La seguridad en los aeropuertos españoles es una prioridad gestionada por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), organismo dependiente del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. AESA se encarga de supervisar y coordinar las medidas de seguridad operacional y protección en la aviación civil, garantizando el cumplimiento de la normativa nacional y europea vigente. Por su parte, Aena, empresa pública que gestiona 46 aeropuertos y 2 helipuertos en España, colabora estrechamente con AESA para implementar programas de seguridad en sus instalaciones.
Estos programas incluyen controles de seguridad para pasajeros y equipajes, vigilancia de las infraestructuras y coordinación con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Pero no solo eso, pues también se encarga de que los aviones no tengan ningún problema ni peligro en los vuelos, despegues y aproximaciones que realicen en algunos de los aeropuertos españoles. Así, uno de los mayores riesgos es la presencia de aves en las zonas de tráfico.
Las colisiones entre aves y aeronaves, conocidas como bird strikes, pueden ocasionar daños graves a los aviones, afectando motores, parabrisas y otras partes críticas, lo que pone en riesgo la integridad de las operaciones y la seguridad de pasajeros y tripulación. Es por ello, que todos “los aeropuertos de la red de Aena cuentan con un Servicio de Gestión de Fauna que, con el fin de garantizar en todo momento la seguridad de las operaciones, vigila y actúa para evitar la presencia de fauna en el recinto aeroportuario” detallan fuentes de la entidad a Infobae España.
Estrategias de prevención y control
De este modo, el Servicio de Gestión de Fauna de Aena desarrolla una labor exhaustiva de prevención, observación y vigilancia en el entorno aeroportuario. Entre sus funciones más destacadas está la identificación temprana de elementos que puedan atraer fauna, como cuerpos de agua, áreas con vegetación densa o residuos que podrían convertirse en fuente de alimento para las aves. Estas medidas buscan prevenir la formación de hábitats dentro y en las proximidades del aeropuerto que puedan aumentar el riesgo de colisiones.
Pero no solo eso, tal y como explica Aena a este medio, cada aeropuerto adapta sus estrategias de control según las características del tráfico aéreo y la fauna local. Los métodos empleados incluyen el uso de dispositivos sonoros y lumínicos que disuaden a las aves de establecerse en el recinto. Además, en algunos casos, se emplean aves rapaces entrenadas para desplazar la avifauna hacia áreas seguras fuera de la trayectoria de las aeronaves.
Compromiso con la sostenibilidad
Esta combinación de técnicas tiene como objetivo no solo prevenir riesgos, sino también respetar el equilibrio ambiental. La utilización de métodos no letales y la colaboración con expertos en biodiversidad reflejan el compromiso de Aena con la conservación del medio ambiente.
“Las medidas que se llevan a cabo en el interior del recinto aeroportuario se desarrollan siempre cumpliendo la legislación ambiental vigente, respetando la conservación de la biodiversidad de la zona”, afirman fuentes de Aena a Infobae España. Este enfoque integral garantiza que las medidas adoptadas para minimizar los riesgos de colisión no comprometan la biodiversidad de las zonas cercanas a los aeropuertos, lo que permite equilibrar las necesidades de la aviación con la protección de los ecosistemas locales.