A poco más de 50 kilómetros de Ávila, al norte de la provincia, se ubica uno de los pueblos más increíbles de Castilla y León. Esta localidad, a pesar de no estar reconocida como una de las más bonitas de España, es sin duda una de las joyas arquitectónicas de la región. Esto es gracias a su impresionante herencia histórica, pero sobre todo por ser uno de los conjuntos mudéjares mejor conservados y más impresionantes de nuestro país.
Es por ello, que pasear por Arévalo es una experiencia para los sentidos donde el viajero queda asombrado con cada rincón. Se trata de una villa que ha sabido mantener con el paso del tiempo la verdadera esencia castellana, la cual es visible en sus calles empedradas y en su casco histórico, el cual está atravesado por los ríos Adaja y Arevalillo y está dominado por el imponente castillo. De hecho, este fue declarado conjunto-histórico artístico en el año 1970, siendo el primero de Ávila en ganar esta distinción.
Pero no solo eso, pues Arévalo es también la cuna de Isabel I de Castilla, lo que le otorga un lugar destacado en la historia de España. La reina pasó parte de su infancia en esta villa, bajo la tutela de su madre, Isabel de Portugal. En la actualidad, ese legado forma parte de su identidad cultural, con rutas turísticas que recorren los lugares vinculados a la monarca.
Arévalo es una villa con raíces milenarias cuya historia ha estado marcada por su papel estratégico en la repoblación del centro peninsular. Con un origen prerrománico, la localidad se consolidó tras la repoblación cristiana en el siglo XI, en el marco del avance del Reino de León. Según el Catastro del Marqués de la Ensenada (1752) y documentos recogidos por la Junta de Castilla y León, su nombre podría derivar del término celta are-valon, que significa “lugar junto al muro” o “tierra de la frontera”, en referencia a su ubicación estratégica entre los reinos de León y Castilla.
Durante la Edad Media, Arévalo fue cabecera de una comunidad de villa y tierra, y alcanzó gran importancia como enclave defensivo y comercial. Su posición, junto a los ríos Adaja y Arevalillo, favoreció su desarrollo agrícola y su función como lugar de paso. Pero su periodo histórico más relevante es durante el siglo XV, cuando la villa quedó estrechamente ligada a la figura de Isabel I de Castilla, quien pasó su infancia en el palacio real de Arévalo, bajo la tutela de su madre.
En esta villa, la monarca encontró un refugio para su infancia y juventud, de hecho es apodada cariñosamente como la “Señora de Arévalo”. A día de hoy, el recuerdo de la reina perdura en varios rincones de la zona, pero ningún lugar es tan emblemático como el Arco del Alcocer. Aquí se erige la estatua conocida como “la Isabelilla”. Este arco, el único vestigio que queda de la muralla que rodeaba Arévalo, sirve como acceso monumental al casco histórico, recordando el legado eterno de la reina.
Castillo de Arévalo, en Ávila (Turismo Ávila)El castillo de Arévalo, construido en el siglo XV, es uno de los principales referentes patrimoniales de la villa y uno de los ejemplos más destacados de arquitectura militar en Castilla y León. De estilo mudéjar y planta pentagonal, la fortaleza fue reformada poco después de su construcción por orden de los Reyes Católicos, aunque mantuvo su configuración original y buena parte de su estructura defensiva.
A lo largo de los siglos, el castillo ha tenido distintos usos: sirvió como residencia nobiliaria, prisión y, más adelante, como almacén de grano. En la actualidad, alberga el Museo de los Cereales, gestionado por el Ministerio de Agricultura, y es visitable. Su torre del homenaje, restaurada, permite contemplar vistas panorámicas del entorno.
Considerado uno de los primeros castillos mudéjares de la región, su conservación ha permitido estudiar las técnicas constructivas propias de la época, basadas en el uso del ladrillo y la combinación de elementos cristianos e islámicos. Junto a las iglesias románico-mudéjares del casco histórico, el castillo forma parte del conjunto de bienes que dan cuenta de la importancia de Arévalo durante la Baja Edad Media y lo consolidan como un punto de interés histórico y cultural dentro del norte de Ávila.
Arévalo, en Ávila (Turismo Ávila)Pasear por las calles de Arévalo permite descubrir uno de los conjuntos arquitectónicos más impresionantes de Castilla y León. La villa, conocida como la capital del mudéjar abulense, descubre al viajero un patrimonio arquitectónico de estilo mudéjar envidiable. Así, su casco histórico mantiene un trazado irregular, con callejuelas estrechas y pasadizos que evocan su origen medieval, y en él se conservan hasta siete iglesias construidas entre los siglos XII y XV. Estas se levantaron con fábricas de ladrillo, arcos de herradura y elementos decorativos propios del arte desarrollado por albañiles musulmanes bajo dominio cristiano.
Entre ellas destacan la iglesia de San Martín, conocida como “las torres gemelas”, por sus dos campanarios de diferente altura; la iglesia de Santa María la Mayor, de elegante ábside y torre mudéjar; y San Miguel, que alberga un retablo renacentista atribuido a Alonso Berruguete. La uniformidad estética de estos templos, junto al uso extendido del ladrillo como material constructivo, ha llevado a los expertos a considerar Arévalo como una de las capitales del mudéjar castellano, junto a poblaciones como Toro o Cuéllar.
A su vez, la plaza de la Villa, o Plaza Mayor, conserva la estructura porticada característica de las villas medievales de la meseta. En ella se celebraban los mercados y los actos públicos, y hoy sigue siendo el centro social de la localidad. A su alrededor se alinean casas de dos alturas con soportales de madera, algunas con escudos nobiliarios, y edificios como el Ayuntamiento y la iglesia de Santa María. Igualmente, el puente Medina, sobre el río Arevalillo, es uno de los accesos tradicionales a la villa y forma parte del conjunto patrimonial protegido.
Arévalo, en Ávila (Turismo Ávila).Más allá de su patrimonio arquitectónico, Arévalo ofrece entornos naturales de interés. El paseo fluvial que discurre junto al Adaja permite recorrer a pie parte del perímetro histórico, mientras que las zonas de ribera y las tierras cerealistas que rodean el municipio componen un paisaje característico de la Castilla del interior.
La villa forma parte del itinerario “Huellas de Teresa”, que recorre lugares vinculados a Santa Teresa de Jesús, y del “Camino de Santiago madrileño”, que atraviesa varias localidades del sur de Castilla y León. Además, se ha integrado en la Ruta de Isabel la Católica, una propuesta turística que une enclaves fundamentales en la vida de la reina.
Uno de los pueblos más bonitos del país está en la ‘Toscana española’: una villa medieval declarada. Desde Ávila, el viaje es de alrededor de 40 minutos por la vía N-403. Por su parte, desde Valladolid el trayecto tiene una duración estimada de 1 hora por las carreteras A-62 y A-6.