Con impresionantes paisajes y bellos pueblos de montaña, Suiza atrae a infinidad de viajeros que buscan descubrir algunas de las maravillas de Europa. Enmarcado dentro de la cordillera de los Alpes, este país es uno de los destinos naturales más espectaculares del mundo, brindando infinidad de lugares de ensueño que son difíciles de olvidar. Lo primero que se viene a la cabeza al pensar en estas montañas son impresionantes paisajes llenos de cascadas y extensos valles, pero, los Alpes es mucho más que eso, pues cuentan también con bellos pueblos y espectaculares hoteles.
Así, son precisamente los hoteles los que nos traen hoy aquí, pues entre sus montañas se encuentra el que quizá es el mayor y más emblemático refugio de montaña del mundo. Estamos hablando del hotel Belvedere, un complejo situado a los pies del glaciar del Ródano, en una imponente curva en lo que se conoce como el Paso de Furka, que une los cantones de Uri y Valais. Este lugar se ha convertido en uno de los sitios más popularizados en Instagram gracias su impresionante imagen, sin embargo, el establecimiento se encuentra abandonado a día de hoy debido al cierre por el cambio climático.
Un escenario para ‘James Bond’
La historia del hotel Belvedere comienza en el año 1882, cuando Josef Seiler, integrante de una familia vinculada al negocio hotelero, lo construyó en una cerrada curva de la carretera que cruza el Paso de Furka, en los Alpes suizos. Su objetivo era ofrecer a los huéspedes una experiencia única con vistas panorámicas de los impresionantes Alpes valesanos y berneses, así como del Glaciar del Ródano.
Durante la Belle Époque, a finales del siglo XIX, el hotel Belvedere se convirtió en un punto emblemático para viajeros y aventureros de aquella época. Remodelado en varias ocasiones, el establecimiento alcanzó su máximo esplendor al poder albergar hasta 90 personas. A su vez, en las décadas posteriores, el hotel mantuvo su reputación, consolidándose como una parada obligatoria en el paso alpino.
La fama del Belvedere trascendió fronteras en 1964, cuando apareció en una escena icónica de la película de James Bond, Goldfinger, protagonizada por Sean Connery. Durante una persecución de coches, la estructura del hotel y sus paisajes se convirtieron en un fondo inolvidable, otorgándole un estatus icónico como parte del cine global.
Un paisaje cambiado por el cambio climático
Sin embargo, las proyecciones de modernidad y el cambio climático sellaron el destino del Belvedere. Ya en los años 20, la llegada de transportes como el ferrocarril y los autobuses postales atrajo más visitantes al glaciar cercano, pero la expansión del automóvil y la construcción de túneles redujeron drásticamente el flujo de turistas en los pasos montañosos. Además, el retroceso del Glaciar del Ródano, provocado por el calentamiento global, afectó la principal atracción del Belvedere: la vista al glaciar desde el hotel.
En 1988, la familia Carlen de Brigas adquirió el hotel. Philipp y Rosmarie Carlen lo dirigieron hasta 2015, año en el que cerró definitivamente sus puertas. Desde entonces, el Belvedere permanece vacío, aunque su fachada continúa siendo un símbolo del turismo alpino y un atractivo visual que forma parte del Tour de Suiza, manteniendo su lugar en la memoria de lugareños y visitantes.