Un grupo de senadores estadounidenses tanto demócratas como republicanos han anunciado, este miércoles, que buscarán nuevamente la aprobación de la ley HARM (Holding Accountable Russian Mercenaries). Este proyecto fue tratado en 2022 y busca que el Departamento de Estado designe a la empresa de mercenarios rusos, Grupo Wagner, como organización terrorista extranjera (OET), junto con Al-Qaeda y Boko Haram.
Con el fin de que este grupo paramilitar asuma la responsabilidad por las violaciones a los derechos humanos, los congresistas Ben Cardin y Roger Wicker enviaron nuevamente la propuesta para que sea debatida en el recinto, con la esperanza de que esta vez sí obtenga la luz verde. El año pasado, la ley había tenido un lugar en las discusiones pero no llegó a ser aprobada por ambas cámaras antes del cese del anterior Congreso.
Ambos senadores son copresidentes de la Comisión Helsinki de Estados Unidos, un organismo gubernamental que promueve los derechos humanos y, por tanto, los encargados de las sanciones de Washington al grupo. “El Grupo Wagner está compuesto por mercenarios y terroristas despiadados que matan indiscriminadamente y cumplen las órdenes de Putin”, afirmó la congresista María Elvira Salazar, otra de las promotoras del proyecto de ley.
En línea con eso, el pasado 20 de enero Estados Unidos dispuso designar a Wagner como una organización criminal transnacional importante, lo que congela cualquier activo estadounidense del grupo y prohibe, asimismo, que los ciudanos les proporcionen fondos, bienes o servicios. El anuncio se dio a la par de una nueva ola de sanciones del Departamento de Estado, como condena por la guerra librada en Ucrania y en la República Centro Africana y, principalmente, por las masacres, torturas y reiteradas violaciones a los derechos humanos.
“Estas acciones reconocen la amenaza transcontinental que plantea Wagner, incluso a través de su patrón continuo de actividad delictiva grave”, comentó entonces un funcionario del Departamento del Tesoro y agregó que “con estas acciones y más por venir, nuestro mensaje para cualquier empresa que esté considerando brindar apoyo a Wagner es el siguiente: Wagner es una organización criminal que está cometiendo atrocidades generalizadas y abusos contra los derechos humanos, y trabajaremos incansablemente para identificar, interrumpir, exponer y apuntar a aquellos que ayudan a Wagner”.
En octubre, el Servicio de Inteligencia del Ministerio de Defensa de Ucrania señaló que son más de 8.000 los mercenarios involucrados en la invasión y las “hostilidades en el territorio”, la mayoría de ellos siendo ex convictos rusos aunque, basándose en las cifras de la ONG Rusia Entre Rejas, fueron más de 50.000 los presos llamados para ir al campo de batalla. Al respecto, la última semana, el jefe de la empresa, Yevgueni Prigozhin, aseguró que el “alistamiento” para sus filas “ha concluido totalmente” y que, incluso, hace más de un mes que no se lleva a cabo un reclutamiento.
Por su parte, la directora de la organización, Ola Ramanova, ha alertado que el 80% de los enviados a luchar están muertos o desaparecidos. “Nuestros datos muestran que, a finales de diciembre, entre 42.000 y 43.000 reclusos habían sido reclutados. A estas alturas, es probable que sean más de 50.000. De ese número, 10.000 están luchando ahora en el frente, porque el resto han muerto o han resultado heridos, o se han ausentado sin permiso, o han desertado, o se han rendido”, detalló.
Muchos de ellos han logrado, sin embargo, huir de los llamados o recuperar su libertad tras meses de combate y narraron sus traumáticas experiencias allí. “Me llevan para fusilarme. He perdido a mucha gente allí. Recuerden esto: no envíen más gente aquí. Ya es suficiente, quieren matarnos a todos”, lamenta uno de los soldados en diálogo con CNN.
(Con información de Reuters y EFE)
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