La historia detrás de Fisher Island, la isla de los millonarios en Miami

En medio de las aguas cristalinas de Miami se encuentra Fisher Island, un rincón paradisíaco que encarna el lujo y la exclusividad en su máxima expresión. Esta pequeña isla, clasificada entre los vecindarios más caros de Estados Unidos, ha cautivado la atención de muchos por su aura de exclusividad y opulencia deslumbrante. Con un acceso restringido únicamente por ferry o helicóptero, Fisher Island se ha convertido en un refugio privado para aquellos privilegiados que buscan un estilo de vida sin igual.

Dentro de los límites de esta enigmática isla, los residentes se deleitan con una amplia gama de servicios y comodidades diseñados para satisfacer los gustos más exigentes. Desde supermercados exclusivos hasta prestigiosos colegios que abarcan hasta el octavo grado, cada detalle ha sido cuidadosamente planeado para brindar una experiencia de vida extraordinaria. Además, los afortunados habitantes de la isla tienen acceso a un campo de golf de nueve hoyos, majestuosas piscinas y todo lo necesario para disfrutar de un estilo de vida envidiable.

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Fisher Island es mucho más que un lugar para vivir, es un símbolo de estatus y prestigio. Sus privilegiados residentes disfrutan de una privacidad sin igual y la tranquilidad de saber que están rodeados de belleza natural y un entorno lujoso. Esta pequeña joya en el corazón de Miami es un testimonio del éxito y la ambición de aquellos que la llaman hogar. En la isla, la opulencia se fusiona con la serenidad, creando un oasis exclusivo que deleita los sentidos y redefine los estándares de lujo.

La historia de la isla Fisher está estrechamente ligada a la visión y la influencia de un hombre: Carl Fisher. Nacido el 12 de enero de 1874 en Greensburg, Indiana, Fisher tuvo una infancia modesta y trabajó en diversas ocupaciones, incluyendo repartidor de periódicos y conductor de carruajes. Sin embargo, su espíritu emprendedor y su visión lo llevaron a convertirse en uno de los empresarios más destacados de su tiempo.

Fisher se mudó a Miami a principios del siglo XX y rápidamente se dio cuenta del potencial de la zona para convertirse en un destino turístico de renombre. Fundó la ciudad de Miami Beach y desempeñó un papel fundamental en su desarrollo, construyendo hoteles, promoviendo el turismo y atrayendo inversores. Su visión de convertir Miami Beach en un lugar de lujo y recreación fue un éxito rotundo, y Fisher se convirtió en un icono de la industria turística.

En su búsqueda de crear un enclave exclusivo en la región, Fisher adquirió la isla en 1919. En ese momento, la isla era conocida como “Little Golden Gate” debido a su conexión con la costa de Miami a través de un puente. Sin embargo, Fisher transformó la isla en un destino de lujo al construir viviendas de alta gama, jardines exquisitos y una amplia gama de instalaciones y servicios para los residentes.

Desafortunadamente, los planes de Fisher para desarrollar la isla no se materializaron debido a dificultades financieras. En 1925, la isla fue vendida a William Vanderbilt II y luego pasó a manos de Dana Dorsey, un prominente empresario afroamericano. Dorsey adquirió Fisher Island con la visión de crear una comunidad exclusiva para la comunidad afroamericana, pero sus planes también se vieron truncados por la Gran Depresión y la falta de inversión.

Finalmente, en la década de 1980, Fisher Island fue adquirida por un grupo de inversionistas liderado por el empresario Melvin Simon. Bajo su dirección, la isla fue transformada en el lujoso y exclusivo refugio que conocemos hoy en día, atractivo para aquellos que buscan privacidad, seguridad y una experiencia de vida sin igual.

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En la década de 1980, Miami vivió un apasionante boom inmobiliario que transformó radicalmente el paisaje urbano y consolidó su estatus como uno de los destinos más codiciados del mundo. Bajo el impulso de la euforia económica y la atracción de inversionistas, la ciudad se convirtió en un hervidero de proyectos de construcción y desarrollo.

En medio de este frenesí de crecimiento, la isla emergió como un icono de exclusividad y sofisticación. En ese momento, el magnate inmobiliario Melvin Simon vislumbró el potencial sin explotar de esta pequeña isla y se propuso convertirla en un paraíso de lujo inigualable. Con una visión audaz y un compromiso inquebrantable, Simon lideró el desarrollo de Fisher Island, dejando una huella imborrable en su historia.

