Dominado por un imponente castillo y rodeado de un impresionante precipicio, el pueblo de Calatañazor emerge como uno de los rincones más mágicos de Soria. Esta villa, impregnada por su intacto aire medieval, lleva al visitante por un viaje en el tiempo a través de sus calles empedradas y rico patrimonio histórico. Pero más allá de eso, en sus inmediaciones, se encuentra un paraje natural que sorprende gracias a sus encantos únicos y por albergar uno de los seis monumentos naturales que existen en Castilla y León.
Estamos hablando de la Reserva natural Sabinar de Calatañazor, un espacio natural que es uno de los bosques de sabinas mejor conservados del planeta. Pero esto no es por lo que destaca este enclave, sino que entre sus árboles y prados se ubica lo que se conoce como el Ojo de la Fuentona, un espectacular manantial que sorprende a quienes lo visitan. Este paraje, conocido como la “Fuentona de Muriel”, destaca por sus aguas cristalinas, su entorno natural y su impresionante profundidad, lo que lo convierte en uno de los monumentos naturales más fascinantes de Castilla y León.
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La mejor forma para visitarlo es a través de una sencilla ruta de apenas siete kilómetros de longitud que discurre por un plácido paisaje y que es perfecta para hacer con niños. Esto es gracias a que no entraña dificultad alguna y además, es recomendable hacerla durante los meses de primavera u otoño.
Un fenómeno geológico singular
El Ojo de la Fuentona, conocido también como Ojo de Mar, es el nacimiento del río Abión, pero no solo eso, pues además es uno de los acuíferos más profundos de toda la península. Tanto es así, que este nacimiento de agua de origen kárstico emerge a través de galerías subterráneas, alimentadas por la lluvia que se filtra en las rocas calizas de la zona. Este manantial, que funciona como un sumidero y una fuente al mismo tiempo, representa un fenómeno hidrogeológico único en España.
Sus aguas emergen desde las profundidades del subsuelo a través de una intrincada red de galerías subterráneas que se han formado por la disolución de las rocas calcáreas debido a la acción del agua. Es por ello que su sistema subterráneo ha sido objeto de estudio por parte de espeleólogos y científicos, quienes han explorado parte de sus cavidades. Aunque las inmersiones han alcanzado más de 100 metros de profundidad, el límite exacto del manantial sigue siendo un misterio, ya que la complejidad de las galerías dificulta un mapeo completo.
Estas exploraciones han revelado un entorno lleno de formaciones geológicas como estalactitas y sifones, que evidencian la antigüedad y la actividad constante de este sistema natural. A su vez, el agua del manantial, conocida por su extraordinaria claridad, permite observar el fondo en las zonas menos profundas, lo que realza aún más el atractivo visual de este fenómeno. Su pureza y transparencia son características propias de los acuíferos kársticos, donde los procesos de filtración natural eliminan impurezas.
Una sencilla ruta hacia una joya natural
La ruta para disfrutar de este impresionante monumento natural parte desde la Casa del Parque del Sabinar y la Fuentona. El sendero PR-SO-16, marcado con señales amarillas y blancas, guía a los visitantes por la orilla izquierda del río Abión hasta un antiguo refugio de pescadores. Desde este punto, pasarelas de madera y caminos acondicionados hacen que el trayecto hacia el Ojo de La Fuentona sea cómodo y apto para todo tipo de caminantes.
A 600 metros del aparcamiento, una bifurcación señala el desvío hacia la cascada Chorro Despeñalagua, visible solo tras lluvias recientes. Por otro lado, el camino principal lleva directamente al manantial. La laguna, de aguas turquesas y misteriosa profundidad, invita a momentos de contemplación antes de retomar la ruta hacia La Atalaya.
El ascenso a esta cima recompensa con vistas panorámicas de la Sierra de Cabrejas. Desde allí, el camino puede continuar hacia la torre medieval cubierta de vegetación o descender hacia el aparcamiento, completando un itinerario circular que combina naturaleza, historia y vistas inolvidables.
Cómo llegar
Desde Soria, el viaje es de alrededor de 30 minutos por la carretera Soria - Plasencia, la de Soria - Valladolid y la N-122. Por su parte, desde Logroño el trayecto tiene una duración estimada de 1 hora y 50 minutos por la vía N-111.