La Casa Blanca confirmó que el presidente Joe Biden y el ala republicana alcanzaron un principio de acuerdo para elevar el techo de la deuda, durante la noche de este sábado.
“Acabo de colgar el teléfono con el presidente hace un rato”, tuiteó McCarthy. “Después de que perdiera el tiempo y se negara a negociar durante meses, hemos llegado a un principio de acuerdo digno del pueblo estadounidense”.
Según confirmaron a The New York Times, AP y a la cadena CNN fuentes cercanas a las conversaciones, el acuerdo incluye un presupuesto de dos años en el que se mantendría estable el gasto en el 2024 pero se impondrían límites al gasto público, tal como pedía la oposición. Entre estas condiciones figuran, además, mayores requisitos de trabajo para acceder a una ayuda alimentaria.
El anuncio llegó luego de que Biden y el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, conversaran durante casi 90 minutos por teléfono, y tras semanas de negociaciones y a tan sólo días de que Estados Unidos entrara en default, fecha que la secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, había fijado en el 5 de junio.
McCarthy espera que el miércoles la Cámara de Representantes vote el proyecto de ley para elevar el techo de la deuda, imprescindible para evitar el cese de pagos.
El texto final será revisado por ambas partes y, una vez conseguido un consenso definitivo, se deberá proceder con la regla de las 72 horas. Esta define que los legisladores deben disponer de tres días para leer el documento antes de votar en sus respectivas cámaras, que podría ocurrir tan pronto como a principios de la semana.
The Washington Post informó que se espera que algunos de los puntos clave del acuerdo reflejen las demandas iniciales de los republicanos después de que los legisladores del partido asumieran el control de la Cámara en enero. Además, el medio norteamericano adelantó que McCarthy informará de lo conversado con Biden a los miembros de su partido en una conferencia telefónica.
El posible acuerdo podría aliviar al Congreso del peor enfrentamiento fiscal en más de una década. Un estancamiento similar se produjo en 2011, cuando el movimiento conservador del tea party en la Cámara de Representantes aprovechó el endeudamiento de la nación para hacer palanca política, obligando a los demócratas a aceptar una década de recortes y topes de gasto, reducciones que, según ellos, devastaron los programas federales de salud, educación, ciencia y trabajo.
Aunque en aquel momento el país no entró en suspensión de pagos, el debate por sí solo hundió el mercado bursátil y provocó una rara rebaja de la calificación crediticia de Estados Unidos.
En los últimos días, Wall Street ha vuelto a entrar en pánico, y las agencias de calificación crediticia han advertido de que podrían rebajar sus evaluaciones de la deuda estadounidense, una medida que podría elevar los costos de los préstamos tanto para el gobierno como para los ciudadanos y las empresas.
Si el Congreso aprueba el acuerdo, ampliaría el techo de deuda más allá de las próximas elecciones presidenciales. Mantendría el gasto “prácticamente plano” en sanidad, educación, ciencia, trabajo y otras agencias nacionales en el año fiscal 2024, mientras que aumentaría el gasto en defensa y veteranos. En 2025, el gasto no destinado a defensa aumentaría un 1%, según una persona familiarizada con el asunto.
Plazo ajustado
Incluso con el plazo más tardío, la legislación tendrá que pasar por el Congreso mucho más rápidamente que el calendario normal, incluso para los proyectos de ley menos controvertidos.
El Congreso levantó la sesión por el fin de semana largo por el feriado del Memorial Day, pero es probable que los legisladores vuelvan a ser convocados para votar.
El personal del Congreso tendrá primero que convertir el acuerdo en texto legislativo y, a continuación, normalmente tardaría otros seis días como mínimo en salir adelante en ambas cámaras del Congreso, incluso sin rebeldes que entorpezcan el trabajo.
También existe la amenaza de que no se llegue a un pacto en el Congreso, como lo han advertido legisladores de ambos partidos, o de retrasar lo más posible la aprobación de un texto que haría demasiadas concesiones al campo contrario.
El viernes, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, dijo que conseguir un acuerdo era “crítico” para la economía global, al tiempo que enfatizó que Estados Unidos necesitaba hacer “más para reducir su deuda pública”.
(Con información de The Associated Press y AFP)
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