Bajo la dirección de Melvin Simon, la isla de Fisher se transformó en una obra maestra arquitectónica y un enclave de privilegio. Se llevaron a cabo meticulosos planes de diseño y se construyeron lujosos complejos residenciales, atrayendo a algunos de los nombres más destacados de la élite adinerada. El exclusivo estilo de vida que ofrecía la isla se convirtió en el refugio de celebridades, empresarios y magnates internacionales.

El boom inmobiliario en Miami en los años 80 no sólo impulsó el crecimiento de la isla, sino que también redefinió la imagen de la ciudad. Los rascacielos se alzaron en el horizonte, las playas se llenaron de resorts de lujo y el glamour y la opulencia se hicieron omnipresentes. Miami se convirtió en un imán para aquellos que buscaban una vida de lujo y sofisticación, y Fisher Island se convirtió en el epicentro de esta transformación.

El legado de Simon en el desarrollo de Fisher Island perdura hasta el día de hoy. Su visión y dedicación a la excelencia sentaron las bases para convertir a esta pequeña isla en un símbolo de estatus y exclusividad. Su compromiso con la calidad y el lujo ha dejado una marca indeleble en la historia de Miami y ha asegurado que Fisher Island siga siendo un destino codiciado por aquellos que buscan lo mejor de lo mejor.

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Los precios de las propiedades en Fisher Island oscilan desde los 3,5 millones de dólares hasta los 40 millones de dólares aproximadamente para una vivienda de 7 habitaciones, 8.5 baños y un área de 10,300 pies cuadrados y varían considerablemente dependiendo de factores como el tamaño, la ubicación y el estado de renovación de la unidad.

En abril de 2023, el precio medio de las viviendas en venta en Fisher Island era de USD 4.9 millones, según Realtor.com, lo que representa una tendencia a la baja del 20% respecto al año anterior. Sin embargo, en febrero del mismo año, el precio medio de las viviendas en venta era de USD 6.1 millones.

En cuanto a las ventas recientes, se informa que la transacción media fue de USD 4.25 millones. Los precios de las unidades más pequeñas y no renovadas en la isla comienzan en USD 2.6 millones, pero para los compradores dispuestos a gastar entre USD 20 y USD 25 millones, hay oportunidades para crear propiedades personalizadas según sus preferencias.

Por otro lado, Analia Musoni, que conoce el mercado inmobiliario en Miami, destaca: “Los precios de las propiedades en Fisher Island reflejan su estatus como uno de los lugares más codiciados de Miami. Aunque han experimentado algunas fluctuaciones, la demanda sigue siendo alta, especialmente entre aquellos que buscan una vida de lujo sin igual”.

Vivir en Fisher Island, Florida, puede ser bastante caro.

–Vivienda: En febrero de 2023, la mediana del precio de lista era de USD 6.1 millones. Los precios de las viviendas comienzan en USD 2.6 millones para unidades más pequeñas y no renovadas, pero pueden llegar hasta USD 25 millones.

–Costos de vida diaria: Los precios de los bienes y servicios en Fisher Island también tienden a ser altos.

–Costos de vida mensuales: Una vez que has pagado todos los costos asociados con la compra de una vivienda en la isla, el costo de vida en la isla por mes ronda los USD 10,000. Esto incluye gastos esenciales como alquiler, comida, transporte, etc. Sin embargo, este costo puede ser más bajo que el costo de vida en otros lugares de Florida debido a los precios de alquiler más bajos y la abundancia de restaurantes y tiendas asequibles en la isla.

Es importante tener en cuenta que estos son costos promedio y pueden variar dependiendo de factores como el estilo de vida personal, las necesidades específicas y la ubicación exacta dentro de Fisher Island.

En la isla, los amantes de la buena comida pueden deleitarse con una variedad de exquisitos platos que combinan ingredientes de calidad con sabores exquisitos. Por ejemplo, el Gnocchi Lamb Ragu, una deliciosa combinación de gnocchi casero y ragú de cordero cocinado a fuego lento, está disponible por USD 34. Para aquellos que prefieren pescados, el Salmone Panzanella Chianti ofrece un filete de salmón Ora King acompañado de puré de coliflor, estilo panzanella y reducción de Chianti, por USD 42.

La oferta gastronómica, entre otras, continúa con opciones como el Veal Scaloppini al Limone, con finas lonchas de ternera alimentada con leche, bañadas en una salsa de vino blanco y limón, acompañadas de espinacas salteadas por USD 42. Para aquellos que deseen un plato principal más sustancioso, el Filetto d’Angus e Millefoglie di Patate ofrece un corte de 5 oz. de Angus Prime 1855 con una capa de papas milhojas, salsa de Marsala Dijon y tartar de mirepoix, por USD 56.

Y para los amantes de la carne, el Veal Chop Valdostana es una opción sublime. Este chuletón de ternera al estilo Valdostana, con salsa de vino Pinot Noir y broccolini, tiene un precio de USD 68.

