El pasado 7 de diciembre, un incidente protagonizado por una pasajera de 53 años en un vuelo de la aerolínea británica de bajo coste EasyJet desde Toulouse hacia Lyon terminó con insultos. La mujer llamada Christel, empleada de la Caisse Primaire d’Assurance Maladie (CPAM), intermediario entre el asegurado y el Seguro de Enfermedad del país, aseguró al medio francés La Dépêche que fue expulsada del avión tras un intercambio verbal con el personal de la aerolínea. La compañía argumentó que la medida se tomó debido a un “comportamiento disruptivo”.
El episodio comenzó en el aeropuerto de Toulouse-Blagnac, cuando una azafata informó a Christel que su equipaje de mano excedía las dimensiones permitidas y que debía pagar 58 euros para subirlo a bordo. Tras abonar la tarifa, Christel, visiblemente molesta, comentó con una amiga que la acompañaba: “¡Qué panda de idiotas!”. Aunque afirma que la expresión no iba dirigida directamente al personal, una azafata interpretó el comentario como un insulto y notificó a la Policía de Fronteras (PAF).
Según el relato de Christel al medio, se le impidió intentar subir al avión. “Intenté explicar que había pagado todo y que no estaba insultando directamente a nadie. Me disculpé, pero aun así, me hicieron bajar del avión escoltada por tres agentes policiales”, declaró. Además, asegura que uno de los agentes le recriminó su actitud diciendo: “Deja de llorar mientras te haces pasar por una víctima”. “Fue una humillación. Lloré durante tres días”, afirmó.
La mujer consiguió llegar a su destino en tren
Por su parte, EasyJet indicó en un comunicado que se trató de un “embarque forzoso” por parte de la pasajera, lo que motivó el llamamiento a las autoridades. Además, la compañía respondió a la afectada asegurando que si la sacaron del avión fue “debido a un comportamiento disruptivo” durante el embarque, algo que no se permite en su política y el motivo por el que llamaron a los agentes, ya que fue necesario para garantizar la seguridad del vuelo.
El pasado martes 10 de diciembre, Christel, presentó una denuncia pública y explicó que la aerolínea no debería de haberse comportado así. “Como empleada del CPAM, les aseguro que todos los días escucho insultos en mi contra... Yo no tenía por qué insultar, pero no me dirigía a la persona directamente, sino a mi amiga por estar enfadada“, relató.
Sabiendo esto, Christel negó las acusaciones de la compañía. “Pagué la tarifa por mi equipaje y tengo el recibo como prueba. No forcé nada; simplemente exigía subir al avión después de haber cumplido con las reglas”, declaró. También expresó su indignación por el trato recibido y anunció que presentó una denuncia online para exigir una disculpa formal de la aerolínea.
Finalmente, la mujer logró llegar a Lyon en tren, pero asegura que la experiencia la ha marcado profundamente. “No volveré a subir a un avión”, afirmó contundente. La pasajera también destacó la paradoja de su situación: “En mi trabajo escucho insultos a diario, pero jamás me habría imaginado que yo sería expulsada de un avión por algo que no fue un insulto directo”.