Bosque de Muniellos, en Asturias (Adobe Stock). Entre verdes valles, imponentes montañas y frondosos bosques, Asturias emerge como uno de los destinos rurales más impresionantes de España. Su patrimonio natural es tal, que son muchos los que se acercan a esta región para desconectar y conocer algunos de los rincones más mágicos del norte de nuestro país. Es por ello que no es de extrañar que sus rutas y senderos sean de los más bonitos de nuestro país, pues descubren monumentos naturales que dejan con la boca abierta.
Uno de ellos es el bosque de Muniellos, que enclavado en el suroccidente asturiano, entre los municipios de Cangas del Narcea e Ibias, se erige como el mayor robledal de España y uno de los ecosistemas mejor conservados de Europa. Este espacio natural protegido, declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO, es un refugio de biodiversidad, historia y tranquilidad. Así, con una extensión de más de 5.000 hectáreas, el bosque de Muniellos está compuesto en su mayoría por robles albares (Quercus petraea) y robles comunes (Quercus robur), que alcanzan alturas imponentes y cubren el terreno con un manto de hojas en otoño.
Este paisaje, que parece detenido en el tiempo, alberga una rica fauna que incluye especies emblemáticas como el oso pardo cantábrico, el lobo ibérico, el corzo y numerosas aves rapaces, entre ellas el águila real y el búho real. Pero no solo es, pues es, también el hogar de una variada flora que incluye acebos, avellanos, abedules y castaños, que enriquecen la diversidad del paisaje y ofrecen refugio y alimento a los animales que habitan en este entorno.
Bosque de Muniellos, en Asturias (Adobe Stock). El Bosque de Muniellos no solo es un santuario natural, sino también un lugar cargado de historia y tradiciones que se entrelazan con las raíces de sus robles centenarios. Durante siglos, este enclave sirvió como fuente de recursos esenciales para las comunidades locales. La madera de sus robles y abedules fue utilizada para la construcción de viviendas, barcos y herramientas, mientras que sus castañas y bellotas ofrecían alimento tanto para las personas como para el ganado. Estas actividades, aunque hoy se han restringido para preservar el ecosistema, forman parte del legado cultural de la región.
Muniellos también fue escenario de actividades mineras. Durante el siglo XIX y principios del XX, la zona se explotó para extraer minerales como el hierro y el carbón. Aunque estas prácticas dejaron huella en el paisaje, el bosque logró regenerarse de manera natural gracias a los esfuerzos de conservación. Aún se pueden observar vestigios de antiguas minas y hornos, que son testigos de un pasado marcado por la interacción entre el ser humano y el entorno.
Además de su historia documentada, Muniellos está impregnado de leyendas que han pasado de generación en generación. Una de las más conocidas es la de la Fuente del Muniellos, un manantial escondido en el corazón del bosque al que se le atribuyen propiedades mágicas. Según la tradición, quienes beben de su agua pueden ver cumplidos sus deseos, siempre y cuando estos se realicen desde el respeto y la pureza de intención. Esta leyenda ha atraído a visitantes curiosos y a las comunidades locales, que ven en el manantial un símbolo de conexión espiritual con la naturaleza.
Uno de los bosques más bonitos de España, que tiene el mayor robledal del país. (Shutterstock) No es ningún secreto que el bosque de Muniellos es un lugar ideal para los amantes del senderismo. Sus caminos conducen a paisajes maravillosos que muestran la verdadera esencia asturiana y permiten conocer todos los secretos que se esconden bajo el manto de los robles, castaños y abedules. Así, desde la web de Turismo de Asturias indican que existen en Muniellos tres rutas oficiales, las cuales se inician y se terminan en el mismo lugar, el Centro de Recepción de Visitantes de Muniellos, en Las Tablizas.
En este sentido, el primer recorrido es una pasarela de madera de poco más de un kilómetro de longitud en sentido ida y vuelta, que es ideal para quienes buscan un recorrido cómodo y accesible. Este camino adaptado es perfecto para personas con problemas de movilidad o familias con niños pequeños. La ruta sigue el curso del arroyo Candanosa y permite adentrarse en el bosque hasta sentir que se está en el corazón del mayor robledal de España.
Por su parte, para quienes buscan un desafío moderado, la Ruta del Río combina la belleza del sendero adaptado con un recorrido más profundo en el bosque autóctono. La ruta, que comienza en la misma pasarela de madera, atraviesa un paisaje donde conviven robles, tejos, avellanos y arces. Muniellos alberga una notable diversidad de flora, entre la que destaca una especie endémica: el ranúnculo de Muniellos.
La dificultad aumenta a partir del kilómetro cuatro, cuando el terreno cambia de tierra compacta a piedra suelta de pizarra y cuarcita. Aunque exigente, esta ruta permite disfrutar de los colores del bosque caducifolio, especialmente en otoño, cuando el suelo se cubre de hojas y el ambiente se tiñe de tonos ocres y dorados.
Bosque de Muniellos, en Asturias (Adobe Stock). El último recorrido corresponde al la conocida como Ruta Larga. Esta es la más exigente de las tres y está pensada para quienes están acostumbrados a recorridos de alta montaña. Con una extensión de 20 kilómetros, incluye pendientes pronunciadas y pasos complicados que requieren buena forma física. En invierno, entre diciembre y abril, es habitual encontrar nieve en las cotas más altas, lo que puede llevar al cierre temporal del recorrido por seguridad.
El inicio de esta ruta se encuentra en el camino que parte a la derecha del Centro de Recepción de Visitantes de Muniellos, ascendiendo por el valle de La Degollada. Este tramo incluye ascensiones exigentes, algunas aseguradas con cuerdas, que llevan al Valle de Fonculebrera, atravesando un hayedo de extraordinaria belleza. Al llegar a Las Tres Cruces, los senderistas pueden optar por ascender a las lagunas glaciares o comenzar el descenso, que conecta con la Ruta del Río y termina en el camino adaptado.
Por otro lado, independientemente de la ruta elegida, es fundamental respetar las normas de conservación del Bosque de Muniellos. Al finalizar cualquier recorrido, es necesario notificar al guarda del parque sobre la llegada. Además, se recomienda planificar la visita con antelación, ya que el acceso al bosque está limitado a un número reducido de personas por día para preservar este valioso entorno natural.
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Una de las rutas más bonitas de Asturias: recorre las montañas de un parque natural y descubre un maravilloso lago glaciar.