Bill Gates, Jeff Bezos y otros multimillonarios tecno ven a la fusión nuclear como el santo grial de los negocios

El avance anunciado en diciembre de 2022 por científicos estadounidenses dio un nuevo impulso a las investigaciones y generó el entusiasmo de los inversores

El fundador de Amazon Jeff Bezos, el fundador de Microsoft Bill Gates, el cofundador de PayPal Peter Thiel, el fundador de Salesforce Marc Benioff, el cofundador de Sun Microsystems Vinod Khosla y el CEO de OpenAI Sam Altman.

Varios multimillonarios de Silicon Valley están invirtiendo en el campo de la fusión nuclear, el proceso que alimenta el sol y las estrellas para producir energía casi ilimitada, convencidos de que el objetivo de construir reactores de fusión está a pocos años de hacerse realidad.

Entre los magnates que están apostando a la fusión nuclear se encuentran varios pesos pesados del sector tecnológico de Estados Unidos: el fundador de Amazon Jeff Bezos, el cofundador de PayPal Peter Thiel, el fundador de Microsoft Bill Gates, el fundador de Salesforce Marc Benioff, el cofundador de Sun Microsystems Vinod Khoslay el CEO de OpenAI, la startup de inteligencia artificial del momento, Sam Altman.

Aunque se trata de una apuesta arriesgada.

“Financieramente, o pierdes una vez tu dinero o puedes ganar mil veces tu dinero”, dijo Khosla al diario Wall Street Journal. “Ésa es la matemática de la fusión”.

La fusión nuclear consiste en una reacción en la que dos núcleos de átomos ligeros se unen para formar otro más pesado, al tiempo que se liberan enormes cantidades de energía. A diferencia de la fisión nuclear, que se emplea para generar electricidad en todo el mundo, la fusión no origina residuos nucleares de larga duración.

Pese a múltiples experimentos, la fusión pareció una quimera durante siete décadas. Hasta que en diciembre de 2022 científicos del Gobierno de EE.UU. lograron por primera vez una ganancia neta de energía (diferencia entre la energía gastada y la obtenida) en una reacción de fusión. Esto dio un nuevo impulso a las investigaciones y generó el entusiasmo de los inversores.

Marc Benioff, de Sun Microsystems, calificó la fusión de “enorme sueño”.

“Es el santo grial. Es el unicornio mítico”, dijo al Wall Street Journal.

El magnate invirtió en la empresa derivada del Instituto Tecnológico de Massachusetts Commonwealth Fusion Systems, cuyo objetivo es crear centrales eléctricas compactas. Gates también es inversor.

La fusión, agregó Benioff, “no tiene límites si se consigue que funcione”.

Otras tecnologías y aplicaciones que se están desarrollando en la carrera por la energía de fusión incluyen potentes imanes, mejores láseres o radioterapia para la investigación del cáncer.

Un técnico revisa un elemento de óptica dentro de la estructura de soporte del preamplificador, en el Laboratorio Nacional Lawrence Livermore, California. (Damien Jemison/Lawrence Livermore National Laboratory via AP)

Benioff dijo que fue convencido a invertir por Vinod Khosla, cofundador de Sun Microsystems, uno de los primeros inversores en fusión privada.

Por su parte Sam Altman ha hecho una de las mayores apuestas de su carrera en una empresa que podría ser incluso más futurista: una startup de fusión nuclear llamada Helion Energy.

Altman, cuya empresa OpenAI está detrás del chatbot de inteligencia artificial ChatGPT, ha invertido 375 millones de dólares en Helion. Otros inversores, entre ellos Mithril Capital, de Thiel, ya se han unido a las llamadas para ayudar a Helion a negociar con los proveedores.

Helion, con sede en Everett (Washington), utiliza una tecnología llamada fusión magneto-inercial y pretende demostrar que puede producir electricidad neta el año que viene.

Algunos empleados de Helion han empezado a utilizar ChatGPT para ver cómo puede acelerar el trabajo de ingeniería.

De hecho, las empresas y sus promotores ven paralelismos con los recientes avances en inteligencia artificial, que también requiere cantidades colosales de potencia informática para ejecutar modelos.

El presidente y codirector ejecutivo de Salesforce, Marc Benioff, asiste a una sesión de la 50ª reunión anual del Foro Económico Mundial (FEM) en Davos, Suiza, el 21 de enero de 2020. (REUTERS/Denis Balibouse/Archivo)

Según Ernest Moniz, director ejecutivo del grupo de investigación sin ánimo de lucro Energy Futures Initiative y antiguo Secretario de Energía de EE UU, las mejoras en el aprendizaje automático a gran escala han acelerado los experimentos y ayudado a varias empresas a alcanzar o acercarse a las temperaturas y presiones extremas necesarias para las reacciones de fusión.

“Hay una probabilidad razonable de que al menos una, quizá dos empresas, demuestren las condiciones de la fusión en esta década”, dijo al WSJ.

Los recientes avances han hecho que alrededor del 75% de la financiación de la fusión se ha producido a partir de 2021, según el sitio especializado PitchBook.

Científicos del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore anunciaron a finales del año pasado un avance en la investigación de la energía de fusión. (REUTERS/Mary F. Calvert)

Una empresa llamada Lowercarbon Capital, fundada por Chris Sacca, uno de los primeros inversores de riesgo de Twitter y Uber, también lanzó un fondo para invertir en proyectos de fusión el año pasado.

Clay Dumas, socio fundador, afirma que Lowercarbon Capital estaba convencida de que la fusión se encontraba en un punto de inflexión porque, independientemente del diseño, las empresas estaban marcando hitos técnicos.

“El creciente acceso a la potencia de cálculo y los avances en la ciencia de los materiales estaban acelerando su progreso más deprisa de lo que nadie esperaba”, afirmó Dumas.

Aún así, lograr la fusión es tan difícil que las empresas están desarrollando otros productos mientras prueban las máquinas. Esa propiedad intelectual tiene valor independientemente de la fusión, dijo al WSJ Adam Rodman, fundador del fondo de cobertura Segra Capital Management LLC, que invirtió en la empresa canadiense General Fusion. Bezos, fundador de Amazon, también ha respaldado a General Fusion.

Asimismo,, grandes industrias, petroleras y fondos soberanos respaldan los esfuerzos junto con el Departamento de Defensa, que busca un sistema de energía del tamaño de una tostadora para la propulsión de satélites.

Aunque por el momento las empresas son principalmente desarrolladores tecnológicos. Y para prosperar tendrán que mostrar un camino hacia el beneficio y no sólo los avances científicos.

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