El Senado de Estados Unidos aprobó este miércoles un proyecto de ley para dejar de considerar el COVID-19 como una emergencia nacional.
La norma ya fue aprobada en la Cámara de Representantes, por lo que ahora irá a la mesa del presidente estadounidense, Joe Biden, para que la firme.
Aunque Biden había amenazado con vetar una resolución similar en el pasado, este miércoles aseguró que no se opondrá a la medida, según el medio The Hill.
La Casa Blanca ya había anunciado que a partir del 11 de mayo dejaría de considerar la pandemia una emergencia nacional, lo que implica que el Gobierno pasará a tratar el COVID-19 como una enfermedad endémica.
La emergencia fue declarada por primera vez en enero del 2020, cuando empezó la pandemia del coronavirus, y ha sido renovada cada trimestre desde entonces.
La Administración estadounidense argumentó que este período de gracia hasta mayo evitaría el “caos e incertidumbre en el sistema sanitario” que se produciría de prosperar la iniciativa para poner fin a la emergencia nacional, introducida inicialmente por los republicanos y aprobada este miércoles en el Senado con apoyo bipartidista.
En diciembre el Congreso ya determinó que las medidas adicionales que formaban parte de la declaración de emergencia, como la financiación adicional para los estados, se irían desmantelando poco a poco.
La creciente disponibilidad de vacunas y medicamentos han disminuido significativamente la cifra de muertes por la pandemia desde inicios del mandato del presidente Joe Biden, cuando más de 3.000 personas fallecían cada día.
Funcionarios del Gobierno de Biden aseguraron en noviembre que la posibilidad de un aumento en el invierno boreal de los casos de COVID y la necesidad de más tiempo para la transición a un mercado privado para la venta de pruebas, vacunas y tratamientos fueron dos factores que contribuyeron a la decisión a la emergencia en enero.
Cuando expire, los seguros privados y los planes de salud del gobierno asumirán los costos de atención médica por el COVID para la mayoría de los estadounidenses.
La extensión de la emergencia coincidió con la actual transmisibilidad de la subvariante XBB.1.5 de Ómicron, principalmente en el noreste de EEUU, presente en más del 70 por ciento de los casos positivos, y en el 28 por ciento en el resto de la nación.
Las autoridades estadounidenses instaron a la población a actualizar su esquema de vacunación para ganar inmunidad contra la variante Ómicron.
Los casos diarios en Estados Unidos, que se sitúan muy por debajo del récord de enero pasado, han aumentado a un promedio de más de 67.000 hasta el 4 de enero de este año y hay unas 390 muertes relacionadas con el COVID por día, según los datos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades.
(Con información de EFE)
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