La Cámara Baja de EEUU aprobó este miércoles un proyecto de ley destinado a que se deje de exigir una prueba de vacunación contra el COVID-19 a los viajeros que arriben al país por avión.
La normativa recibió 227 votos a favor y 201 en contra y debe continuar ahora su tramitación en el Senado, donde los demócratas, que se oponen a eliminar ese requisito, tienen 48 escaños más el voto de desempate de la vicepresidenta, Kamala Harris; mientras que republicanos ostentan otros 49 y hay 3 independientes de tendencia progresista.
El proyecto de ley establece que, en cuanto sea promulgado, se deje de exigir a los viajeros extranjeros una prueba de vacunación y que dejen de utilizarse fondos federales para hacer cumplir esas exigencias.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) establecen que los ciudadanos no estadounidenses e inmigrantes que no vivan en el país deben presentar una prueba de tener la pauta de vacunación completa.
Desde el pasado 5 de enero, a los pasajeros procedentes de China, Hong Kong o Macao, o que hayan estado allí en los diez días anteriores a su desplazamiento, se les exige además antes de embarcar una prueba negativa contra el COVID-19 o un certificado de recuperación de la enfermedad.
“Este proyecto de ley supone una vuelta a la normalidad”, alegó este miércoles el congresista republicano Brett Guthrie, mientras que el demócrata Frank Pallone señaló que a su grupo le “preocupa” la salud pública y que los CDC sostienen que ese requisito “es necesario para proteger a Estados Unidos”.
A comienzos del mes de enero, Estados Unidos registró más de un millón de casos de coronavirus, una cifra diaria que no se había reportado en ningún lugar del mundo durante la pandemia, según un balance de la Universidad Johns Hopkins.
Concretamente, el país registró 1.080.211 nuevos casos.
La universidad registró además 1.688 muertes en 24 horas, un día después de que Anthony Fauci, principal consejero del gobierno en esta pandemia, declarara que el aumento de casos de COVID-19 en Estados Unidos era “casi vertical”.
La variante Ómicron, la más contagiosa hasta la fecha, representó alrededor del 59% de los positivos registrados en Estados Unidos en la semana que terminó el 25 de diciembre, según datos del gobierno.
Fauci dijo que el caso de Sudáfrica, donde esta variante se detectó por primera vez a finales de noviembre y los casos se dispararon al mismo ritmo que decayeron en cuestión de semanas, daba cierta esperanza.
Las tasas de mortalidad y hospitalizaciones en Estados Unidos han sido mucho más bajas en esta ola que en las anteriores.
El anterior récord de casos diarios en Estados Unidos era de 258.000, alcanzado en la semana del 5 al 11 de enero de 2021.
(Con información de EFE)
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