Al final la gente va a dejar de volar de puro miedo. Si uno se para a pensar en lo que supone, realmente, subir a un avión, parece ciencia ficción. Ya lo decía James Bond: si Dios hubiera querido que el hombre volara, le habría dado alas. Hacer cola tras cola durante horas, rodeados de miles de personas de todo el mundo, para subirse a un cilindro metálico de 150 toneladas que ascenderá a los 10.000 metros de altura y esperar sentado un rato largo viajando en el aire a 800 kilómetros por hora y con apenas 11 centímetros de pared separando de una caída al vacío.
Igual la mente sabe todo esto de manera subconsciente, ya que cualquier cosa medianamente fuera de lo normal, si pasa a bordo de un avión, adquiere todo el potencial para convertirse, sin ningún esfuerzo, en una experiencia terrorífica.
(Casi) ahogarse a 10.000 metros de altura
El pasado 7 de diciembre, un vuelo de American Airlines partió de Dallas con destino Minnesota. Estaba ya a 10.000 metros de altura cuando, de repente, los pasajeros entraron en pánico al darse cuenta de que una piscinilla de agua iba, poco a poco, cubriendo el suelo del avión, según ha informado el New York Post.
En las imágenes del vídeo viral, puede verse a los viajeros sorprendidos y haciendo todo lo posible para escapar del agua, que iba recorriendo el pasillo hacia la parte delantera del avión.
Según el medio Storyful, la fuga de agua procedía del baño trasero, sobre lo cual una mujer habría alertado a la tripulación del avión. Sin embargo, ninguno de los trabajadores pudo “detener la cascada”, por lo que el pasillo que separa los asientos continuó llenándose de agua.
“La película del vuelo era Titanic”, bromeaba el creador de contenidos que compartió el video sobre los hechos que se ha viralizado, recibiendo millones de visitas, con la canción My Heart will go on de Celine Dion, sonando de fondo.
Los miembros de la tripulación estaban “completamente incrédulos y entraron en pánico cuando se dieron cuenta de que no podían cerrar el agua", según comentó Hilary Stewart Blazevic, una de las pasajeras del vuelo. Mientras el pánico se extendía por el pasillo, varios pasajeros arrojaron sus pertenencias al suelo, levantando las piernas para no mojarse y temiéndose que lo peor pudiese estar por venir.
Por suerte, fue mayor el susto que la fuga, como se puede apreciar en el video viral, ya que finalmente se pudo arreglar la fuga y todo quedó en un minúsculo charco que, como mucho y por su procedencia, podría oler bastante mal.
Seguramente, la adrenalina hizo que los pasajeros entraran en pánico y tiraran sus pertenencias al suelo, provocando que se cubriesen de agua de los retretes del avión.