góndolas de los supermercados.
Sin embargo, quienes deseen probarlas podrán hacerlo en algunos restaurantes en el país como Bar Crenn, del chef Dominique Crenn, con tres estrellas Michelin, en San Francisco, y en el del célebre chef y filántropo José Andrés, en Washington.
Upside Foods y Good Meat se suman, así, a otras 150 empresas en todo el mundo que ya cultivan carne a partir de células, no sólo de pollo sino también de cerdo, cordero, pescado y res.
No obstante, algunos detractores de esta iniciativa han apuntado contra ella señalando que su impacto ambiental puede ser, incluso, superior al de los procesos tradicionales ya que requiere un gran consumo de energía y libera múltiples gases del efecto invernadero en sus distintas fases.
Así, apuntaron contra el uso de “medios de crecimiento purificados” y los ingredientes utilizados para ayudar a las células animales a multiplicarse, en métodos similares a los utilizados por empresas de biotecnología para fabricar productos farmacéuticos.
“Si las empresas tienen que purificar los medios de crecimiento hasta niveles farmacéuticos, utilizan más recursos, lo que aumenta el potencial de calentamiento global”, afirmó Derrick Risner, autor de un estudio de la Universidad de California.
(Con información de AP y AFP)
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