Cantabria es uno de los destinos más visitados de España gracias a sus encantos únicos. Su impresionante costa, repleta de paradisiacas y acantiladas playas, contrasta a la perfección con sus majestuosos paisajes de montaña, donde pequeños pueblos inundan cada rincón, ofreciendo una experiencia rural única. Así, muchos de ellos son conocidos mundialmente gracias a su rico patrimonio, como es el caso de Potes, Comillas o San Vicente de la Barquera, mientras que otros, permanecen escondidos guardando la tradición y la historia de aquellos que los habitan.
En este sentido, Valderredible destaca por ser el pueblo más grande de Cantabria. La localidad, más allá de su rico patrimonio histórico y natural, se alza como el municipio más extenso de la comunidad gracias a sus casi 300 kilómetros cuadrados de superficie y 52 núcleos de población. “Sin embargo, se encuentra entre los que tienen una menor densidad (tres habitantes por kilómetro cuadrado) con datos demográficos ‘muy preocupantes’ con una importante reducción de habitantes y una tasa de envejecimiento superior a la media regional”, señalan desde el Gobierno Regional.
A pesar de ello, este pueblo, el más meridional de Cantabria, se ha convertido en una joya para los amantes de la naturaleza, la historia y el turismo rural. Conocido como el “valle más profundo”, este lugar reúne una combinación única de paisajes espectaculares, patrimonio rupestre y un ambiente de tranquilidad que lo distingue como uno de los destinos más singulares del norte de España.
Un gran patrimonio
Valderredible se extiende a lo largo de la depresión que forma el río Ebro al abandonar el territorio cántabro hacia el este. Su denominación, “Val de Ripa Hibre”, refleja la estrecha relación entre el valle y el río que lo atraviesa. Este entorno natural, dominado por los páramos que conectan con las tierras de Castilla, ha sido testigo de una rica historia que se remonta a los primeros asentamientos humanos. Así, la ubicación estratégica del valle y su riqueza natural sugieren que Valderredible fue un lugar habitado desde tiempos remotos.
Durante la Edad Media, el auge de las construcciones religiosas dejó un legado patrimonial de gran valor. Entre las obras más destacadas se encuentra la colegiata de San Martín de Elines, un exponente del románico del siglo XII que conserva elementos únicos, como restos de una antigua iglesia mozárabe visibles en los arcos del cementerio. Esta joya arquitectónica, considerada uno de los mayores referentes del románico en Cantabria, es solo uno de los múltiples vestigios que ilustran la importancia histórica de Valderredible.
Pero esto no se queda aquí, pues el municipio alberga una de las mayores concentraciones de iglesias rupestres de la península ibérica, vestigios que datan de la Alta Edad Media. Entre los ejemplos más destacados se encuentra la iglesia rupestre de Santa María de Valverde, considerada una de las más importantes de Europa. Su peculiar arquitectura tallada directamente en la roca y su entorno bucólico la convierten en una visita imprescindible para los apasionados de la historia y el arte religioso.
Otros enclaves, como la ermita de San Acisclo y Santa Victoria en Arroyuelos, complementan esta ruta que fascina tanto a expertos como a turistas curiosos. Aunque sí hay algo que llama la atención es el curioso grabado faliforme de la Edad de Bronce (gran falo grabado sobre una roca a dos metros de altura) situado en Ruanales. En el mismo pueblo se encuentra el “abrigo rocoso del Cogular”, que “pertenece también a la edad del Bronce y presenta pinturas esquemáticas en negro y rojo, con hombrecillos y arborescentes, además de figuras ecuestres”, detallan desde Turismo de Cantabria.
Una joya natural en Cantabria
La oferta de turismo rural en Valderredible no deja indiferente. Con alojamientos que respetan la arquitectura tradicional cántabra y una gastronomía basada en productos locales como la miel, el queso y los embutidos, la experiencia en el valle combina autenticidad y confort. Los pequeños pueblos que salpican el municipio, como Polientes, su capital administrativa, ofrecen un ambiente acogedor que invita a perderse por sus calles y disfrutar de la hospitalidad de sus habitantes.
Pero si por algo destaca este municipio es por impresionante patrimonio natural. Este rincón, marcado por la presencia del río Ebro, es un paraíso para quienes buscan disfrutar de la naturaleza en estado puro, ya sea a través de rutas de senderismo, la observación de fauna o la tranquilidad que emana de sus verdes parajes. Uno de los principales atractivos naturales de Valderredible es la Hoz de los Tornos, un impresionante cañón formado por el curso del Ebro, que serpentea entre paredes rocosas creando un paisaje espectacular.
Este enclave, ideal para los amantes de la geología y la fotografía, permite adentrarse en un territorio donde la naturaleza ha esculpido su propia obra de arte. Sin embargo, nada es comparable a una de las joyas de Cantabria: la cascada del Tobazo. Con una altura de 800 metros sobre el nivel del mar y a 100 metros sobre las aguas del río Ebro, este espectáculo de la naturaleza se localiza en Villaescusa de Ebro.
Además, para los amantes del senderismo, la cascada es accesible a través de rutas que recorren el valle y permiten disfrutar de otros puntos de interés natural e histórico de Valderredible. Entre ellos, las cercanas iglesias rupestres y los bosques que rodean la zona, ideales para paseos tranquilos y para captar la esencia de este rincón cántabro.