Oasis de Siwa, en Egipto (Adobe Stock).A unos 600 kilómetros de El Cairo, muy cerca de la frontera con Libia, se ubica uno de los rincones más remotos y desconocidos de Egipto. Este lugar, alejado de los principales atractivos del país como El Cairo, las Pirámides de Giza o el río Nilo, sorprende con sus lagos, pueblos y encantos únicos, de hecho, en la antigüedad era frecuentado por Cleopatra y se dice que era el lugar favorito de Alejandro Magno.
Estamos hablando del oasis de Siwa, un paraíso único donde la historia, la cultura y la naturaleza se entrelazan en un entorno remoto y enigmático. Rodeado por las vastas dunas del desierto y salpicado de palmerales, lagos salinos y manantiales de agua dulce, Siwa se presenta como un refugio milenario que ha resistido el paso del tiempo sin perder su esencia.
Oasis de Siwa, en Egipto (Adobe Stock).Siwa no es solo un paraje natural impresionante, sino también un lugar cargado de historia. Su fama se consolidó en la antigüedad cuando, en el año 331 a.C., Alejandro Magno visitó el oráculo de Amón, en el Templo del Oráculo, buscando la confirmación de su condición de hijo del dios Zeus-Amón. La leyenda cuenta que los sacerdotes del templo le otorgaron una respuesta que sellaría su destino como conquistador y monarca divino. A día de hoy, las ruinas del templo continúan atrayendo a viajeros y arqueólogos, fascinados por el misterio que envuelve a este sitio.
Desde lo alto de la colina donde se erige, es posible obtener una vista panorámica del oasis, sus lagos y el inmenso mar de arena que lo rodea. Pero no solo eso, pues Siwa cuenta con una identidad cultural propia que se refleja en sus edificaciones típicas. Estas están construidas con una mezcla de barro, sal y piedra conocida como “kershef”, integrándose de manera armoniosa con el entorno. A esto hay que sumar la comunidad local, que de origen bereber, ha mantenido sus tradiciones y su lengua, el siwi, a lo largo de los siglos.
A su vez, en el centro del oasis se encuentran las ruinas de Shali, una fortaleza del siglo XIII cuyos muros erosionados por el tiempo evocan el esplendor de épocas pasadas. Por no hablar de la conocida como Montaña de los Muertos, una necrópolis de la época romana que está repleta de tumbas.
Oasis de Siwa, en Egipto (Adobe Stock).Pero por si algo destaca este enclave es por su riqueza natural. El oasis de Siwa es conocido por sus manantiales y lagos, que contrastan con la aridez del desierto circundante. Uno de los más famosos es la Fuente de Cleopatra, un pozo natural de agua cristalina en el que, según la tradición, la reina egipcia se habría bañado durante su estancia en el oasis. Actualmente, el manantial sigue siendo un lugar popular para los visitantes que buscan un baño refrescante después de explorar el árido paisaje.
Otra maravilla natural es el Gran Lago Salado, cuyas aguas ricas en minerales permiten la flotación, mayor al Mar Muerto. Al atardecer, los reflejos dorados en su superficie crean un espectáculo visual que refuerza la magia del enclave. Además, el lago es un hábitat esencial para diversas especies de aves migratorias, convirtiéndolo en un lugar ideal para los amantes de la ornitología. Así, este lugar cuenta con más de 200 manantiales naturales, algunos de los cuales son de agua caliente y se cree que poseen propiedades terapéuticas. Estos pozos, como el de Ain Qurayshat, son unos de sus principales atractivos gracias a sus carácterísticas únicas.
A pesar de su riqueza histórica y natural, Siwa sigue siendo un destino menos frecuentado en comparación con otras atracciones turísticas de Egipto, como las pirámides de Giza o los templos de Luxor. Sin embargo, su aislamiento es precisamente parte de su atractivo: un lugar donde el tiempo parece haberse detenido, donde la historia antigua se mezcla con la vida cotidiana de sus habitantes y donde la naturaleza sigue siendo la gran protagonista.
La ciudad artificial conocida como la ‘Venecia del mar Rojo’ qué es uno de los destinos turísticos más impresionantes de Egipto. Siwa es más que un oasis en el desierto; es un rincón donde la historia, la cultura y la naturaleza se encuentran en perfecta armonía. Un destino que, para quienes se aventuran a descubrirlo, ofrece una inmersión en un Egipto distinto, alejado del bullicio turístico y lleno de secretos por desvelar.