Aunque Fisher Island es una comunidad privada con acceso restringido, no está completamente cerrada a aquellos que no son residentes. Existen mecanismos que permiten visitar la isla, aunque estos pueden ser limitados. El único medio de transporte para llegar a la isla es el ferry, para el cual se necesita un permiso previo. Por lo tanto, aunque el acceso a Fisher Island es exclusivo, no es inaccesible para los visitantes.

–Ferry para huéspedes: Los visitantes pueden acceder a la isla en ferry si son invitados por un residente o si están alojados en el hotel de la isla.

–Hotel y Resort Fisher Island Club: Hay un hotel y resort en la isla que está abierto a los no residentes. Los huéspedes del hotel tienen acceso a las instalaciones y servicios de la isla, incluyendo restaurantes, spa, canchas de tenis, campo de golf y playas.

–Eventos y funciones: Otra forma de visitar Fisher Island es asistir a un evento o función que se celebre en la isla. Algunos clubes, organizaciones o individuos pueden organizar eventos aquí que estén abiertos a los no residentes.

–Tours inmobiliarios: Si estás interesado en comprar una propiedad en Fisher Island, es probable que puedas organizar un tour con un agente inmobiliario. Durante este tour, tendrías la oportunidad de visitar la isla y ver algunas de las propiedades disponibles.

Es importante mencionar que todas estas opciones requieren algún grado de planificación y/o invitación.

Club de Golf y Tenis: cuenta con un club de golf de campeonato y canchas de tenis para que los residentes disfruten.

Playas privadas: con arenas importadas del Caribe, proporcionando un lugar tranquilo y privado para relajarse.

Marina y Yacht Club: un club de yates para los propietarios de embarcaciones.

Spa y Centro de Bienestar: los residentes pueden disfrutar de tratamientos con equipos de última generación.

Restaurantes de lujo: hay varios restaurantes y bares en la isla que ofrecen una variedad de opciones gastronómicas.

Observatorio de aves: que es un paraíso para los amantes de la naturaleza.

Escuela: Fisher Island tiene una escuela privada para los niños que viven en la isla.

Centro comercial: tiene tiendas de lujo y boutiques en la isla para las necesidades de compras de los residentes.

Servicios de conserjería: los servicios están disponibles para ayudar a los residentes con diversas necesidades y solicitudes.

Cabe mencionar que muchos de estos servicios pueden requerir tarifas adicionales o membresías para su uso.

Miami Beach fue fundada en 1915. Sin embargo, su historia comienza mucho antes.

En 1870, un padre y un hijo, Henry y Charles Lum, compraron la tierra por 25 centavos por acre. La zona de 165 acres, que ahora conocemos como Miami Beach, era en ese momento una zona pantanosa. Los Lum construyeron la primera casa en la isla. Sin embargo, su principal negocio era la producción de cocos. Intentaron establecer una plantación de cocos, pero el proyecto fracasó debido a la dificultad de cultivar cocos en la zona y a una plaga de ratas que dañó los cultivos.

En 1886, John S. Collins, un empresario de Nueva Jersey, compró la tierra. En 1907, Collins, que era horticultor, empezó a cultivar aguacates en la isla. Al darse cuenta de que el terreno era demasiado grande para él solo, se asoció con los hermanos Lummus, que eran empresarios locales, y formaron la Miami Beach Improvement Company.

John Collins también tenía la visión de convertir la isla en un destino turístico. Sin embargo, había un problema: no había una forma fácil de llegar a la isla desde Miami. Para solucionar este problema, Collins decidió construir un puente. Pero el proyecto resultó ser muy costoso y Collins se quedó sin dinero antes de que pudiera terminarlo.

En este punto, entra en escena Carl G. Fisher, un empresario de Indiana. Fisher era conocido por ser uno de los hombres que ayudaron a desarrollar el Indianapolis Motor Speedway, y había hecho una fortuna en la industria automotriz. Fisher proporcionó los fondos para terminar el puente, que se completó en 1913. El puente, que fue uno de los más largos puentes de madera del mundo en su momento, conectó Miami Beach con el continente, lo que permitió un acceso mucho más fácil a la isla.

Con el puente terminado, el desarrollo de Miami Beach como destino turístico realmente comenzó. El 26 de marzo de 1915, los residentes de la isla votaron para incorporar la ciudad de Miami Beach.

Desde entonces, Miami Beach ha crecido y se ha desarrollado hasta convertirse en uno de los destinos turísticos más conocidos del mundo, conocido por su clima cálido, sus hermosas playas y su vibrante vida nocturna.