En el corazón de la Sierra Norte de Madrid, Buitrago del Lozoya se alza como uno de los rincones más mágicos de la comunidad. Sus calles empedradas conforman un casco histórico único que se encuentra rodeado por unas impresionantes murallas. Estas datan del siglo XI y XII y son uno de los principales atractivos de la localidad, pero además, Buitrago está considerado el pueblo más antiguo de Madrid.
Es por ello que atrae a miles de visitantes cada año que buscan descubrir en su casco histórico, declarado Conjunto Histórico Artístico, todos sus secretos. De hecho, un paseo por él es algo imprescindible y que transporta a un pasado medieval todavía muy latente. Sin embargo, Buitrago del Lozoya es mucho más que un pueblo cuando se acerca la Navidad, pues se convierte en un impresionante escenario gracias a su belén viviente.
Durante los días 13 y 14 de diciembre, el pueblo acoge uno de los belenes vivientes más impresionantes de España. Así lo atestiguan los numerosos premios que ha recibido, incluso “está declarado como Fiesta de Interés Regional por la Comunidad de Madrid y uno de los premios internacionales que tiene es Premio Internacional Mundo Teatre que lo otorga la Generalitat de Cataluña”, detalla Andrés, miembro de la asociación del Belén Viviente de Buitrago, a Infobae España.
Más de 30 años de historia
El éxito que atesora hoy en día es gracias a la visión y esfuerzo de dos vecinos de la localidad. En el año 1988 la entonces profesora, Angelines Paíno y su siempre cómplice marido, Eusebio García, “fueron a un belén viviente en Bàscara, en Gerona. Allí viajaron para visitar a un hermano suyo y había un belén viviente del que quedaron maravillados. Ellos eran de Buitrago y quisieron traerse aquello que vieron en Gerona al pueblo. Y así fue como nació la tradición en Buitrago del Belén viviente”, explica Andrés.
Ahora cuenta con más de 40 escenas, pero en sus primeros años tan solo se representaron 11 escenas representadas por 80 actores. Dado el éxito de la iniciativa, y la popularidad entre los vecinos, en 1991 se fundó la Asociación Cultural sin ánimo de lucro ‘Belén Viviente de Buitrago del Lozoya’. A partir de ese momento, “fue creciendo en popularidad en el pueblo y en los pueblos de alrededor. La gente cada vez quería participar más y cogió muchísima fama. Entonces empezó a crecer tanto que al final se empezó a profesionalizarse y se creó un cuerpo técnico de electricistas, de modistas, etc.”, afirma.
Todo esto es el inicio de uno de los belenes más turísticos no solo de Madrid, sino de toda España. Además, en su XXXIV edición tiene un carácter muy singular, pues Esuebio, uno de los fundadores, “falleció este año y va a ser un poquito más especial porque lo vamos a hacer en su honor”, cuenta Andrés.
Un viaje a través de sus calles
Pero llevar a cabo semejante iniciativa no es nada fácil, pues cuenta con meses de preparación. “Comenzamos a darle forma más o menos en septiembre con la organización de actores, revisión de material, creación de los decorados, etc”, expresa. Así, a día de hoy, el belén lo conforman alrededor de 250 actores repartidos en 41 escenas de la Natividad a lo largo de un recorrido por el pueblo de más de un kilómetro de longitud.
Igualmente, una cosa que llama la atención es que no realizan ningún tipo de ensayos, pues se trata de uno de los “pocos belenes vivientes que somos figurantes estáticos. Nosotros al final estamos totalmente quietos, no tenemos ni movimiento, ni diálogos, ni nada”. A su vez, para la recreación de las escenas, en sus inicios lo aportaban por oficios, por ejemplo, “la representación de la carpintería, todo el material lo aportaba el carpintero del pueblo; la lechería, pues los ganaderos que tenían vacas; la herrería, los herreros…”
Sin embargo, la creación de los escenarios actualmente es responsabilidad de la asociación, la cual se hace cargo de comprar el material y más atrezo. Pero, ¿qué mejor decorado que el propio pueblo? Y es que una de las particularidades de este belén viviente es que recorre el casco histórico de Buitrago. Esto convierte a la villa en un rincón único en el que la historia del nacimiento de Jesús se puede vivir de primera mano.
“El decorado del Belén de Buitrago es el casco histórico, es la muralla, es el castillo, es la Iglesia, es la zona de la Coracha, la zona del río. Entonces, por mucha estructura artificial que tú montes para el palacio de Herodes, nunca puedes compararla con el castillo de Buitrago. Nunca va a poder ser igual. Es por ello que uno de los de los elementos diferenciadores es, sin duda alguna, el entorno, marcando la diferencia”, relata Andrés.
Así, a lo largo de todo el recorrido, se pueden contemplar dos zonas bien diferenciadas. “Está la zona del pueblo llano, donde se encuentra el mercado; todos los oficios como la alfarería, la fragua, la herrería o la labranza. Y luego está la zona noble con el Sanedrín, el palacio de Herodes, el templo, el Cens o el gobernador de Roma”.
“Las entradas se agotaron en 14 horas”
Gracias a todos sus encantos, durante los días que se celebra el belén, son muchos los viajeros que se acercan hasta Buitrago. De hecho, el impacto turístico de esta celebración en la localidad es impresionante, quintuplicando la población y siendo el mayor evento del año. Incluso las entradas se agotaron en 14 horas. Sin embargo, a pesar de su éxito, la asociación ha tenido que reducir los días de celebración del belén viviente.
“Anteriormente se celebraba cuatro días y ahora lo hemos reducido a dos porque lo organiza una asociación sin ánimo de lucro. Y la verdad es que tenemos poca ayuda de mano de obra, por así decir. El problema no es económico, el problema es que cada vez hay menos voluntarios. La gente se cansa mucho porque el belén requiere muchísimas horas de dedicación en épocas muy señaladas. Y cada vez es más difícil organizarlo y hemos tenido que reducir un par de días de aforo”, explica Andrés.