En el corazón de los Montes de Toledo, a caballo entre las provincias de Toledo y Ciudad Real, se ubica uno de los mayores paraísos naturales de España: el Parque Nacional de Cabañeros. Este enclave es una joya de la biodiversidad española y un símbolo de la lucha por la conservación ambiental, pues su historia está marcada por la controversia y la movilización ciudadana. Así, lo que hoy es uno de los principales referentes naturales de España estuvo a punto de convertirse, en la década de 1980, en un campo de tiro militar.
La movilización ecologista y ciudadana consiguió frenar el proyecto del Ministerio de Defensa, logrando la protección de este territorio único. Es por ello que, gracias a la lucha de unos pocos, hoy se puede disfrutar de uno de los paisajes más singulares de la península en el que el viajero queda atónito con sus rincones y secretos escondidos. De todos ellos, destaca uno en especial, pues recuerda a la sabana africana, aunque sustituyendo los leones y las cebras, por ciervos y numerosas especies de aves.
Estamos hablando de la espectacular Raña de Santiago, un enclave único que de hecho recibe el nombre del ‘Serengueti español’, tal y como señala Pepo Paz Saz en el libro 101 destinos de España Sorprendentes, de Anaya Touring. Se trata de una vasta llanura de 8.000 hectáreas de extensión que alberga un ecosistema mediterráneo único, donde conviven dehesas, bosques y sierras que son refugio para una rica biodiversidad.
Un origen milenario
La Raña de Santiago se caracteriza por ser una llanura de cantos rodados y arcillas que constituye uno de los paisajes más singulares de la península ibérica. Su origen se remonta al periodo Villafranquiense, hace menos de un millón de años, cuando las variaciones climáticas y la erosión comenzaron a modelar el terreno. Este proceso geológico, influido por episodios de clima frío y seco durante el Cuaternario, dio lugar a la formación de las actuales pedrizas y canchales, característicos del área.
Igualmente, este paraje se distingue por su escasa pendiente, que contrasta con las formaciones montañosas de cuarcita armoricana que la rodean, conocidas por su notable resistencia a la erosión. Estas condiciones han permitido la preservación de yacimientos paleontológicos de extraordinario valor, con fósiles de trilobites, cefalópodos y graptolitos que datan de más de 500 millones de años.
Además de su relevancia geológica, la Raña ha sido testigo de la presencia humana desde tiempos remotos. Las evidencias de antiguos asentamientos apuntan a una intensa actividad de caza, pesca y explotación de los recursos naturales en la zona, lo que subraya su importancia como espacio vital en la prehistoria.
Un momento inolvidable
Uno de los mayores atractivos que se pueden disfrutar en la Raña de Cabañeros es la berrea del ciervo, la cual tiene lugar en los meses de septiembre y octubre. Durante este periodo, el bramido de los machos en busca de pareja resuena por todo el parque, ofreciendo un espectáculo natural que atrae a cientos de turistas y amantes de la naturaleza. Además, las nieblas bajas que cubren la raña durante los amaneceres invernales realzan la belleza del paisaje y lo convierten en un escenario sobrecogedor.
En cuanto a la manera de llegar y acceder al parque nacional, el libro recoge que es necesario dirigirse al municipio de Pueblonuevo del Bullaque, situado a 50 kilómetros de Ciudad Real, y tomar la desviación hacia Santa Quiteria y el Centro de Visitantes Casa Palillos. Desde este punto parten las rutas guiadas en vehículos 4x4 autorizados, que permiten recorrer la raña de Santiago.
Estas rutas, combinadas con tramos a pie, conducen hasta el molino harinero El Brezoso, un edificio rehabilitado que forma parte del patrimonio histórico del parque. Durante el recorrido, los visitantes pueden observar la abundante población de ciervos y conocer de cerca la flora y la vegetación característica del enclave.