Límite de la deuda en Estados Unidos: tras el acuerdo entre demócratas y republicanos, quién fue el ganador en la negociación

El acuerdo implica victorias y derrotas para ambos, pero aún así todavía deben asegurarse que los más radicales de los dos partidos no hagan fracasar el pacto

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El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden (REUTERS/Julia Nikhinson)
El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden (REUTERS/Julia Nikhinson)

Como en cualquier negociación, ambas partes deben ceder y aceptar que van a perder parte de lo que está encima de la mesa. Pero también deben sentir que ganaron algo o que, al menos, evitaron un fracaso épico. El acuerdo entre el presidente de Estados Unidos Joe Biden y el líder Republicano de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy anunciado el sábado para elevar el techo de la deuda de Estados Unidos, dejó a los más radicales de ambos partidos, especialmente de los republicanos, enojados y descontentos.

Las próximas horas serán claves para que los líderes puedan alinear a la mayor parte de sus representantes de forma de evitar que el 5 de junio Estados Unidos entre en cesación de pagos y con ello la economía se desestabilice.

FOTO DE ARCHIVO: El presidente Joe Biden le da la mano al presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy (Jacquelyn Martin/Piscina vía REUTERS)
FOTO DE ARCHIVO: El presidente Joe Biden le da la mano al presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy (Jacquelyn Martin/Piscina vía REUTERS)

El Congreso deberá analizar el miércoles ese acuerdo y tanto demócratas como republicanos están confiados en que logren aprobación gracias al centro de ambos partidos, siempre que ala derecha de los republicanos no logre bloquearlo en el comité de reglas de la cámara, donde tienen varios representantes.

Las mayores resistencias vienen del Freedom Caucus, el sector más conservador del Partido Republicano, que durante varios días luego de las elecciones de medio término del año pasado bloquearon la nominación de McCarthy cómo portavoz, forzándole la mano a que haga varias concesiones.

Por ejemplo, el representante republicano de esa ala Ralph Norman (Carolina del Sur), comentó apenas fue anunciado el acuerdo: dijo que no iba a apoyar el aumento de la deuda porque le parecía “una locura” ya que no respetaba los recortes que habían acordado.

Joe Biden le da la mano a Kevin McCarthy (Jacquelyn Martin/Pool via REUTERS)
Joe Biden le da la mano a Kevin McCarthy (Jacquelyn Martin/Pool via REUTERS)

Esa ala del partido de oposición es la más cercana al ex presidente Donald Trump, que ha mantenido silencio, al igual que su nuevo contrincante por la nominación republicana a la presidencia para el año que viene, el gobernador de Florida, Ron DeSantis.

McCarthy salió a defender y endulzar para los descontentos con el acuerdo. Dijo que si bien es probable que los republicanos no hayan obtenido todo lo que querían, los demócratas “no lograron nada”.

“¿Es todo lo que quería? No, porque no lo controlamos todo. Pero es la recesión más grande de la historia. Es el recorte más grande que el Congreso ha votado”, dijo en Fox News.

Luego de las elecciones de medio término de finales del año pasado los republicanos tienen mayoría en la Cámara de Representantes pero no en el Senado, donde los demócratas mantienen el control.

Biden dijo algo similar el domingo: “El acuerdo representa un compromiso, lo que significa que no todos obtienen lo que quieren. Esa es la responsabilidad de gobernar”.

La base del acuerdo implica suspender por dos años el límite de la deuda de 31,4 billones de dólares. No se eleva el techo, sino que se suspende temporalmente. Hasta luego de las elecciones presidenciales y legislativas de 2025 este tema, si se aprueba el acuerdo en el congreso, no será un problema nuevamente.

Qué ganaron los republicanos

El acuerdo pone límites a los gastos. Congela los aumentos de gastos para el año fiscal de 2024 y en 2025 sólo podrá haber un incremento de 1 por ciento.

“Tiene reducciones históricas en el gasto, reformas consecuentes que sacarán a la gente de la pobreza y la incorporarán a la fuerza laboral”, dijo McCarthy, al referirse a uno de los puntos clave para los republicanos.

La otra gran victoria de la oposición fue imponer restricciones a quienes -sin hijos a cargo y sin trabajar- pueden ser elegibles para recibir ayuda económica. Si bien querían ser más duros y también limitar quiénes pueden recibir asistencia médica (ver puntos de los que ganaron los demócratas) lograron restricciones para el acceso al Programa de Asistencia de Nutrición Suplementaria (conocido como SNAP). Hoy pueden acceder a él sin trabajar mayores de 49 años sin hijos a cargo. Ahora solo podrán recibir los cupones alimenticios los mayores de 54 años. Eso, afirman los republicanos, volcará más gente al mercado laboral y por tanto a pagar impuestos.

Se recortan algunos fondos adicionales que se le había dado a la agencia que recauda los impuestos para controlar de manera más dura a las grandes empresas. Ese fondo adicional fue duramente criticado por los republicanos más duros y ahora se elimina.

Qué ganaron los demócratas

La mayor victoria de los demócratas es evitar la profunda crisis que provocaría caer en default. Si bien es cierto que la responsabilidad sería compartida con el Congreso, para Biden sería carísimo ser el primer presidente que entra en cesación de pagos.

Los republicanos querían recortes mucho más profundos de los que se acordaron. Las limitaciones de gasto impuestas en el acuerdo para 2024 y 2025 no incluyen desembolsos para la Seguridad Social ni el Medicare (pensiones y salud, respectivamente).

Si bien se ponen más requisitos laborales y de edad para acceder a beneficios sociales como el SNAP, el acuerdo deja afuera las intenciones de imponer las mismas restricciones al Medicare (acceso gratuito a salud). Se incluye en el acuerdo una iniciativa de Biden para dar atención médica a veteranos de guerra expuestos a sustancias tóxicas o riesgos medioambientales.

Se mantiene la iniciativa demócrata de perdonar a universitarios entre USD 10 mil y USD 20 mil en deudas por préstamos de estudios, algo que de todas formas está siendo analizado por la Corte Suprema, con mayoría conservadora.

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