A las puertas de Zaragoza, en mitad de la comarca de Jiloca, se enclava uno de los pueblos más pintorescos de Teruel. Esta pequeña localidad se encuentra rodeada de cultivos y pequeñas huertas que la convierten en un refugio natural para aquellos que quieren desconectar de la gran ciudad. Además, cuenta con un rico patrimonio histórico que hacen de ella un destino perfecto para una escapada en el curso medio del río Jiloca.
Estamos hablando de San Martín del Río, una localidad moldeada por el agua y que se caracteriza por la fértil vega que lo rodea. Es por ello, que las riberas del río ofrecen un entorno natural ideal para los amantes del senderismo y la naturaleza, donde es posible disfrutar de la fauna autóctona y la tranquilidad del campo. Pero no solo eso, pues además, forma parte del conocido como Camino del Cid, una ruta turística y cultural que sigue los pasos del legendario Cid Campeador a lo largo de tierras castellanas y aragonesas.
Una esbelta torre mudéjar
A pesar de su pequeño tamaño, algo imprescindible en la localidad es pasear por sus pintorescas calles. Estas dan lugar a un trazado urbano único que descubre todos sus rincones y permite contemplar monumentos tan impresionantes como la iglesia de San Martín de Tours. Este es el principal punto de interés de la localidad y no es para menos, pues se trata de un impresionante templo construido en el siglo XVI y que destaca por su estilo gótico-renacentista y su torre mudéjar, un elemento arquitectónico característico de la región. La torre, de ladrillo y con decoraciones geométricas, refleja la influencia del arte mudéjar en la comarca turolense.
Así, esta construcción es conocida en la región por su esbelta torre, la cual se puede contemplar desde diferentes puntos de la zona y por su peculiar arquitectura. El conjunto de la iglesia conserva la técnica de mampostería, con sillar en las esquinas y elementos de refuerzo. Presenta una planta tardogótica con un ábside poligonal de cinco lados. Una galería de arcos de medio punto doblados rodea la parte superior del edificio, una estructura añadida posteriormente para aliviar el peso sobre las bóvedas originales.
A su vez, el pórtico de acceso, con forma de templete y laterales cegados, constituye otra intervención destacable, incorporada a finales del siglo XVII. Igualmente, a unos pocos pasos de la iglesia, los visitantes pueden encontrar antiguas viviendas tradicionales de mampostería y adobe, que conservan la esencia de la arquitectura rural aragonesa. Algunas de estas casas cuentan con detalles como aleros de madera y escudos familiares que remiten a épocas pasadas.
Otro punto de interés es la ermita de la Virgen del Buen Reposo, que data del siglo XVIII, y la de San Francisco, así como el edificio del Ayuntamiento y el museo del vino “El Trasiego”. A esto hay que sumar la ermita de Santa Ana, ubicada a las afueras del casco urbano.
Un paso en el Camino del Cid
San Martín del Río ocupa un lugar destacado en el Camino del Cid, una de las rutas culturales más importantes de España. Este itinerario, inspirado en el Cantar de mio Cid, atraviesa tierras de Castilla y Aragón, siguiendo las huellas de Rodrigo Díaz de Vivar, el legendario Cid Campeador. El municipio, enclavado en la comarca del Jiloca, forma parte de esta travesía histórica, ofreciendo a los viajeros una experiencia que combina naturaleza, patrimonio y literatura.
El paso del Camino del Cid por San Martín del Río invita a los visitantes a recorrer sus calles de origen medieval, explorar su iglesia de torre mudéjar y perderse en los paisajes que abrazan el río Jiloca. Caminantes, ciclistas y viajeros en coche encuentran en este tramo de la ruta un equilibrio entre la tranquilidad rural y el peso de la historia. Las construcciones tradicionales y los caminos que conectan con localidades cercanas evocan las épicas aventuras descritas en el poema medieval.
Por otro lado, la localidad ofrece a sus visitantes la posibilidad de disfrutar de un entorno natural privilegiado. Los campos de cultivo que rodean el municipio, principalmente dedicados al cereal, se extienden hasta el horizonte, creando un paisaje de tonos ocres y dorados característicos de la región. El río Jiloca, además de aportar frescura al entorno, es un recurso importante para la biodiversidad local.
Cómo llegar
Desde Teruel, el viaje es de alrededor de 1 hora por la carretera A-23. Por su parte, desde Zaragoza el trayecto tiene una duración estimada de 1 hora y 5 minutos por la misma vía.