Estados Unidos es la primera economía del mundo, y como tal, se esperaría que temas como el cuidado de la salud estuvieran mejor resueltos aquí que en otros lugares. Sin embargo, no siempre es así.
Los CDC (Centros para el Control de Enfermedades, según sus siglas en inglés) acaban de revelar un nuevo estudio en el que indican que en 2021 los Estados Unidos tuvo uno de los peores índices de mortalidad maternal en la historia del país. La organización mundial de la salud (OMS) entiende como mortalidad maternal las muertes de mujeres embarazadas o mujeres que fallecieron dentro de un período de 42 días posteriores a un parto.
En el 2021, las muertes maternas en el país aumentaron un 40% con respecto al año anterior, sumando 1.205 fallecimientos de este tipo.
Las muertes maternas en 2021 representaron 32,9 fallecimientos cada 100 mil partos realizados en el país. Esta cifra es hasta 10 veces mayor que la que se ve en otros países desarrollados como Australia, Japón, Israel, Austria o España, donde en promedio se ven 2 o 3 fallecimientos cada 100 mil partos.
La OMS indica que en países desarrollados las muertes maternas promedian los 12 fallecimientos cada 100 mil partos, mientras que en países de bajos recursos la cifra asciende a 430 fallecimientos cada 100 mil partos, poniendo una clara correlación entre los recursos y este tipo de mortalidad.
Pero hay otra cifra que preocupa en este reporte, y es que el 84% de estas muertes eran fallecimientos prevenibles.
Los fallecimientos maternos en 2021 se dieron con mayor frecuencia en determinadas comunidades pertenecientes a minorías. Particularmente, para las madres afroamericanas el índice de muertes fue de 69,9 cada 100 mil embarazos, haciéndolos 2,3 veces más frecuentes que en madres blancas, o incluso latinas.
Al tratarse de 2021 logicamente el fenómeno se relaciona con la pandemia. Según una de las teorías esbozadas en el reporte, del total de las muertes de 2021 buena parte se dió en personas más jóvenes, grupo al que se presupone pertenecen la mayor parte de las madres que tuvieron complicaciones en sus embarazos.
La buena noticia es que aunque las cifras de 2022 todavía están siendo recabadas, todo parece indicar que este tipo de muertes fue mucho menos frecuente el año pasado que en 2021, indicando que el fenómenos pudo haber tenido su pico ya y ha comenzado a disminuir.
Sin embargo, algunos temen que con el incremento de restricciones en el acceso a los abortos en muchos estados, desde que la Corte Suprema de Justicia dejara sin efecto el fallo Roe v. Wade, el fenómeno de este tipo de muertes pudiera recobrar fuerzas.
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