“Como parte de los esfuerzos continuos para proteger a los neoyorquinos de la violencia armada y mantener seguras a las comunidades”, la fiscal general de Nueva York, Letitia James, informó este martes que organizará la primera recompra de armas comunitaria en todo el estado en Nueva York el sábado 29 de abril.
Esta jornada de amnistía se realizará por la mañana y el mediodía del 29 de abril en nueve puestos instalados en diversas locaciones del estado de Nueva York (Brooklyn, El Bronx, Hauppauge, Kingston, Watervliet, Plattsburgh, Johnson City, Syracuse y Niagara) y la Oficina del Fiscal General explicó que pagará, “sin hacer preguntas”, a las personas que se presenten a entregar sus armas de fuego descargadas, que funcionen o no.
Las autoridades encargadas de la iniciativa explicaron que, al momento de la entrega, las armas deben estar descargadas y colocadas en una bolsa de plástico, una bolsa de papel o una caja. Advirtieron que cada voluntario puede entregar tantas armas como desee y que los únicos que no pueden participar son los vendedores de armas con licencia o los agentes de fuerzas del orden en activo o retirados.
También aclararon que no se pedirá un documento de identidad a cada voluntario que se presente. “Se trata de un programa de amnistía, nadie hará preguntas a la persona que entregue el arma de fuego”, informó la oficina en un comunicado.
Y explicaron que la compensación económica se entregará de inmediato en forma de tarjetas de regalo prepagadas una vez que los agentes de fuerzas de seguridad locales reciban el arma y la aseguren in situ.
Los organizadores afirmaron que en cada puesto se pagará USD 500 por un fusil de asalto (diseñado para el combate) o un “arma fantasma” (aquellas que no tienen registro), USD 75 por un rifle o una escopeta y USD 25 por una réplica o un arma que no funcione o que sea antigua o casera o haya sido impresa en 3D. Por otra parte, cada pistola tendrá una compensación de USD 150 pero se brindará USD 500 por la primera que entregue cada voluntario.
Con esta campaña, el estado de Nueva York busca retirar de sus calles el mayor número posible de armas, y en especial las ilegales y las que no tiene registro.
Según un reporte de su oficina, la fiscal general Letitia James ha colaborado en el retiro de más de 4.000 armas de las comunidades de Nueva York desde 2019.
Por otro lado, cifras oficiales señalan que la violencia armada en Estados Unidos dejó, sólo en 2020, más de 45.000 muertos, más de la mitad de ellos por suicidio. Y la organización Gun Violence Archive, que define los tiroteos masivos como aquellos en los que mueren cuatro o más personas sin incluir al atacante, registró al menos 162 tiroteos masivos en lo que va del año 2023.
El domingo pasado el presidente Joe Biden reiteró su llamado al Congreso de EEUU a que apruebe leyes que restrinjan el uso de armas. Pero este tipo de medidas suelen ser rechazadas por los legisladores republicanos, que cuentan con la mayoría en la Cámara de Representantes y sostienen en gran medida que cualquier control de armas es una violación del derecho constitucional a portar armas.
“Las armas de fuego son la principal causa de muerte de niños en los Estados Unidos, y los números están aumentando, no disminuyendo”, afirmó el mandatario en un comunicado el domingo, un día después de que ocurriera una masacre en una fiesta de cumpleaños de un adolescente en Alabama. “¿A qué ha llegado nuestra nación cuando los niños no pueden asistir a una fiesta de cumpleaños sin miedo, cuando los padres tienen que preocuparse cada vez que sus hijos salen por la puerta de la escuela, al cine o al parque?”, lamentó Biden.
Y afirmó que ”los estadounidenses están de acuerdo y quieren que los legisladores actúen sobre las reformas de sentido común en la seguridad de las armas”. Además criticó al Partido Republicano por participar la semana pasada, en defensa del derecho de los ciudadanos a llevar armas, en la reunión anual de la Asociación Nacional del Rifle (NRA, en inglés).
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