Hace unos días una orden judicial sorprendió a muchos: Mike Pence debería testificar en la causa por el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021. Hoy sorprende a otros tantos la decisión del ex vicepresidente, que aquel mismo día desoyó al entonces presidente Donald Trump, de no apelar esa decisión.
“El vicepresidente Pence no apelará la decisión del juez y cumplirá con la citación como lo exige la ley”, indicaba a través de un comunicado Devin O’Malley, vocero de Pence.
El pasado 28 de marzo, el jefe de jueces de distrito James Boasberg dictaminó que el testimonio de Pence será necesario en su investigación por la presunta instigación a la violencia por parte de Trump, aunque indicó que habrá limites en los temas que los fiscales puedan preguntarle al ex vicepresidente.
Fue el propio Trump quien se opuso a que Pence sea interrogado, alegando que las conversaciones mantenidas por ambos las semanas previas a la insurrección del 6 de enero son privadas bajo el privilegio ejecutivo que mantenían por ser el presidente y vicepresidente de los Estados Unidos, un derecho otorgado por ley. Sin embargo, en varias ocasiones en los últimos meses el equipo de Trump perdió apelaciones en las que invocaban el mismo privilegio.
Pence, por su lado, en un principio también se había opuesto a testificar alegando que no podía hacerlo porque en aquel entonces era el presidente del Senado. Según alegaron sus abogado, como tal tenía un rol híbrido entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo. Durante aquel fatídico 6 de enero, Pence presidía en el Senado las audiencias para certificar los votos de la elección de noviembre de 2020, en la que ganó Joe Biden. Por lo tanto, los abogados rgumentaron que allí cumplía un rol de legislador, y como tal tenía el derecho constitucional de no testificar.
El juez Boasberg, en un fallo histórico, entendió que Pence posee ciertos derechos legislativos, por lo cual se establecieron las restricciones a las preguntas, pero que no puede ser considerado completamente como un legislador.
Con la decisión de Pence de testificar y no seguir peleando el tema en los tribunales, ahora solo queda ver qué hará el equipo de Trump. Los fiscales quieren demostrar que ex presidente intentó forzar a Pence para que no reconociera los resultados electorales de 2020.
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