Wall Street caía con fuerza este martes, mientras las acciones de los bancos vuelven a desplomarse y los operadores esperan el último movimiento de la Reserva Federal sobre las tasas de interés.
El S&P 500 bajó un 1,7%, y las pérdidas se aceleraron a medida que avanzaba la mañana. El Promedio Industrial Dow Jones perdía un 1,6%, mientras que el Nasdaq perdía un 1,5%.
Algunas de las caídas más pronunciadas correspondieron a bancos pequeños y medianos, que han estado sometidos a un fuerte escrutinio a medida que el sistema bancario se resquebraja bajo el peso de unos tipos de interés mucho más altos. PacWest Bancorp cayó un 36,1%, Western Alliance Bancorp un 24,2% y Comerica un 11,6%.
Tres de las cuatro mayores quiebras de bancos estadounidenses de la historia se han producido en rápida sucesión desde marzo, y los inversores han estado a la caza de cuál podría ser el siguiente en sufrir un éxodo debilitador por parte de los clientes.
La última quiebra fue la del First Republic Bank. Este martes, Wall Street comenzó el proceso para retirar el nombre del banco la lista de empresas cotizadas en la Bolsa, un paso necesario después de que la entidad fuera ayer intervenida por las autoridades y vendida a JPMorgan Chase.
También presionó a las bolsas un informe que mostró que los empresarios estadounidenses anunciaron menos de 9,6 millones de vacantes de empleo en marzo. Es la cifra más baja en casi dos años y peor de lo que esperaban los economistas. El mercado laboral ha sido uno de los principales pilares de una economía en desaceleración, y una caída en él podría garantizar una recesión.
Tal presión está elevando las apuestas sobre la Reserva Federal, que comienza una reunión de dos días sobre los tipos de interés. La hipótesis generalizada es que subirá los tipos el miércoles otro cuarto de punto porcentual. La esperanza generalizada es que sea la última subida en mucho tiempo.
La Fed ha subido los tipos a un ritmo vertiginoso desde principios del año pasado, hasta una horquilla del 4,75% al 5% desde prácticamente cero. Trata de reducir la inflación, pero los tipos altos son un lastre para la economía. Aumenta el riesgo de recesión y, de paso, perjudica los precios de la inversión.
Los tipos altos ya han golpeado con fuerza al mercado inmobiliario, al tiempo que han provocado grietas en el sistema bancario. Muchos inversores se preparan para una recesión a finales de este año.
Por eso, muchos operadores apuestan por que la Reserva Federal detenga sus subidas de tipos y quizá incluso los recorte este mismo año. Esto daría un respiro al mercado, y las acciones han tenido históricamente un buen comportamiento en los meses inmediatamente posteriores a la última subida de tipos.
Aun así, algunos inversores anticipan que la Fed no dará el miércoles ninguna señal alentadora de que las subidas de tipos han terminado definitivamente, y mucho menos abrirá la puerta a recortes de tipos.
El Banco Central de Australia sorprendió el martes a los mercados al subir los tipos de interés en un cuarto de punto porcentual y afirmar que podría ser necesario “un endurecimiento adicional” para controlar totalmente la inflación. Señaló que los precios de los servicios siguen subiendo demasiado deprisa, un área en la que también se ha centrado la Reserva Federal.
Por si esto fuera poco, la última disputa política sobre el límite de endeudamiento de la nación también es motivo de preocupación. La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, declaró a última hora del lunes que el gobierno estadounidense podría incumplir el pago de su deuda a partir del 1 de junio, a menos que Washington le permita endeudarse más. Se trata de una “fecha X” más temprana de lo que se pensaba.
Un impago podría ser desastroso porque gran parte del sistema financiero se basa en el supuesto de que la deuda pública estadounidense es la inversión más segura que existe. La mayor parte de Wall Street cree que el Congreso llegará a un acuerdo antes de la fecha límite, como ha hecho muchas veces antes, porque la alternativa sería nefasta.
Aunque Yellen hizo que el plazo del 1 de junio pareciera flexible, es probable que Wall Street lo trate de forma más definitiva.
En el mercado de deuda, la rentabilidad del bono del Tesoro a 10 años cayó al 3,43% desde el 3,57% del lunes.
Algunos de los movimientos más bruscos del mercado bursátil se produjeron entre las empresas que publicaron sus resultados de los tres primeros meses del año, en plena temporada de resultados.
Arista Networks cayó un 13,8% a pesar de presentar unos beneficios e ingresos mejores de lo esperado. Los analistas señalaron que los inversores podrían haberse sentido decepcionados por el hecho de que no elevara sus previsiones para los próximos resultados aún más de lo que lo hizo.
DuPont cayó un 9% tras registrar también unos beneficios e ingresos mejores de lo previsto. DuPont redujo el límite superior de sus previsiones de ingresos para este año, alegando que espera que las mejoras en los mercados de la electrónica lleguen más tarde de lo previsto.
En el lado ganador se situó Molson Coors Beverage, que registró unos beneficios ajustados que duplicaron con creces las expectativas de los analistas. Subió un 3%.
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