El representante estatal republicano Adam Anderson, de Palm Harbour, presentó en el Congreso de la Florida un proyecto de ley que expandiría la actual ley de Derechos Parentales, popularmente conocida como “No Digas Gay”.
El proyecto de ley determina que en el sistema público de escuelas en el estado no se podría discutir la sexualidad de una persona al menos hasta el último año de la escuela media, cuando los alumnos tienen entre 13 y 14 años (actualmente la restricción existe hasta el tercer grado de escuela primaria, cuando los estudiantes tienen alrededor de 8 años). Pero la expansión de la ley, en caso de ser aprobada, iría inclusive más allá y agregaría un hecho no contemplado por la ley original: se prohibiría en el ámbito de las escuelas la utilización de pronombres personales o títulos que difieran de aquellos con los que la persona nació. Es decir, ni un estudiante -ni sus profesores- pueden elegir ser llamados mujer si al nacer fueron registrados como hombres.
Los empleados, contratistas y estudiantes de las escuelas públicas no podrían referirse a otras personas basándose en el pronombre de su preferencia si este no concuerda con el género de nacimiento.
La sesión legislativa de este año en Florida aún no ha comenzado y este proyecto ya se perfila como uno de los más polémicos del 2023. El poder legislativo de Florida sesiona solo dos meses al año (que en este año serán marzo y abril), y luego se reúnen exclusivamente por casos de urgencia por los que se convoca a sesiones especiales. Pero antes de que comience la sesión del año, se filtran algunos proyectos. Esta semana el que más ha llamado la atención ha sido este de Anderson.
Para ser aprobado, el proyecto de ley debería ser votado de manera positiva tanto en la cámara de representantes como en el senado. Si esto ocurriera, entonces llegaría a la oficina del gobernadora, donde Ron DeSantis debería decidir si lo va a firmar. Si eso ocurriese, entonces la nueva ley -o la expansión de la ley existente- entraría en vigor el próximo primero de julio.
DeSantis no se ha expresado públicamente acerca de este proyecto, aunque se sabe que va en línea con su pensamiento. Se espera que una vez terminada la sesión legislativa de Florida el gobernador anuncie su candidatura a la presidencia -un secreto a voces en el país-, y que utilice las nuevas leyes como plataforma para un proyecto nacional.
Desde ya hay oposición al proyecto.
“La ley ‘No Digas Gay’ ya ha ocasionado una ola de censura, prohibición de libros, que se retiren las calcomanías con el arco iris de las aulas -que significan que se trataba de un ámbito seguro-, distritos que se niegan a reconocer el mes de la historia LGBTQ+, y familias LGBTQ+ abandonando el estado por no sentirse seguras. El gobernador DeSantis, y los legisladores que lo siguen, son grandes manipuladores de las palabras en las leyes, influyendo en las aulas y en la cultura. Los verdaderos estados libres no prohíben libros o personas”, decía a la prensa Jon Harris Maurer, director de políticas públicas de la organización no gubernamental “Equidad en Florida”.
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