Madrid está lleno de lugares con encanto. Más allá de sus puntos más conocidos como son el Museo del Prado, el Parque del Retiro o la Puerta del Sol, la capital esconde infinidad de secretos que demuestran la gran importancia histórica y patrimonial que alberga. Es por ello que es imprescindible perderse por sus calles para descubrirlos, pues algunos están a simple vista, mientras que otros se ocultan bajo detrás de monumentos o bajo las mismas calles. En este sentido, de todos los lugares que atesora Madrid, destaca uno por ser de los más desconocidos y a la vez más especiales de la ciudad.
Así, en el cielo de la capital, una luz verde parpadeante destaca entre los modernos edificios de la Cuatro Torres Business Area (CTBA). Este destello no es solo un elemento decorativo; es la señal que marca la ubicación de la capilla más alta de Europa, situada en la planta 33 de la Torre Emperador Castellana, a más de 100 metros del suelo. Este pequeño santuario, con apenas 75 metros cuadrados, lleva doce años ofreciendo un espacio de recogimiento espiritual en uno de los entornos más urbanos y dinámicos de la capital.
Una luz que se ve desde el infinito
La luz verde que anuncia la presencia de la capilla fue diseñada con un doble propósito: señalar el sagrario a creyentes y evitar confusiones con aeronaves. Para ello, fue necesario obtener autorización de AENA, que recomendó evitar el color rojo, comúnmente utilizado como señal en las rutas aéreas. Tras varias pruebas, se instaló un sistema LED de alta potencia que garantizara la visibilidad desde distintos puntos de Madrid. Este faro espiritual también ha impactado a los pacientes del cercano Hospital La Paz, quienes han confesado encontrar consuelo al divisarlo desde sus habitaciones.
Bendecida el 3 de febrero de 2010 por el Cardenal Arzobispo Don Antonio María Rouco Varela, la capilla fue creada a instancias de Juan Miguel Villar Mir, fundador del Grupo Villar Mir y antiguo propietario del edificio. La petición fue aprobada por el Arzobispado de Madrid en noviembre de 2009, con la condición de que se tratara de un espacio exclusivamente religioso y libre de usos domésticos. Desde entonces, la capilla ha servido como lugar de reflexión y oración para los usuarios del edificio, entre ellos trabajadores y diplomáticos, dado que la Torre alberga diversas embajadas.
Misas en las alturas
El mobiliario de este espacio sagrado es austero, pero significativo: bancos con capacidad para 25 personas, un altar, el sagrario, una talla de la Virgen y un Cristo crucificado que domina la sala desde una cristalera frontal. A través de esta, entra la luz natural que contrasta con el bullicio de la ciudad. El acceso a la capilla está restringido a los usuarios de la Torre Emperador Castellana por motivos de seguridad. Actualmente, se celebran misas tres veces a la semana a las 8 de la mañana, aunque en sus inicios se oficiaban diariamente.
Para los días con alta afluencia, se implementó un sistema de retransmisión mediante un videowall instalado fuera del recinto, permitiendo a más personas seguir la ceremonia. Aunque no se celebran bodas ni otras ceremonias religiosas, sí se han dedicado misas en memoria de personas fallecidas a solicitud del personal de la Torre. Estas ceremonias refuerzan el carácter comunitario y espiritual del lugar.