Otro tren de la compañía Norfolk Southern descarriló en Estados Unidos a tan sólo semanas de que se diera un accidente similar en la ciudad de East Palestine, en Ohio.
En esta oportunidad, el episodio tuvo lugar en White Plains, en el estado de Alabama, y a diferencia del último caso, se trató de un tren de mercancías de más de 37 vagones que no transportaba sustancias tóxicas. Si bien dos de ellos son considerados “residuales” ya que, anteriormente, contenían estos materiales, éstos no estuvieron implicados en el accidente.
“No se han roto. No hay fugas de materiales peligrosos. No hay ningún riesgo para el público”, declaró Connor Spielmaker, portavoz de la compañía.
Gracias a ello no se reportaron vertidos peligrosos y tampoco se registraron heridos. Sin embargo, las imágenes difundidas muestran a los vagones de lado o inclinados fuera de las vías de esta zona boscosa.
De momento, se desconocen las causas.
Poco después del accidente, una cuadrilla de rescatistas se presentó en el lugar con “grúas” y trabajaron “febrilmente” para restablecer el órden, según indicó el jefe de la policía local, Matthew Wade.
Éste es el tercer descarrilamiento que la empresa registra en el último mes, según precisó la cadena estadounidense ABC, luego de que, el pasado 3 de febrero, otro tren resultara accidentado a la altura de la pequeña localidad de East Palestine, en Ohio.
Éste transportaba material tóxico en algunos vagones, lo que derivó en un gran problema para toda la población de la zona, que se vio amenazada por la liberación de estas sustancias en el ambiente y hasta en el agua.
Según las autoridades, más de 2.000 personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares mientras que otras varias reportaron náuseas, dolores de cabeza y erupciones cutáneas.
A raíz de ello, las autoridades debieron llevar a cabo minuciosas inspecciones casa por casa para garantizar la seguridad del aire y del agua. También anunciaron que desplegarán un equipo de médicos y toxicólogos para realizar pruebas de salud a la gente allí luego de que se alertara del riesgo de enfermedades cancerígenas como consecuencia de esto.
Si bien a más de un mes del hecho el Gobierno asegura que ya no existe peligro en la ciudad, los republicanos se han valido de ello para criticar a la Administración de Joe Biden por las consecuencias de lo ocurrido. Entre sus argumentos, sostienen que el accidente era evitable e impulsaron una investigación en contra de la empresa, de 18.000 empleados y más de 36.000 kilómetros de riel.
Por otro lado, el descarrilamiento de este jueves se dio el mismo día que el director ejecutivo de la empresa se comprometió a mejorar las prácticas de seguridad en sus trenes.
Durante su comparecencia ante un comité del Senado, Alan Shaw sostuvo que “es evidente que los mecanismos de seguridad no fueron los suficientes” y agregó que se hará responsable del desastre generado en Ohio.
“Norfolk Southern limpiará el lugar de forma segura, exhaustiva y urgente”, cimentó antes de agregar, nuevamente: “Lamento terriblemente el impacto de este descarrilamiento en la gente”.
(Con información de AFP, AP y EFE)
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