Un grupo de legisladores estadounidenses instó a la autoridad de contralor de Wall Street que exijan a la empresa china de vestimenta Shein que compruebe y certifique que no utiliza el trabajo forzado de integrantes de la etnia de los uigures como condición para una oferta pública accionaria.
Dos docenas de miembros republicanos y demócratas de la Cámara de Representantes (baja) instaron al jefe de la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos a tomar medidas sobre Shein, un grupo de moda de bajo costo en rápido crecimiento que, según reportes, utiliza algodón de la Región Autónoma Uigur de Xinjiang.
“Shein está recaudando capital agresivamente y planea ejecutar una oferta pública inicial antes de que finalice este año calendario”, dijeron los legisladores en una carta redactada el 1 de mayo.
“Le solicitamos que establezca regulaciones y ordene a Shein que certifique a través de una verificación independiente que la empresa no utiliza el trabajo forzado uigur como condición para registrarse en la emisión de valores en Estados Unidos”, subrayaron.
La redacción de la misiva fue organizada por la demócrata Jennifer Wexton y el republicano John Rose y la firmaron 24 miembros de la Cámara.
Un portavoz de Shein señaló que la compañía no tiene proveedores en la región de Xinjiang y que tiene “tolerancia cero” para el trabajo forzado.
Fundada en 2008 en China y actualmente con sede en Singapur, Shein se ha convertido en uno de los símbolos de la moda de bajo costo y del crecimiento económico chino.
Los uigures en el extranjero viven bajo el miedo de la represión china
Un estudio reveló cómo el régimen chino ha extendido su represión sobre los uigures que viven en el extranjero, utilizando tácticas de inteligencia y presión sobre las familias migrantes de esta minoría étnica, que se ven silenciadas e incluso presionadas para espiarse entre ellas.
Los investigadores de la Universidad de Sheffield entrevistaron a más de 120 uigures en Turquía y varios más en el Reino Unido, y obtuvieron notas de la policía china que detallaban sus tácticas. Los resultados indicaron que cuatro de cada cinco encuestados en Turquía habían sido amenazados por teléfono por la policía o los funcionarios de seguridad estatales chinos, a menudo con represalias contra sus familias en China, o con amenazas a sus familias en Xinjiang.
“Te conocemos mejor de lo que te conoces a ti misma”, le dijo un agente de la policía china a Aynür, quien vive en Turquía. A ella le pidieron que recabe información sobre las actividades de sus amigos uigures. Ella había aceptado responder sus preguntas, pero se negó a informar sobre otros. Allí el tono de la policía se volvió más amenazante, diciéndole que “China es cada vez más fuerte” y le recordaron que, aunque era ciudadana turca y estaba a miles de kilómetros del gigante asiático, estaba bajo vigilancia constante.
El reporte señala que esta forma de acoso y vigilancia es una historia cotidiana en la diáspora uigur, con una represión transnacional a gran escala, en medio de los impactos por la violencia estatal, la separación familiar y la infiltración de espías que ya sufren en sus vidas cotidianas mientras intentan construir vidas en nuevas sociedades.
(Con información de AFP)
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