A su vuelta del viaje express que lo llevó a Beijing, el secretario de Estado estadounidense Antony Blinken se refirió a algunos de los temas que conformaron la agenda de la visita.
Además, de reconocer “avances” en su relación, Blinken hizo hincapié en uno de los pedidos que más fuerza ha cobrado en el último tiempo y se refiere a la lucha contra el fentanilo.
Beijing ha logrado posicionarse como uno de los principales proveedores de esta droga mortal e, inclusive, de las sustancias aisladas necesarias para su producción, que acaban en territorio estadounidense.
La creciente influencia de los laboratorios chinos en la región ha desencadenado una de las más mortíferas crisis en el país, con miles de muertos por sobredosis cada año.
“El año pasado, incautamos suficiente fentanilo como para matar a todos los estadounidenses”, señaló Blinken en una entrevista con CBS News.
Es por ello que el funcionario insistió en la necesidad de que China centre sus esfuerzos en luchar contra estas rutas de tráfico.
“He dejado muy en claro a China que este es un ámbito en el que queremos y necesitamos una cooperación real. Se trata de una crisis para nosotros, la principal causa de muerte entre los estadounidenses de 18 a 49 años”, dijo.
Para ello, Blinken resaltó que es fundamental que ambos países puedan trabajar de forma estrecha y coordinada. Por ejemplo, una manera sería que las empresas que operan en el gigante asiático compartan la información de sus clientes para poder verificar su identidad y descartar que se trate de alguien que opera con fines delictivos. En otras palabras, algo así como “un mejor etiquetado, un protocolo de ‘conozca a su cliente’”, detalló y continuó: “Así, saben que no están enviando este material a personas que van a utilizarlo, a convertirlo en fentanilo, o que lo están haciendo intencionalmente, deliberadamente”.
El Secretario de Estado destacó, sin embargo, que China ha cooperado en esta materia en el pasado, lo que ha generado un impacto grande y positivo en el consumo y el tráfico de estas sustancias ilegales.
“Hemos visto algo de cooperación en el pasado. De hecho, hace unos años, China clasificó el fentanilo y lo puso en una lista prohibida. Uno de los resultados fue que el fentanilo fabricado que llegaba a Estados Unidos desde China prácticamente se redujo a cero”, explicó.
El problema fue la eficacia de los cárteles y los laboratorios de droga en lo que respecta a reinventarse para mantener vigentes y activos sus negocios.
Al encontrar mayores trabas en los envíos de la droga consumada, comenzaron a comercializarla en partes. Entonces “los productos químicos que se utilizan para hacer en fentanilo -los llamados precursores- se han estado moviendo libremente, principalmente a Nuevo México, donde se convierte en fentanilo y, luego, termina en Estados Unidos”, precisó Blinken.
De todas formas, hubo un segundo factor fundamental que el funcionario resaltó y que, asegura, marcó una gran diferencia y se remonta a hace aproximadamente tres años, cuando el régimen de Xi Jinping puso fin unilateralmente a sus esfuerzos en la lucha contra las drogas.
“Se han quejado de las sanciones, se han quejado del hecho de que ellos han clasificado el fentanilo y nosotros no -y, de hecho, es una de las cosas que deberíamos hacer-. Pero eso no les quita la responsabilidad de trabajar con nosotros y cooperar. Es un área en la que podemos y debemos trabajar juntos”, continuó, aunque se negó a asegurar que exista un beneficio económico del régimen por detrás de la decisión.
Esta postura de Beijing agravó la situación en Estados Unidos pero también en toda la región latinoamericana e, inclusive, en el mundo. En los últimos años, los laboratorios chinos han estado expandiendo su redes y buscando nuevos mercados en los que operar, sacando ventaja de la falta de sanciones y controles.
Así, el consumo de fentanilo ha aumentado considerablemente en el norte de Canadá, en el propio México, y hasta en Europa y Asia.
Blinken confía, entonces, que este avance generará mayor presión sobre el régimen para que retome su lucha contra las drogas, ya no solamente impulsado por la Casa Blanca.
“La demanda a China por parte de otros países, no sólo por nuestra parte, para que tome medidas efectivas, creo que no va a hacer más que aumentar”, sostuvo.
No obstante, el Secretario de Estado dio cuenta de la importancia de esta crisis en la agenda de la Administración Biden y mencionó que Washington lleva años implementando medidas internas para poder afrontar y frenar el avance de estas sustancias.
Entre ellas destacó los trabajos conjuntos con México por la aplicación debida de la ley y la incorporación de tecnología de primera en las fronteras, que permita detectar el fentanilo y otros opioides sintéticos.
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