Guilherme Cipriani, de 41 años de edad y residente en Scottsdale (Arizona), fue detenido por cargos federales de contrabando de diamantes en Estados Unidos y por facilitar declaraciones falsas a una Agencia Federal.
La detención se produjo tras una investigación llevada a cabo por el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (HSI, por sus siglas en inglés) en Miami y Brasilia, en colaboración con la Oficina de Desarrollo, Asistencia y Formación del Ministerio Fiscal (OPDAT) del Departamento de Justicia de Estados Unidos, el Asesor Jurídico Residente en Brasilia, la Oficina de Asuntos Internacionales y la Policía Federal de Brasil.
Según la acusación presentada por un gran jurado federal de Miami, el 10 de noviembre de 2022, Cipriani intentó introducir de contrabando en Estados Unidos 14 diamantes tallados sueltos y 53 diamantes en bruto sin tallar a través del Aeropuerto Internacional de Miami (MIA). La acusación no especifica el valor de los diamantes de contrabando ni menciona el país desde el que viajaba Cipriani o dónde obtuvo los diamantes.
Además de los cargos de contrabando, Cipriani también está acusado de mentir a un agente del Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos (CBP) en el Aeropuerto de Miami. Supuestamente afirmó que no transportaba mercancías comerciales al país y que no había gastado dinero en mercancías comerciales mientras estaba en el extranjero. Esta declaración falsa a una agencia federal constituye un delito federal independiente.
Cipriani fue detenido en Arizona, donde compareció por primera vez ante el tribunal para enfrentarse a la acusación federal de Miami. Su próxima cita con el tribunal está prevista para el 24 de mayo en Miami, donde el gran jurado federal lo acusó en marzo de contrabando de diamantes en Estados Unidos y de declaración falsa ante una agencia federal. Si es declarado culpable, Cipriani se enfrenta a una pena de hasta 25 años de prisión.
La detención fue anunciada por el fiscal Markenzy Lapointe, del distrito sur de Florida, y el agente especial en funciones Michael E. Buckley, de Homeland Security Investigations (HSI), Miami. El caso está siendo instruido por el Ayudante del Fiscal Federal Stefan Díaz Espinosa, mientras que el Ayudante del Fiscal Federal William T. Zloch se encarga del decomiso de bienes.
La detención de Cipriani pone de relieve los esfuerzos que están realizando los organismos federales encargados de la aplicación de la ley para combatir el tráfico ilícito de diamantes y las actividades delictivas asociadas al mismo. El contrabando de diamantes no sólo socava el mercado legal de diamantes, sino que también puede estar relacionado con diversas formas de delincuencia organizada, entre ellas el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo.
Este caso sirve para recordar a la opinión pública la importancia de la vigilancia y la cooperación en la lucha contra las actividades ilegales a escala nacional e internacional. También pone de relieve la dedicación y la colaboración de múltiples organismos encargados de la aplicación de la ley para garantizar la seguridad de Estados Unidos y de sus ciudadanos.
A medida que prosigan los procedimientos judiciales contra Cipriani, el resultado de este caso servirá probablemente de elemento disuasorio para otras personas que puedan estar considerando la posibilidad de participar en actividades delictivas similares. La actuación rápida y coordinada de los diversos organismos implicados en esta investigación demuestra el compromiso de Estados Unidos de llevar ante la justicia a quienes intentan socavar el Estado de Derecho.
El mercado negro de diamantes en Brasil impulsa la explotación ilegal y el comercio ilícito, con extracciones en condiciones precarias y violación de leyes laborales y ambientales. Las organizaciones criminales se benefician de la falta de control y corrupción en la industria minera a pesar de los esfuerzos del gobierno brasileño. La cooperación internacional es vital para enfrentar este comercio ilícito y asegurar transparencia y legalidad en la industria de los diamantes.
Las regulaciones aduaneras en los Estados Unidos permiten a los viajeros ingresar o salir del país con cualquier cantidad de dinero en efectivo. Sin embargo, cuando la cantidad transportada supera los 10,000 dólares, es necesario declarar dicho monto ante la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP). La regla se aplica a ciudadanos estadounidenses y extranjeros por igual, e incluye efectivo, cheques de viajero, giros postales y otros instrumentos monetarios.
El proceso para declarar el dinero consiste en completar el formulario FinCEN 105 y presentarlo ante un agente de la CBP en el punto de entrada o salida correspondiente. No declarar una cantidad superior a 10,000 dólares puede resultar en multas, sanciones y hasta la confiscación del dinero. Estas medidas buscan prevenir y combatir actividades ilegales como el lavado de dinero y la financiación del terrorismo.
(Con información de AP)
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