En medio de las negociaciones a contrarreloj que la administración de Joe Biden mantiene hace semanas con la oposición republicana por un nuevo techo para la deuda pública, el Congreso de Estados Unidos ha anunciado que iniciará un receso de 10 días.
A pesar de los esfuerzos de las partes involucradas, aún no se ha logrado alcanzar un acuerdo y la posibilidad de que la potencia norteamericana caiga en default el próximo 1 de junio, al no disponer de más reservas para hacer frente al pago de sus deudas, es cada vez mayor.
Sin embargo, los miembros de la Cámara de Representantes confirmaron este jueves que no sólo respetarán su receso por el Día de los Caídos -que se conmemora el 29 de mayo-, sino que lo extenderán durante toda la semana, hasta el 4 de junio.
Por su parte, los Senadores regresarán a sus tareas el 30 de mayo, dos días antes del famoso “Día X”, aunque sus tareas se limitarán -probablemente- a aprobar un posible acuerdo alcanzado por los líderes republicanos de la Cámara Baja y Biden, quienes estarían acortando sus diferencias y podrían estar próximos a coincidir.
El presidente del órgano, Kevin McCarthy, comentó que los legisladores recibirán un aviso con 24 horas de antelación en caso de que fueran requeridos en el recinto para votar.
De todas formas, los tiempos están muy ajustados ya que cualquier acuerdo requeriría de al menos dos días para ser formalizado, sumado a los tres días que se le ha prometido a los legisladores para que puedan leer el texto previo a la votación.
A su vez, la aprobación de la Cámara Alta suele demorar cerca de una semana, aunque los miembros se han comprometido a reducir este lapso.
El principal argumento del Partido Republicano en torno a la extensión del límite de la deuda recae en la exigencia de un recorte en el gasto público de hasta USD 130.000 millones, el próximo año.
Sin embargo, sumaron otros temas a la mesa de negociaciones como la modificación de proyectos de ley en materia de energía, una mayor exigencia en los requisitos para quienes soliciten ayudas por desempleo y la recuperación de los fondos públicos no gastados durante la pandemia.
Inclusive, en declaraciones a la cadena local Fox News, McCarthy declaró que no está dispuesto a aceptar ningún aumento de impuestos a las corporaciones o a los más ricos como alternativa a los recortes.
Por su parte, los demócratas han rechazado las exigencias sobre los recortes presupuestarios y, por el contrario, esperan que la contraparte acepte un aumento en el límite legal del endeudamiento sin condiciones, tal como ha ocurrido en otras oportunidades en el pasado.
“Sabemos dónde están nuestras diferencias”, reconoció el Presidente de la Cámara, “y continuaremos negociando para resolverlas”, concluyó.
En medio de estas idas y venidas, la agencia calificadora Fitch puso en vigilancia a Estados Unidos para una posible rebaja debido al riesgo “aumentado” de impago.
Según la firma, la calificación AAA “refleja un aumento de la polarización política que está obstaculizando la resolución para elevar o suspender el límite de deuda” y agregó que “sigue esperando una solución final antes de la fecha X”.
En tanto, el próximo 2 de junio, Estados Unidos deberá pagar 25.000 millones de dólares de seguros sociales algo que, en caso de no poder afrontarse, dejaría a 27 millones de ciudadanos por debajo de la línea de pobreza.
(Con información de AFP)
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