Entre calas, acantilados, pueblos con encanto y el mar Mediterráneo, Alicante emerge como uno de los destinos más impresionantes de la Costa Blanca. Esta región mantiene a la perfección la esencia mediterránea y permite disfrutar de rincones maravillosos donde la arquitectura y la naturaleza van de la mano. Pero no solo eso, pues el litoral cuenta también con senderos que recorren magníficas playas y dejan que el viajero se impregne de la belleza única de este lugar.
Así, una de las rutas costeras más singulares de la provincia se encuentra en el pintoresco pueblo de Benissa, un municipio que ha sabido conservar su encanto medieval con el paso del tiempo y que está plagado de calas y espectaculares acantilados. Conocido como el Paseo Ecológico de Benissa, este recorrido llega hasta Calp a través de cuatro kilómetros que discurren prácticamente a la orilla del mar. Además, dada su baja dificultad, es perfecto para recorrer en compañía de la familia y amigos, siendo un plan ideal para un día de fin de semana.
Un sendero mediterráneo único
El Paseo Ecológico de Benissa está totalmente señalizado y cuidadosamente dotado de paneles divulgativos, ofreciendo información detallada sobre el entorno que lo rodea, permitiendo a los visitantes conocer tanto el origen geológico del área como la fauna y flora que lo habitan. El recorrido está dividido en varios tramos, lo que facilita su adaptación a diferentes niveles de dificultad y disponibilidad de tiempo.
Puede realizarse completo o en pequeñas secciones, permitiendo disfrutar de un tranquilo paseo por uno de sus itinerarios ambientales. La ruta es transitable durante todo el año, lo que la convierte en un destino perfecto para cualquier estación. Uno de los puntos más destacados de este recorrido es la Playa de la Fustera, un enclave familiar que ofrece la posibilidad de disfrutar de un refrescante baño en sus aguas cristalinas. Este tramo inicial del sendero combina naturaleza y accesibilidad, convirtiéndose en una excelente opción para quienes buscan una experiencia relajante junto al mar.
El recorrido avanza hacia la Cala dels Pinets, un pequeño refugio natural rodeado de vegetación autóctona. Este lugar, de gran belleza y tranquilidad, es ideal para quienes buscan un rincón apartado del bullicio. En verano, desde esta cala se puede emprender una excursión hasta el Mar Morta i Roques Negres, una formación geológica singular que destaca por su interés paisajístico y su carácter único. No obstante, este tramo requiere cierta preparación, ya que las rocas y el terreno pueden ser desafiantes, por lo que es recomendable llevar calzado adecuado, como escarpines.
La experiencia, sin embargo, recompensa con vistas espectaculares y un contacto directo con la naturaleza más salvaje. A medida que el sendero continúa, el recorrido se adentra en el interior y desemboca en nuevas calas, como la Cala de la Llobella y la Platgeta de l’Advocat. Estos enclaves, menos conocidos, pero igualmente impresionantes, ofrecen una combinación de playas vírgenes y paisajes únicos que hacen de esta ruta una experiencia imprescindible para los amantes de la naturaleza.
La Cala de la Llobella, con su entorno prácticamente intacto, es ideal para quienes desean desconectar del ritmo urbano, mientras que la Platgeta de l’Advocat combina su belleza natural con la posibilidad de realizar actividades como el snorkel, permitiendo explorar la riqueza marina de la zona.
Cómo llegar
Desde Alicante, el viaje es de alrededor de 55 minutos por la carretera AP-7. Por su parte, desde Valencia el trayecto tiene una duración estimada de 1 hora y 30 minutos por la misma vía.