Las primeras imágenes de la ex directora ejecutiva de Theranos, Elizabeth Holmes, en la prisión de Bryan, Texas, se hicieron públicas mientras se encontraba en el patio de la cárcel.
En las fotos se puede ver a Holmes vestida con una camiseta marrón y pantalones de color caqui, caminando dentro las instalaciones de la prisión, mientras que de su cuello cuelga una especie de canet con una cinta azul.
Holmes ingresó el martes a una prisión en Texas, con lo que llegó a su fase final el caso que destapó la estafa de los análisis de sangre en el núcleo de su startup Theranos.
Inició así la sentencia de 11 años de cárcel para la mujer de aspecto sorprendido que se abrió paso en la cultura de los “hombres de la tecnología” al convertirse en una de las empresarias más célebres de Silicon Valley, sólo para luego ser descubierta como un fraude. En el camino, Holmes se convirtió en un símbolo de la exageración desvergonzada que a menudo satura la cultura de las startups.
Sin embargo, aún quedan dudas sobre sus intenciones reales, tantas que incluso el juez federal que presidió su juicio parecía desconcertado. Y los defensores de Holmes aún se preguntan si el castigo fue demasiado severo en comparación con el delito.
A sus 39 años, parece más probable que Holmes sea recordada como la Ícaro de Silicon Valley: una empresaria de altos vuelos que ardió con una ambición temeraria y cuya odisea culminó en condenas por fraude y asociación ilícita.
Holmes, que con su empresa Theranos aseguró falsamente haber desarrollado un sistema revolucionario de análisis de sangre, ingresó este martes en prisión.
La otrora estrella de Silicon Valley fue sentenciada el pasado 18 de noviembre a once años y tres meses de prisión por haber defraudado a los inversores de su compañía. El juez Edward Davila le impuso además entonces tres años de libertad vigilada tras el cumplimiento de su condena.
Creó Theranos en 2003, cuando tenía 19 años, y dejó sus estudios en la Universidad de Stanford para dedicarse a tiempo completo a esa empresa.
Saltó a la fama por afirmar que su firma había inventado una tecnología revolucionaria para efectuar tests de sangre fiables y precisos para varias enfermedades, desde el colesterol hasta el cáncer, utilizando únicamente unas gotas tomadas de la yema de los dedos, lo que abarataba los costos.
El interés despertado por parte de los inversores por el gran potencial de esos supuestos análisis la convirtió en multimillonaria a los 31 años y en el mundo empresarial se la llegó a comparar con el cofundador de Apple Steve Jobs.
Su suerte acabó en 2015, cuando el diario The Wall Street Journal publicó una serie de artículos de investigación en los que ponía en duda la credibilidad de los análisis de Theranos y la tecnología utilizada para estos.
El Departamento de Justicia presentó cargos contra ella por los que afrontaba la posibilidad de una pena máxima de 20 años de prisión y una multa de 250.000 dólares.
Holmes, según recalcaron este martes los medios, ingresó en una prisión federal de mujeres en el estado de Texas.
La mujer, que tiene ahora 39 años, es madre de dos niños pequeños: su primer hijo nació en julio de 2021, semanas antes de que empezara su juicio, y su segunda hija tiene 3 meses.
El pasado 17 de mayo perdió su último recurso para no entrar en la cárcel. Un día antes, el magistrado Davila le ordenó el pago de 452 millones de dólares a las víctimas que invirtieron en su empresa, como el magnate de la prensa Rupert Murdoch, que deberá recibir 125 millones, o la farmacéutica Walgreens, a la que debe devolverle otros 40.
Holmes fue acusada en 2018 junto con su ex amante y principal lugarteniente de Theranos, Ramesh “Sunny” Balwani, quien ya estaba en prisión luego de ser condenado por una gama más amplia de delitos graves en un juicio separado.
La prisión federal para mujeres Camp Bryan está ubicada cerca de su ciudad natal de Houston, lo que le otorga un mayor acceso a los miembros de su familia.
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