Con el nuevo año en los Estados Unidos comienza la temporada de impuestos, los taxes, como dice en Spanglish la comunidad hispana. A mediados de abril (en 2023 la fecha límite será el martes 18), todas las personas que trabajan deben haber presentado su declaración. Los migrantes latinos siempre se han tomado esto muy serio, por el enorme poder que la autoridad tributaria, el Internal Revenue System (IRS) ejerce sobre las posibilidades de crecimiento económico de las personas.
Uno de los primeros dichos populares que se aprenden en los Estados Unidos reza: “Nada es seguro, excepto la muerte y los impuestos”.
Cada año toca pagar impuestos más allá del estatus migratorio: se tenga o no permiso de trabajo, se sea ciudadano o no, nadie escapa al gravamen a los ingresos. Los inmigrantes reconocen esto ya que, como muestran las estadísticas del American Immigration Council, pagan millones de dólares al erario público. Incluso los indocumentados contribuyen grandes sumas a través del gravamen sobre la renta y la nómina salarial.
Una pregunta frecuente es si la declaración de impuestos puede afectar, positiva o negativamente, la naturalización u obtención de la residencia permanente. La respuesta corta es sí. No solo afecta si la entregas o no: también los errores u omisiones pueden causarte problemas.
Normalmente, las personas con Green Card tributan de igual modo que los ciudadanos, sin importar el país donde se obtuvieron los ingresos. Para los no residentes hay normas especiales en el código del IRS. Básicamente, si cumples con los requisitos de presencia física (pasar al menos 31 días del año fiscal actual y un total de 183 durante los últimos tres en los Estados Unidos), serás tratado como residente.
Es común que las personas busquen aprovechar todas las posibilidades que brinda el código tributario para obtener ventajas o reducciones. Esto es legal y muchas veces recomendable, pero si usted se encuentra en medio de trámites migratorios, puede resultar problemático. Por ejemplo, una declaración de impuestos como no residente podría ahorrarte dinero en principio, pero puede llevar al gobierno a presumir que vives en otro país y has abandonado tu residencia permanente en los Estados Unidos. Antes de hacer esto, es mejor consultar a un abogado de inmigración.
Una declaración de impuestos es una fuente de información valiosa para los procesos de inmigración. Cumplir con la ley tributaria y aportar todos tus datos suele ser beneficioso en el camino a la residencia.
Cualquier tipo de ingreso que hayas tenido durante el año, ya sea en efectivo o en cheque, se debe ser incluir en el reporte, que se puede presentar con tu número de seguro social (SSN). Si todavía no has obtenido uno, el IRS te otorgará un Número de Identificación del Impuesto Individual (ITIN). Ya sea con el SSN o el ITIN, tu declaración tendrá valor legal.
Cabe señalar que, aunque debes adjuntar tu declaración de impuestos al servicio de inmigración y ciudadanía (USCIS), el IRS no comparte información con USCIS ya que la ley protege tu derecho a la privacidad. Es decir que tú mismo debes hacerlo cuando se te solicita en el sitio, subiendo el pdf del formulario, o por correo.
Con información de USCIS y IRS. Este artículo no constituye ni reemplaza la asesoría legal.
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