Los jóvenes estadounidenses mueren a un ritmo alarmante: cuáles son las principales causas

Las estadísticas marcan un grave retroceso. Las tasas han aumentado hasta alcanzar el nivel más alto en casi 15 años

Durante décadas, los avances en la atención sanitaria y la seguridad redujeron de forma contuntendente y constante las tasas de mortalidad infantil en Estados Unidos. En un alarmante retroceso, ahora las cifras han aumentado hasta alcanzar el nivel más alto en casi 15 años, según reveló un estremecedor informe de Steven Woolf, director emérito del Centro de Sociedad y Salud de la Universidad Virginia Commonwealth

De acuerdo con la investigación, difundida por The Wall Street Journal, las cifras se dispararon especialmente por los homicidios, las sobredosis de drogas, los accidentes de tráfico y los suicidios.

Aunque el Covid-19 en sí no fue una causa importante de muerte entre los jóvenes, los investigadores sostienen que la alteración social causada por la pandemia exacerbó los problemas de salud pública, como el empeoramiento de la ansiedad y la depresión. TY el mayor acceso a las armas de fuego, la conducción peligrosa y los narcóticos más letales también ayudaron a aumentar las tasas de mortalidad.

Entre 2019 y 2020, la tasa de mortalidad general de 1 a 19 años aumentó un 10,7%, y aumentó un 8,3% adicional al año siguiente, según un análisis de las estadísticas federales de mortalidad dirigido por Woolf. “Se trata del mayor aumento durante dos años consecutivos en el medio siglo que el gobierno lleva haciendo un seguimiento público de estas cifras”, reveló el especialista.

WSJ detalla que otros países desarrollados, como el Reino Unido, Alemania, Canadá y Noruega, también registraron un aumento de muertes entre los jóvenes durante ese periodo, aunque los repuntes se concentraron a menudo en grupos de edad reducidos o en un solo sexo, según el recuento global de muertes facilitado por Christopher J.L. Murray, director del Instituto de Métrica y Evaluación Sanitarias de la Universidad de Washington.

Pero, recalca Wolff, Estados Unidos es el único país de su grupo en el que las armas de fuego son la primera causa de muerte entre los jóvenes.

Los suicidios entre los estadounidenses de 10 a 19 años empezaron a aumentar en 2007, mientras que las tasas de homicidios en ese grupo de edad empezaron a subir en 2013, según la investigación publicada en JAMA por Woolf y los coautores Elizabeth Wolf, de Virginia Commonwealth, y Frederick Rivara, de la Universidad de Washington.

Los aumentos de suicidios y homicidios entre los jóvenes pasaron desapercibidos al principio porque las tasas generales de mortalidad infantil y adolescente seguían disminuyendo la mayoría de los años. Sin embargo, cuando empezó la pandemia, aumentaron las muertes de jóvenes por suicidio y homicidio. También aumentaron significativamente las muertes por sobredosis de drogas y las causadas por los accidentes de tráfico.

Según la investigación dirigida por Woolf, que utiliza datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, el coronavirus, que se convirtió en la tercera causa de muerte en EEUU durante la pandemia, representó sólo una décima parte del aumento de la mortalidad entre los jóvenes en 2020, y una quinta parte en 2021.

WSJ pone como ejemplo la historia de Joshua Gillihan, que tenía 11 años cuando la pandemia cerró su escuela en los suburbios de Houston en marzo de 2020. Hasta entonces tenía muchos amigos, jugaba al béisbol y montaba en bicicleta todo terreno en su barrio de clase media-alta de Cypress, Texas, según contó al medio norteamericano su madre, Kim Gillihan. Y los complejos adolescentes de Joshua por tener que llevar gafas y por su aspecto dieron paso a niveles de ansiedad más preocupantes.

“Cuando apareció el Covid, nuestro hijo, que nunca había estado deprimido, se deprimió”, afirma.

Joshua Gillihan

Un día, el padre del niño descubrió marihuana en la mochila de Joshua. Cuando se dieron cuenta de que consumía con regularidad, su familia se alarmó y buscó asesoramiento. comenzó a tomar medicación para la depresión. Todo parecía marchar bien pero una mañana cuando su madre fue a despertarlo a su habitación encontró su cuerpo frío y sin vida en su cama. La autopsia reveló que había muerto por toxicidad de fentanilo. Kim Gillihan cree que su hijo tomó lo que él pensaba que era oxicodona o Percocet, pero que en realidad era fentanilo puro. No sabe cómo lo obtuvo.

“Pensábamos que estábamos haciendo todo lo correcto”, cuenta angustiada

La Investigación revela que los niños mayores y los adolescentes, de 10 a 19 años, representaron la mayor parte del aumento de las tasas de mortalidad juvenil. Los varones experimentaron tasas de mortalidad de hasta el doble que las de las chicas.

“Cada vez acuden pacientes más jóvenes con crisis de salud mental, e incluso de 8 a 10 años con ideas suicidas”, afirma al WSJ Lois Lee, médica de urgencias pediátricas del Hospital Infantil de Boston que preside el Consejo de Prevención de Lesiones, Violencia y Envenenamiento de la Academia Americana de Pediatría.

Lee vio a un paciente de 8 años que intentó enrollarse algo alrededor del cuello para quitarse la vida, dijo. La escasez de servicios de salud mental hospitalarios es tan grave que los pacientes jóvenes pueden esperar en los servicios de urgencias durante días o semanas hasta que hay sitio para ellos en un centro psiquiátrico.

Según la investigación dirigida por Woolf, los adolescentes negros representaban casi dos tercios de las víctimas de homicidio de entre 10 y 19 años al principio de la pandemia, una proporción que ha aumentado desde aproximadamente la mitad hace dos décadas. Históricamente, explica el medio norteamericano, los adolescentes blancos han muerto en mayor proporción por sobredosis de drogas, pero el aumento de las tasas de este tipo de muertes entre los adolescentes negros e hispanos cerró esa brecha en 2020.

Los narcóticos también ayudaron a aumentar las tasas de mortalidad.

También aumentaron las muertes relacionadas con los accidentes de tráfico aunque, paradójicamente, había menos movimiento durante la pandemia. Los investigadores afirman que la ausencia de otros coches en la carretera llevó a algunas personas a conducir de forma más temeraria, y que las distracciones de los teléfonos móviles han hecho que la conducción sea más mortal en los últimos años.

Además, el consumo de alcohol aumentó durante la pandemia, lo que posiblemente incrementó las muertes causadas por la conducción bajo los efectos del alcohol.

Frederick Rivara, también pizza central de la investigación de la Universidad de Washington, adelantó que predice que los alarmantes aumentos de muertes entre jóvenes continuarán debido a la persistencia de problemas relacionados con la salud mental y la accesibilidad de las armas.

Seguir leyendo: