El fentanilo es una droga sintética 100 veces más potente que la morfina y 50 veces más que la heroína. Vendido en forma pura, mezclado con heroína, vendido erróneamente como heroína o prensado en pastillas, el fentanilo está cada vez más presente en la oferta ilícita de opioides.
En su investigación, “La introducción del fentanilo en la frontera entre Estados Unidos y México: Un relato etnográfico triangulado con datos de controles de drogas en Tijuana”, los investigadores Joseph Friedman, Philippe Bourgois, Morgan Godvin, Alfonso Chavez, Lilia Pacheco , Luis A Segovia , Leo Beletsky y Jaime Arredondo, alertan que su fabricación ilícita han cambiado el entorno de riesgo de los consumidores de drogas.
En el estudio publicado en el International Journal of Drug Policy (Revista Internacional de Políticas de Drogas), detallan que las ciudades fronterizas mexicanas actúan como puntos de tránsito para el suministro de drogas ilícitas pero denuncian que debido a la falta de datos en la infraestructura de vigilancia, se sabe poco sobre la prevalencia del fentanilo en México.
Durante los 8 meses de trabajo de campo en Tijuana, en la frontera, descubrieron que la positividad del fentanilo se detectó en el 52,8% de las jeringuillas recogidas en los espacios de reducción de daños, y varió mucho entre los distintos lugares, desde el 2,7% hasta el 76,5%, lo que implica una fuerte heterogeneidad del mercado.
Descubrieron que el fentanilo se ha convertido en algo habitual en el suministro de heroína de Tijuana y parece que su prevalencia va en aumento. El fentanilo predomina en varios puntos de la ciudad y está estrechamente vinculado a la heroína en polvo blanco. Se observó heterogeneidad entre las distintas partes de la ciudad, y la prevalencia global del fentanilo aumentó en torno al 20% durante el periodo de estudio.
“Los informantes clave confirmaron un aumento considerable de los riesgos del fentanilo para la salud pública y describen la ausencia de una respuesta gubernamental sistemática o basada en pruebas”, asegura la investigación.
En comparación con los opiáceos no sintéticos, los fentanilos tienen una semivida más corta, pero una mayor potencia. Esto requiere inyecciones más frecuentes, ya que la analgesia y la euforia disminuyen y los síntomas de abstinencia se presentan más rápidamente.
Y el aumento de las inyecciones eleva el riesgo de resultados nocivos para la salud, como sobredosis, infección de tejidos blandos y transmisión de enfermedades infecciosas como el VIH y la hepatitis C.
Los cambios en el mercado de drogas tienen tanto importancia local, como implicaciones internacionales, dada la naturaleza global del suministro de drogas. En Estados Unidos, la prevalencia del fentanilo se concentraba inicialmente en gran medida en los estados del este del país. Sin embargo, en los últimos años ha empezado a desplazarse hacia el oeste.
Según la Agencia Antidroga de Estados Unidos, la gran mayoría del suministro de opioides en Estados Unidos procede de organizaciones mexicanas de narcotraficantes y la inyección de opioides se produce casi exclusivamente a lo largo de la frontera norte de México.
“Es necesaria una mayor vigilancia para cuantificar la magnitud del aumento de las sobredosis y otros riesgos para la salud. La documentación oportuna es de interés binacional dada la naturaleza interconectada de las cadenas de suministro de drogas de EE.UU. y México y sus implicaciones para la salud”, advierten los investigadores.
Denuncian que los factores estructurales relacionados con la criminalización, la regulación, los bajos presupuestos y las prácticas discrecionales del personal de primera línea de la justicia penal “parecen estar limitando las respuestas sistémicas eficaces a un entorno de riesgo cambiante debido al fentanilo”.
De acuerdo con datos de la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) entre febrero de 2021 y 2022 hubo 109 mil muertes de estadounidenses por sobredosis de fentanilo.En el mismo periodo, la Patrulla Fronteriza incautó más de 10 mil kilos de fentanilo. En ese momento el presidente Joe Biden señaló que esto era una amenaza a la seguridad nacional, a la economía y la política exterior.
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